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Tambores apaches

Western Un jugador se marchará de su ciudad, pero volverá cuando de repente el lugar es amenazado por una banda de apaches merodeadores. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
15 de enero de 2012
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam Leach, jugador y pendenciero, acaba de ser expulsado de Spanish Boot tras un tiroteo en la taberna. Cuando se encamina a un pueblo cercano, encuentra una caravana masacrada por los indios, por lo que decide regresar a Spanish Boot para avisar que los mescaleros están en pie de guerra.
Pues ¡sí señor! buena película y… desconocida. No le ha hecho falta mucha cosa a Hugo Fregonese para entretenernos y para ofrecernos un compendio más que notable del cine del Oeste. En poco más de una hora lo tenemos todo: ataques indios, diligencias, personajes bien definidos, amores, largas caminatas por el desierto… y, como siempre, lo más importante: Fregonese consigue que conectemos con la historia y con los personajes. Sabe “meternos” en la película. No sólo nos regala una hora de entretenimiento sino también de distracción, de desconexión de los problemas mundanos. Y esto, aunque pueda parecerlo, no es nada fácil.
Quizás de este western nadie hablará, no se sabe si es B ó C ó D, no habrá premios para él. Da igual. Hemos pasado un buen rato.
el chulucu
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11 de marzo de 2012
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Fregonese destila buen oficio por los cuatro costados, y algo más que éso: pasión, emoción y tensión. Todo así: muy "ón" en un metraje "pequeñín" que a duras penas soporta lo de largo.
Tal vez esta película, tal cual está rodada, pero con otros actores de mayor renombre hubiera dado más que hablar. Y no es que Stephen McNally y sus amigos estén mal, en absoluto; pero sí conforman parte de ese carácter de "segunda" que embarga a toda la peli y que es, precisamente, una de las cosas que más me gustan de ella. Concisión, firmeza narrativa, crescendos bien regulados, buenos diálogos y un montón de escenas que casi te hipnotizan, tanto por su tensión como por su buena y eficaz factura, son una pequeña muestra de los muchos aciertos de esta cinta peculiar e interesante. También es peculiar la historia y cómo está contada. El tramo final con el asedio a la iglesia no tiene desperdicio. Una pena, eso sí, esos indios que aparecen por las ventanas y que tienen más de guiñoles que de guerreros. Sin duda el plano general favorece a unos apaches que en un primer plano sólo llegan a figurantes.
Molitor
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20 de agosto de 2012
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre resulta interesante ver una película donde un malviviente termina dando el ejemplo al resto de los mortales. Será porque en el fondo, todos queremos ser un poco evasores, pero con un fin no tan malvado.
Se destaca el enfrentamiento con los indios y lo estresante que habrá resultado el sonar de los tambores cuando una horda de salvajes atacaba las poblaciones, sin importarles demasiado su propia vida. Buen film.
Sigfrido2
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11 de diciembre de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del apátrida Hugo Fregonese ya hablé con motivo de La última batalla de los apaches. Ahora volvemos a la carga con Tambores apaches, última producción del mítico Val Lewton, el hombre que revalorizó el cine fantástico y de terror con su serie para la RKO, entre la que descuellan La mujer pantera y Yo anduve con un zombi. El título que nos ocupa es un western tradicional pero no tanto, con un héroe ambiguo (el jugador, encarnado por el siempre torvo Stephan McNally), unas escenas casi de terror (el asedio de los apaches a los supervivientes del ataque, atrincherados en la iglesia del pueblo), rodadas con buen uso de las luces y las sombras por Charles P. Boyle, y una cierta crítica al papel ejercido por los colonos en relación con los indios. Todo ello contado en 75 ágiles minutos, que el presupuesto era escaso y no había tiempo que perder. Del montón, diréis algunos. Yo me lo pasé bastante bien, y si bien me sobraron algunos canturreos galeses (un tema que apareció después en la película Zulú), en que los actores están (mal) doblados, la cinta se alza por encima de sus limitaciones y entrega una pieza que hará las delicias de los amantes del western. Una muestra más de que Fregonese era un tipo curioso, y trabajaba bien cuando le ofrecían algo a lo que hincar el diente.
Eduardo
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17 de febrero de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy intentando calibrar cómo he de valorar esta película. Normalmente no me detengo en estas cuestiones. Si la historia que me cuentan me atrapa, considero que me la han contado bien y no me paro a analizar demasiado si es mérito de su director, su guion, sus intérpretes, su fotografía, su música o el pastizal invertido en ella. Siempre termino decidiendo que, probablemente, es una labor meritoria achacable a todo un equipo y que el director-autor, poco sería sin una talentosa plantilla que le sustentara por detrás y viceversa.
Sin embargo cuando veo una película de este tipo, mi respeto por el director se multiplica.
¿Sabéis lo que a Fregonese le han puesto entre manos en este film?.
Dos cabañas, una diligencia en la lejanía, un arenal con pared rocosa y un zulo con tres aberturas. Tres o cuatro actores con algo de papel en la trama y el resto, figurantes. Sonido de percusión amenazante, cánticos rituales de apaches mezcaleros que apenas vemos y un asedio en una tumba que hace las veces de iglesia, es todo lo que necesita este tipo para, en 75 minutos, regalarnos una historia repleta de historias y de emoción.

El director escoge la mejor manera de trasladarla al medio visual aprovechando lo poco que tiene, es decir casi nada, para conseguir la máxima inquietud y fuerza haciendo de la necesidad virtud. Una roca agujereada se convierte en una figura amenazante, escondite del enemigo. Una llanura polvorienta se torna angustiante si no te quedan balas en la recámara y un zulo con respiraderos se transforma en una ratonera.
Y además...Un triángulo amoroso y una rivalidad algo mezquina. Una oveja negra que busca redención. Personajes ambiguos capaces de albergar en sí mismos, al mismo tiempo, sentimientos contradictorios de nobleza y mezquindad, de racismo e intolerancia frente a generosidad, de valentía y egoísmo. Todo ello junto hace que esta película pequeña se siga con gran interés y no se pueda por menos que reconocer que aquí Fregonese ha hecho un gran trabajo. No hay medios pero sí mucho talento.
Izeta
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