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Don Jon

Comedia Jon Martello (Joseph Gordon-Levitt), un joven adicto al sexo en general y al porno en particular, intenta ejercer algún tipo de control sobre sí mismo. Jon tiende a deshumanizarlo todo: su apartamento, su coche, su familia, su iglesia y las mujeres. Sin embargo, hasta los ligues más sofisticados no pueden compararse con el placer que obtiene viendo pornografía en su ordenador. Insatisfecho con su vida, decide cambiar. Gracias a la ... [+]
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Críticas 118
Críticas ordenadas por utilidad
29 de septiembre de 2013
94 de 148 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa de Don Jon es interesante pero peligrosa y la película cae en su propia trampa, no siendo capaz de jugar a su propio juego. Empieza tan alto que no le queda más remedio que caer hacia un final descafeinado cargado con una especie de moralina vacua y tan carente de emoción como el porno que acompaña a las noches de onanismo de Jon.

Dicho esto, las cinco estrellas de la película:

-Primera estrella: el inicio. Engancha, como esos carteles de SEXO GRATIS que luego te llevan a un anuncio que nada tiene que ver con el contenido de su título. Con ritmo, de chiste visuales efectivos, con un monólogo interno del protagonista muy basto pero bien construido.

-Segunda estrella: los padres de Jon. Tony Danza y Glenne Headley logran arrancar una sonrisa mediante unas interpretaciones pretendidamente caricaturescas en sus papeles secundarios y que justifican el por qué de la personalidad de Jon.

-Tercera estrella: los amigos de Jon. Las conversaciones del protagonista junto a ellos son lo mejor escrito del guión y resulta sencillo empatizar con ellos si se es un hombre. Si se es mujer, ayudan a entender cómo funciona el razonamiento básico, en primera instancia, de un hombre en situaciones como una noche de fiesta o una ruptura.

-Cuarta estrella: El Jon divertido. El Jon adicto al porno. El Jon que suelta tacos, que derrocha testosterona hasta para pasar el aspirador y el Jon en que Gordon-Levitt parecía sentirse cómodo.

-Quinta estrella: Julianne Moore. Llena la pantalla y se come a quien se atreva a compartir encuadre con ella.

Las estrellas que no tiene la película:

-Primera estrella: el desarrollo del personaje principal a lo largo de la película es errático y acelerado en el final, totalmente injustificado.

-Segunda estrella: el uso de la cámara cambia drásticamente sin explicación aparente hacia la mitad de la cinta, sacando al espectador de la historia. El estilo documental no funciona en una película con una estructura argumental tan simple de "chico conoce chica".

-Tercera estrella: la fotografía. Se ven los focos. Literalmente, se sabe dónde hay una luz. Artificiosa, con una pretensión demasiado evidente de guiar los ojos del espectador hasta el punto de hacerle sentir estúpido y que se pierda las acciones que se desarrollan en otros puntos del fotograma.

-Cuarta estrella: el montaje. Da la sensación de que media película se quedó en algún disco duro perdido. Los saltos entre planos son tan notables que es sencillo que el espectador pierda la atención y el final dice "teníamos que acabar la película" a gritos. Los chistes se repiten hasta la saciedad, hasta el punto de perder la gracia por completo.

-Quinta estrella: Scarlett Johansson y todo lo que rodea a esta actriz y a su personaje. Hasta Gordon-Levitt se desinfla en pantalla junto a ella. No tiene credibilidad, ni encanto, ni sensualidad, ni interés, se pasea por la historia sin pena ni gloria resultando irritante, forzada.

En resumen, el primer experimento de Gordon-Levitt tras las cámaras ha resultado ser un intento fallido de mostrar una historia de base interesante, con un potencial cómico arrollador y con un plantel de actores que podrían haber dado mucho más de sí. Una vez más se demuestra que, normalmente, estar delante y detrás de la cámara al mismo tiempo no es una aventura que acabe en "final feliz".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FranDarko
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24 de noviembre de 2013
53 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Don Juan Tenorio, uno de los personajes españoles más universales de la historia, ha sufrido, desde su primera aparición en El burlador de Sevilla y convidado de piedra, atribuido a Tirso de Molina en el siglo XVII, una gran evolución tan drástica como necesaria para hacer del mito sevillano un personaje legendario. En sus comienzos, el Don Juan era un hombre valiente hasta la más absoluta temeridad, seductor, libertino y anarquista. Su lucha moral quedaba reducida a la idea de una conveniente extremaunción para ser redimido de sus pecados. Pero el perdón no le llega y, en justo castigo a su desprecio por las normas, arderá eternamente en el infierno. Sin embargo en el S. XIX llegó el romanticismo y, con él, un Don Juan mucho menos preocupado por las consecuencias de sus actos, donde el castigo infernal al que se le condenaba previamente, da paso a un coqueteo con la idea del arrepentimiento y la posibilidad de su salvación. En su obra más popular, Don Juan Tenorio de Zorrilla, 1844, el alma del burlador se redime en nombre del amor. Ya en el siglo XX el personaje fue representado, tanto en la literatura, como en el teatro, la música o el cine, por infinidad de grandes autores, con múltiples y muy dispares personalidades. Incluso el extravagante genio Ingmar Bergman adaptó dos versiones, una para teatro, Don Juan, 1955 y otra para el cine, El ojo del Diablo, 1960. Destacamos, de entre todas las adaptaciones del pasado siglo, el Don Juan, 1963, de Gonzalo Torrente Ballester, un libertino que llega a ser comparado con el mismo diablo, tan anacrónico como misterioso, al que la edad empieza a pasarle factura pues, aunque conserva sus dotes de conquistador, incluso más desarrolladas que nunca, comienza a tener ciertos problemas para llevar esas conquistas a un terreno más “físico”. La novela está dotada de un sutil y rápido humor inteligente lleno de diálogos que, entre Don Juan y su fiel sirviente Leporello, resultan de lo más hilarante con sus ademanes auriseculares en plena revolución tecnológica.
Siguiendo con el proceso degenerativo del mito, el Don Juan del Siglo XXI que nos presenta Joseph Gordon-Levitt es un guaperas de discoteca, italoamericano, con la misma destreza para la seducción que su predecesor, aunque con unos métodos mucho más rudimentarios y una ignominiosa adicción: la pornografía.
El estreno en la dirección de Levitt ha estado marcado por un guion, tan sencillo como efectivo, escrito por él mismo y en el que se relata la vida de Jon Martello o Don Jon, como ha sido apodado por sus amigos dada su habilidad en el campo del flirteo. Un macho alfa con una vida simple y rutinaria consistente en ir trampeando por las noches para redimirse cada domingo por la mañana en misa. Una vez el trámite está resuelto y limpia su conciencia, come junto a sus padres y su hermana en la reunión familiar semanal; y vuelta a empezar. Cuando Jon conoce a Bárbara, una chica tan despampanante como hortera y controladora, su vida comienza a girar en torno a los intereses de esta “cani” genialmente caracterizada por Scarlett Johansson y que, utilizando como arma sus más que llamativos encantos femeninos, obligará a Jon a dejar muchos de sus hábitos de vida, entre los que se incluye el total abandono, de manera incuestionable, de los videos pornográficos. Comenzará entonces una lucha interna del onanista mujeriego que sigue sin disfrutar tanto de las relaciones sexuales reales como lo hace con las virtuales.
El director presenta el tema del machismo desde dos puntos de vista, el del hombre, frustrado al no poder encontrar en la vida real la complacencia y servidumbre femeninas de las que tanto disfruta viendo porno; y el de la mujer, que utiliza el sexo como medio para, aprovechándose de la debilidad y la simpleza masculinas, lograr sus propósitos. Al igual que Michael Fassbender en la película de Steve McQueen, Shame, 2011, el protagonista muestra, en un tono mucho más cómico, los problemas de un hombre para encontrar una vida sexual equilibrada, dando como resultado la pérdida total del control personal y la dependencia enfermiza del lascivo contenido que se encuentra en los rincones más perversos de Internet.
El director y guionista también es el protagonista principal de la cinta, uno de los alumnos aventajados del cazatalentos Warren Zavala que, siguiendo en su línea interpretativa habitual, ahora goza de las prerrogativas que le aporta el hecho de escribir y dirigirse a sí mismo, componiendo un papel a su medida en el que parece encontrarse muy cómodo. Completan el reparto un divertidísimo Tony Danza que, enfundado en su camiseta interior de tirantes, conseguirá que no dejemos de reír en ninguna de sus apariciones como el exaltado padre de Johnny, Jon Sr.
Brie Larson brinda una actuación cargada de originalidad y humor como la hermana de Jon, gracias al papel que el director escribió para ella en un alarde de atrevimiento ya que, pese a lo recurrente de su personaje, sólo pronunciará una frase en toda su interpretación. Una Maggie Simpson convertida en adolescente que, pese a lo lacónico de su papel, consigue despertar en el espectador una agradable sensación de trabajo bien hecho. Una actriz más a la que habrá que seguir la pista y que, como ya demostró en el reciente filme de Destin Cretton Short Term 12, también es capaz de hacerlo realmente bien como protagonista principal.
La última media hora de metraje estará marcada por una moraleja algo cogida por los pelos que restará dinamismo a la rápida comedia. Pese a ello, la siempre correcta Julianne Moore, en el papel de una mujer que está de vuelta de todo, conseguirá que el nuevo Don Juan se cuestione sus principios y hasta su fe. Gordon-Levitt deja las pretensiones para su personaje y firma una atractiva, excitante y, sobre todo, divertida ópera prima que deja las expectativas muy altas a la espera de su próximo proyecto.
Peaky Boy
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21 de enero de 2014
45 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Don Jon" viene a ser algo así como el reverso desprejuiciado y divertido de la plúmbea "Shame", esa película que todo el mundo recuerda porque Michael Fassbender enseñaba el pito.

Joseph Gordon-Levitt no llega a tales sacrificios, pero en cambio nos regala un personaje forocochero tan entrañable como desprejuiciado y chulesco, eso sí, enganchado al porno e incapaz de disfrutar al 100% de relaciones con chicas reales.

Ten cuidado con lo que deseas, se suele decir. Y la vida le deja caer al protagonista a una chica que parece sacada de una de sus películas porno. Las consecuencias serán imprevisibles...

El debut de Gordon-Levitt como director es una película simpática y aleccionadora sobre el aprendizaje vital de un digno participante de Gandía Shore. Da una visión de uno de los males de la sociedad moderna, que es la incapacidad de lidiar con la realidad y la evasión a través de diversas adicciones. Funciona como comedia romántica más que como lección vital, pero muestra inquietudes y una buena capacidad de reflejar lo que se mueve en la actualidad en las vidas de muchas personas.

Mención especial para las chicas: el papel de Scarlett Johansson se nota hecho a medida y lo borda. El de Julianne Moore, más flojito, lo saca adelante la profesionalidad de la actriz.
Neathara
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27 de abril de 2014
34 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Esta mujer es la hostia...no me suele gustar que las titis me miren fijo a los ojos y ésta me mira mucho, pero no sé lo que tiene que no me molesta, es más, cuando me devuelve la mirada se me pone el rabo como una piedra...es como si yo supiera lo que piensa ella y ella supiera lo que yo estoy pensando...y cuando hacemos el amor toda la mierda se desvanece, y siento que los dos juntos nos liberamos..." Alucinante y políticamente incorrecta pero brutalmente sincera definición del amor que nos regala Jon (Joseph Gordon-Levitt) durante el film y que, con el paso del tiempo, quedará para los anales del cine.
Por otra parte, destacar el sorprendente (por bueno) debut del "guaperas" Joseph Gordon-Levitt en la dirección.
Jon, el protagonista, sufre del síndrome más común en los países desarrollados del mundo actual: el egoísmo que sólo te permite ver tu propio ombligo, pero varios encuentros casuales o buscados le harán evolucionar como persona hasta acabar encontrando el sentido de la palabra amor a su manera...
El contrapunto a Jon lo pone la siempre carismática Julianne Moore, en el papel de Esther, una mujer que está de vuelta de todo y que conseguirá sin proponérselo que este moderno Don Juan se cuestione sus principios y el sentido de su vida. Gordon-Levitt deja las pretensiones para su personaje y firma una atractiva, interesante, divertida y a su manera profunda ópera prima que deja un muy buen sabor de boca en el espectador.
lisufelligus
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26 de diciembre de 2013
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya tenía ganas de pasar un buen rato viendo una comedia alejada de tópicos, realmente divertida y por supuesto (A mi me lo parece) inteligentemente desarrollada.
Conozco a un montón de Don Jon, tipos sencillos y sinceros, con su distraída moral, sueños e ilusiones; y que todo ello desaparece cuando se enfrentan a su adición.
Don Jon es una película divertida, ágil, fresca, que se ofrece cargada de ironía, sin vergüenza ni tapujos para hacernos pasar un buen rato.
Me gusta Joseph Gordon-Levit en ambos papeles: Director y actor. Scarlett Johansson tiene en esta película un aspecto aputonado barato que la hace menos creíble, pero claro... La taquilla manda.
Un generoso ocho.
LEUGIM
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