Casshern

Magistrales escenarios digitalizados, excelente banda sonora, fotografía soberbia y efectos especiales de excepción, para una película lenta de narices, aburridísima, y de la que por más que lo intenté no fui capaz de entender un carajo.
El argumento parece ser que se lo iba narrando Manuel Fraga en gallego a los guionistas (escandinavos sordos y analfabetos), en un ataque de nervios y con la boca llena de polvorones, y así ha quedado la cosa de impresentable, liosa, incoherente y anestésica.
La extraña mezcla entre 1984, Metropolis, El cuervo, Robocop, y la imaginería mecánica de la obra de Julio Verne que es éste coñazo, se hace muy atractiva a la vista por su inmensa belleza, pero tambien es del todo insufrible por su excrementoso montaje, lo larguísima que se llega a hacer, y la carencia de un argumento en el que derrochar tanta pirotecnia visual.
Recomendable para ver media horita, por lo maravilloso de sus imágenes, pero nunca entera porque es de verdad un tostón infumable. Yo lo hice y no lo aconsejo, no señor.

N-ésima revisitación asiática de Metrópolis/Blade Runner:
·El peligro que supone un avance tecnológico no acorde con el primitivismo
social.
·Una filosofía -¿o hasta teología?- en la que la ciencia es el valor
absoluto
·El mito de Prometeo: el ser que se revela contra su creador. Le ha dado
la vida, pero no el sentido de su existencia.
·La metáfora del hombre que se ve dotado de un poder que no es capaz de
controlar, que le destruye y destruye su entorno.
·El mito de Frankenstein: el monstruo inocente repudiado por el mundo.
·Sujetos creados imperfectos: sin un vagaje emocional ni una personalidad
evolucionada que les permite enfrentarse a su vida.
·Científicos jugando a dioses.

Para mi, lo mejor es la vistosa fotografía y el rico universo visual creado.

No podían faltar muchos de los tópicos de esta corriente de cine:
·Una cierta fascinación por las apoteosis destructivas, que llevan a una
representación grandilocuente de los ejércitos. Parece por su cine que la
sociedad nipona aún no ha superado los horrores de la segunda guerra
mundial.
·La necesidad de un guerrero mesiánico salvador de la humanidad.
·Una absoluta falta de fé en la política y los políticos.
·Un discurso simple aunque auténtico: la necesidad de la paz y la harmonía.
·Una coreografía y montaje que refiere al videclip y los videojuegos

Gustará a quienes disfrutaron de títulos como Akira, Final Fantasy o Ghost
in the shell.

“Casshern” saltó al escenario y saco a relucir sus armas: una perfecta amalgama y combinación de referencias plasmadas con una belleza plástica desbordante.
Estuvo en el tablado casi dos horas y media mostrando sus esencias. Algunos se durmieron, otros (muy pocos) sobrevivieron al sopor y se quedaron fascinados.

Acabó el espectáculo y se escucharon algunos aplausos con los que cesaron los ronquidos.

“Casshern” cruzó una pasarela que la trasladó a otro escenario. Las cámaras intentaban seguir sus rápidos y fugaces movimientos.
Se quedo parada sin quitar ojo a una mesa alargada donde se encontraban detrás varios miembros de un jurado que tenían que dar una valoración. La práctica totalidad estaba despertando de su lánguido y reconfortante sueño.
Pero allí estaba uno de ellos que había estado despierto durante toda la actuación, Risto Mejide, camuflado por sus gafas molonas, sentado con las piernas cruzadas y observando impertérrito a “Casshern”. Abrió su boca: “Voy a hacer un símil contigo, eres como un consolador. Y me voy a explicar, eres de ejecución perfecta, impecable, pero fría en el sentimiento.”

La verdad, no sé muy bien qué decir sobre esta película, pero quería decir algo.

Supongo que es la típica película que encanta y horroriza a partes iguales (clara candidata al tour de "películas controvertidas"), pero a mí no me ha hecho inclinarme demasiado para ninguna de las dos opciones.

Es muy irregular. A ratos frenética, a ratos aburre. A veces es acción pura y dura (parecida a la del capítulo más desfasado que se os ocurra de cualquier anime pasado de vueltas), y a veces intenta ponerse trascendente, incluso pretenciosa, como Battle Royale 2, película que considero bastante fallida en su conjunto (además de pésimamente interpretada, pero eso es otra historia).

Tiene una estética muy propia de videoclip. Es algo confusa, bastante larga (más de 140 minutos), y, sobre todo, un auténtico EXCESO de efectos especiales (algo parecido a Zu Warriors, y me refiero a la segunda parte, no a la de los 80, que era algo más ingenua).

De todas formas, supongo que es interesante, aunque sólo sea como curiosidad por ver algo "diferente" (y es que, al menos, lo pretende y lo intenta. Y, lo consiga o no, de eso no hay duda).

Prometían sus efectos digitales, su estética visual y su gran BSO, sin duda, lo mejor de la película.

Pero me decepcionó, esperaba mucho más. De hecho, creo que si con esta misma ambientación y potente BSO, se hubiera contado una historia más interesante (o al menos la misma historia, pero con más ritmo), la película podría haber sido un bombazo. Lamentablemente se queda en un derroche de medios para un guión pésimo que no cuenta nada, lo que se hace insufrible para sus más de 2 horas de metraje. Si se quiere que una película tenga verdaderos momentos dramáticos hay que fundamentar ese dramatismo, que el expectador llegue a sentirlo, no solo vale con rodarlos.

Quizás esta película de pié a que se rueden más partiendo de este estilo, aunque espero que le dediquen un poco más de presupuesto a pagarle a un buen guionista.

Una pena...