Lucha en la sombra

Me alegro mucho que haya una crítica y qué crítica sobre esta desconocida y descomunal obra maestra. Lucha en la sombra habla sobre las personas y de qué personas. Una película que habla sobre el horror, los sentimientos, el amor, el odio como pocas veces he visto y veré en mis años de existencia. He visto la película doblada y siempre la veré doblada y es por eso que no cambio el doblaje por las voces originales ya que mis lagrimas de admiración no serían lo mismo. Debería ponerla entre mis 10 mejores películas de todos los tiempos si tuviera sentimienos y eso haré en parte por la crítica del usuario Betawatcher.

Película maravillosa, que cuenta de primera mano el estado policial vivido durante el auge de los nazis, las palizas, los toques de queda, el miedo de la población alemana. Retrata a una generación no escuchada, generación en las sombras, que intentaban desvincularse del nazismo e intentar la felicidad por todos los medios. La cinta está llena de escenas memorables, imposible quedarse con una sola, los personajes son eléctricos, jóvenes, llenos de esperanza e ilusiones que chocan contra el muro de privaciones e injusticia social. Cuenta más de lo que a simple vista se ve, es una película para escarbar en las profundidades.

En el enorme esfuerzo cinematográfico y propagandístico que Hollywood hizo durante la segunda guerra mundial es sabido que buena parte de sus directores participaron con películas de muy variada calidad. Vincent Sherman había debutado dos años antes en el cine pero daría lo mejor de sí en la década de los 40 convirtiéndose en un experto en melodramas de contenido noir, con películas tan destacadas como “The Unfaithful” (“La infiel”) o “Nora Prentiss” (“La sentencia”), las dos de 1947 y ambas protagonizadas por la maravillosa Ann Sheridan.

La película parte de un espléndido guion de Charles Grayson –algo nada habitual en este cine a caballo entre la verdad y la mentira- con excelentes diálogos que nos habla de la casi inexistente oposición clandestina en la Alemania nazi, a través de los esfuerzos de una emisora ilegal llamada “Radio Libertad”. La película expone en su discurrir –era norma en este tipo de productos que trataban de aleccionar con mayor o menor habilidad al público- la toma de conciencia tardía de un soldado alemán de permiso frente a la barbarie y la sinrazón –lo que tangencialmente hace que nos venga a la cabeza la sobrecogedora trilogía antinazi de Frank Borzage – “Little Man, What Now? (1934), "Three comrades" (1938) y "The mortal storm" (1940)-

La película logra una conseguida atmósfera que refleja muy bien –con aquello que se sabía a la altura de 1941- la vida cotidiana bajo la dictadura de Hitler, la censura, la violencia policial, las amenazas, el miedo, las torturas y, en suma, la espiral de terror que acabó por engullirlo todo en una hecatombe de consecuencias aterradoras. La tenebrosa fotografía, ligeramente expresionista de Sidney Hickox redondea las numerosas virtudes esta magnífica propuesta.

Recientemente vista, ha supuesto para mi una agradable sorpresa. Agradable por cuanto pensaba (y he acertado) que se trataba de una película propagandística, pensada e ideada para hacer tomar conciencia a la población estadounidense (y alemana, si había alguna posibilidad de que esta supiera de su existencia) sobre los peligros del nazismo.
Debemos tener en cuenta de que la cinta es de 1941, es decir, filmada en plena II Guerra Mundial.
Pero este trabajo, lejos de ser meramente propagandístico, es un buen exponente de lo que el cine de Hollywood podía hacer en aquellas felices (cinematográficamente hablando) décadas de los treinta y cuarenta.
Bien narrada, con buen pulso dramático, momentos de tensión, supense e intriga, y una bonita historia de amor, la peli se degusta con placer, al ser muy entretenida.
Cierto es que carga las tintas sobre "los malos", sobre todo el coronel nazi, pero había que hacerlo para que el/la espectador/a "se diera" cuenta de lo terribles que eran los nazis en el fondo.
La realidad es que es una cinta muy amena, que deja muy buen sabor de boca.

Una película propagandística. Ya vi una suya hace tiempo: "A través de la noche", del mismo año 1941, sobre la resistencia antinazi en los muelles de Brooklyn.
Esta se ambienta en Alemania, y narra la historia de dos hermanos, no de ellos nazi convencido que ha vuelto de la guerra después de perder un brazo y su otro hermano que es el locutor de una radio ilegal que es perseguida por el régimen con verdadero ahínco, sin ser capaz de conseguirlo.
No profundiza en los aspectos morales de la historia, tampoco creo que fuese su propósito. Simplemente se sabe quien es el bueno y quien el malo y enfatizando los aspectos del bien y del mal ya tienes la historia más o menos completa.
Metraje civilizado, 95 minutos, un sonido más o menos decente y un blanco y negro regular. Se deja ver, sin más.