Quince horcas para un asesino

Quince horcas para un asesino. Quince horcas le daba yo al director, el malasombra. Los actores no quedan mal pero no hay ningún rigor en el guión. Las tres mujeres que se hacen el muerto es para mearse. Tan colocaditas y tan serias echadas sobre el suelo. A una le han pintado 3 rayas rojas con un poco de pintalabios en el cuello para que se vea que la han estrangulado y está la tía haciéndose el muerto como si se fuera a levantar de un momento a otro. Ridículo.

No se necesita mucha imaginación para saber que si han matado a tres mujeres pues habrá habido violencia, y más si uno se dedica a dirigir películas, pues entonces si eres el director preocúpate de presentar un escenario lleno de violencia, algo como que estuvieran cosidas a tiros o a puñaladas, con las ropas destrozadas…, y no a tres mujeres tumbadas que parece que están echando un sueñecito. Además, ¿no gritó ninguna? ¿Se dejaron matar una a una? Porque es que había 20 tíos durmiendo en el granero que estaba a dos pasos de la casa y enseguida alguno podía haberse dado cuenta de lo que pasaba en la casa.

Mira, voy a pasar de extenderme porque no. La persecución a caballo de las dos bandas de delincuentes es de risa, pero de una risa penosa que al final ni te ríes porque no te salen las ganas. Tres grupos al galope por un desfiladero que hace eses y el grupo que persigue no ve al de delante, y van todos disparando y a uno se le oye continuamente: “¡No tiréis, no tiréis!” Y no ves más que pistoleros a caballos en grupos de un lado a otro disparando y "¡No tiréis, no tiréis!"… ¿Adónde tiraban si los que iban delante no se les veía? ¿Y los que iban atrás en el grupo por qué tiraban si tenía delante a sus compañero? Ni puta idea. “¡No tiréis, no tiréis!” Pero cállate, gilipollas. Tres grupos de pistoleros, uno de los grupos persiguiendo a los otros dos y al final se chocan entre ellos; así como lo cuento... Creo que dos mueren o al menos se caen del caballo.

Bueno, una película de este tipo pues se ve que la hicieron en plan buen rollo, como de vacaciones, pero con muy poco rigor aunque supongo que todos quedaron muy contentos de su trabajo.

Es lo que tiene el spaguetti.

Una coproducción italo-española llena de acción, personajes exagerados, tiroteos y cantidades de violencia. Hay mucha acción en la película, lo que garantiza algunos disparos o luchas cada pocos minutos. También hay una intriga interesante y una intriga policíaca con algunos toques de 'Giallo' cuando ocurre una matanza y la pregunta es: ¿Quién es el asesino? Por dinero, por placer, por venganza, no le importa por qué mata ni cómo. Esta película comienza con un grupo de forajidos liderados por un hombre llamado "Sandy Cassel" (George Martin) que ataca un tranquilo rancho y, tras matar a varios vaqueros, roba todos los caballos del corral. No mucho después de eso, después de haber presenciado parte del tiroteo entre los ladrones de caballos y los peones del rancho, un grupo más pequeño de vaqueros liderados por un hombre llamado "Billy Mack" (Craig Hill) negocia con el dueño del rancho para recuperar los objetos robados y caballos por un precio. Entonces en un rancho propiedad de una familia formada por una madre (Margarita Lozano) y dos hijas (Eleonora Brown, Maria Montez) sucede una tragedia y son acusadas la dos bandas diferentes que se acaban enfrentando. Una pandilla (José Canalejas) está liderada por Billy Mack y otra (Frank Braña) está comandada por Sandy Cassel (George Martin). Entonces fuertes confrontaciones tienen lugar con llenas de tiroteos, persecuciones, y sucesos sangrientos incluyendo los quince ahorcamientos del titulo de la película: ¨Quince horcas para un asesino¨.


Es un western interesante con un enfrentamiento impresionante entre el protagonista Craig Hill y George Martin y algunos matones que les persiguen. Ambos protagonistas están bien, arrasan la pantalla, matan, disparan, golpean y corren, además reciben violentos puñetazos, patadas y golpes. Está bastante bien el papel interpretado por Aldo Sambrell en un cruelmente malvado carácter, posteriormente el haría personajes muy secundarios o mínimos. Además, aparecen secundarios italianos/españoles habituales en Spaghetti y Chorizo Western, tal como Álvaro De Luna, Rafael Albaicín, José Canalejas, Antonio Molino Rojo, Ricardo Palacios, José Luis Martín y por supuesto Frank Braña. La película combina violencia, tensión, ejecuciones sumarias por ahorcamientos. un alto número de cadáveres y siendo bastante entretenida. Hay una implementación muy ágil de algunas tomas en el trabajo de cámara durante algunas peculiares escenas a medida que la película se acerca a su clímax, como en los multitudinarios tiroteos y el habitual enfrentamiento final. Hay muchos técnicos excelentes y un buen diseño de producción de Wolfgang Burman, quien crea un escenario excelente con exteriores áridos, paisajes agrestes bajo un sol tenue y una excelente ambientación en la pequeña ciudad y el pueblo mexicano rodeado. El músico Francesco De Massi compone una bien dirigida banda sonora in estilo Spaghetti ; incluyendo canciones agradables en el principio y al final. Impresionante fotografía de Stelvio Massi en Eastmancolor, con negativos correctamente procesados. Interior filmado en estudios Romanos Elios y secuencias exteriores filmadas en Colmenar Viejo, Manzanares del Real, La Pedriza, Madrid y por supuesto Almería, España.

La dirección de Nunzio Malasomma está bien elaborada e inclinada hacia la violencia y el exceso de acción. ¨Quince Horcas para un Asesino¨ es su único Western, el también dirigió Peplum, tal como: 1960 La revuelta de los esclavos, y su especialidad fueron el Drama y la Aventura como 1958 Adorabili e Bugiarde, 1951 Quattro rose Rosse, 1950 Il Diavolo in convent, 1947 Il Diavolo, 1943 La Signora in Nero, 1943 In due Si Soffre Meglio, 1943 Incontri di Notte. Calificación: 6/10. Aceptable y pasable Spaghetti Western. Bien vale la pena verlo.

Me ha parecido una película interesante. Sin ser buena, contiene todos los ingredientes exigibles en un western, añadiendo además unos toques de intriga. Es una película en la que la que la frontera entre "buenos" y "malos" está tan difuminada que imposibilita al espectador identificar al protagonista "bueno", algo que siempre buscamos inconscientemente.