Una dama entre vaqueros

El film es la historia de cómo un tipo de ganado vacuno llega de los prados de Inglaterra al estado de Texas para reproducirse y ser parte de la crianza de reses en EEUU, ¡pero hasta ahí el tema histórico del film!

La historia detrás es está, cumpliendo con el deseo de su difunto esposo, una viuda inglesa y su joven hija visita los EEUU para traer un particular toro para que procree su raza en el nuevo mundo. En su estadía en el oeste americano conocerá la renuencia de los “cowboy” al nuevo tipo de ganado y la supuesta vida idílica de occidente.

El film cuenta con la actuación de James Stewart, de las 96 películas en las que actuó, 21 fueron del género del “western”, la comedia y el drama fue en donde más se destaco con cinco nominaciones al Oscar, ganándolo en “The Philadelphia Story” (1940). Por su parte Maureen O´Hara tan solo participo en nueve “western”, junto a John Wayne en tres ocasiones.

James Stewart y Maureen O´Hara demostraron buena química como pareja, el personaje de Stewart como el “cowboy” con buenas intenciones, pero ignorante al expresarlo, y O´Hara como la gran señora inglesa que tenía que aprender de la realidad de la vida en el oeste.

Una de las virtudes de Andrew V. McLaglen, más allá de sus colaboraciones con John Ford que le marcaron, y cuya reminiscencias se ven en su obra, es introducir en sus películas fuertes dosis de humor aquilatando la violencia que también desprenden.

Este western donde una madre y una hija inglesa pretenden introducir la raza vacuna autóctona de Inglaterra Hereford, de carne muy apreciada, para mezclarlos con las vacas texanas para obtener un híbrido mejor, algo histórico por otra parte, hacen de la mano de McLaglen la contraposición entre la elegancia y sobriedad inglesa, con la rudeza y la chabacanería de los vaqueros norteamericanos.

Con una espléndida Maureen O'Hara en plenitud de su belleza en su madurez y la simplicidad de James Steward y su oficio, realizan este estimable western que te mantiene con la sonrisa en los labios.

Interesante, 6.

Un mediocre western que ya era anticuado en el momento de su estreno. Me refiero sobre todo a esas escenas de exteriores ostentosamente hechas en estudio y esos planos de de los actores rodeados de un fino halo verde producto de la aun primitiva técnica de la pantalla verde en la que se incrusta un paisaje de fondo. Si algo bueno tenían los westerns es que estaban rodados en escenarios naturales al aire libre, pero aquí ni eso, a los actores los ruedan en estudio con pantalla verde y luego añaden algunas escenas en exteriores con un doble visto de espaldas para que de el pego. En fin, una chapuza grotesca en una época en la que Leone ya había hecho su revolucionaria y naturalista trilogía del dolar.

Oriunda del condado de Hereford (Inglaterra) y famosa por su carne, la raza vacuna de este nombre con su característica capa rojiza y blanca se llevó a América ya en 1817 aunque la gran exportación tuvo lugar hacia 1840.
En la cinta retrasan este hecho a 1884, cuando Martha Price (O'Hara) se lleva a Texas un excelente semental para cubrir las vacas longhorn que allí se daban, de cuerna espectacular pero de carne menos apreciada.
Se trata de las vicisitudes que pasa esta dama inglesa y su hija entre la sordidez y estulticia de los vaqueros, que se resisten a aceptar que puedan sobrevivir otros animales que los del terreno. Suerte que ahí está el bueno de Sam Burnett (Stewart) para enderezar entuertos.
Historia bastante retorcida y poco creíble contada a través de un guion entrecortado con saltos narrativos. Todo muy al estilo McLaglen, es decir alternando drama con broma. Buenos personajes y excelente reparto con una deslumbrante O'Hara y un Stewart señorial, un hombre que, "Podría saltar, pero caer nunca".
Western interesante que gustará sobre todo a los animalistas.