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La celda olvidada

Drama Robert Stroud es un preso conflictivo que ha sido condenado a cumplir una pena de doce años en una celda incomunicada. Un día decide cuidar a un pájaro herido que encuentra en la ventana de su calabozo y, entonces, descubre que su verdadera vocación es el estudio de las aves. (FILMAFFINITY)
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Críticas 42
Críticas ordenadas por utilidad
26 de junio de 2009
76 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el “El hombre de Alcatraz”, John Frankenheimer nos ofrece un relato humanista, sobre cómo lograr mantener la dignidad en la vida carcelaria a través de la transformación del preso Robert Stroud, estupendamente interpretado por un inconmensurable Burt Lancaster, seguramente en uno de los mejores trabajos de su vida cinematográfica. Con una selecta compañía de secundarios como Kart Malden, Telly Savalas, Thelma Ritter, Neville Brand y una excelente composición musical del gran Elmer Berstein.

Robert Stroud quizás se hubiera vuelto loco a la larga, pero un cierto día dando su solitario paseo por el patio bajo una fuerte tormenta, se encuentra una cría de gorrión que necesita cuidados…aquella pobre vida en sus manos cambia su manera de ser, quizás el hacer algo útil y bueno, además es la única forma de vida de la cárcel que le corresponde con cariño desinteresado, una vida de pájaro, libre de ir donde sea, puro y limpio para él, que no ha conocido más que maldad y crueldad. Poder cuidar de ese pájaro quizás es trascender esos muros de hormigón, cuidar de esa parte de libertad que él no tiene, es hacer llegar algo de sí mismo más allá de los muros y alambradas…. predecible que el pajarillo prefiera la cómoda estancia de la cárcel antes de la ruda vida afuera: propio de muchos exconvictos que vuelven a delinquir solo para volver a la (para ellos) acostumbrada seguridad de la prisión.

Como se dice en la película, la cárcel no devuelve la dignidad a un hombre, solo puede hacerse digno así mismo siendo (y sobre todo sintiéndose) realmente útil a la sociedad, la cárcel sólo le quita la libertad y su dignidad dándole un número de preso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vfoul
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1 de noviembre de 2006
59 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una vez un hombre que se animó a rodar todo tipo de extrañezas y luego de habernos regalado esa exquisita rareza que fue "The Manchurian Candidate" quiso regalarnos una historia que fuera directo al corazón y vaya que lo logró.
Ese hombre es John Frankenheimer, que nos ha hecho detestarlo algunas veces, pero siempre existirá "Birdman of Alcatraz" para hacernos cambiar de parecer, con un gran guión y una fotografía delicada construida en una sobria gama de grises.

Es así que la historia del hombre de los pájaros se transforma en una historia sobre la libertad aunque para este hombre es la celda el único espacio que posee para alcanzar la libertad. Es la historia de Robert Stroud un condenado que descubre en un pájaro el concepto de redención.

Stroud (maravillosamente interpretado por Burt Lancaster en uno de sus más memorables papeles) nos muestra que la rehabilitación no es tan solo acatar las reglas carcelarias esperando por una futura libertad condicional sino que además es una búsqueda de volver a ser digno... y es mediante su dignidad que este hombre conoce su pasión por las aves, conoce el amor dentro de la celda y llega a contraer matrimonio.

Toma prestadas las alas de sus aves para volar dentro de su celda y de a poco va encontrando un lugar para desarrollarse, desarrollándose junto a su búsqueda un inteligente drama, que dentro del género carcelario uno de los escalones más altos tiene escrito su nombre junto a mi parecer con "The Shawshank Redemption" de Frank Darabont.

Es notable y muy apreciable la "actuación" del primer gorrión, que logró con ayuda de Stroud convertirse de pichón en un gorrión adulto que tuvo que aprender a volar y descubrir que la vida afuera es dura por lo tanto vuelve para no morir solo. En cierta medida veo la utilización de este gorrión como un precedente al ratoncito de "The Green Mile" también de Darabont.

El hombre de Alcatraz se convierte en símbolo de la Voluntad, de la voluntad como arma para no enloquecer en un mundo duro y autorrealizarse como hombre superando la realidad que le tocó vivir.

La redención es posible.
Maldita Fiera
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4 de septiembre de 2011
34 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que tiene un blanco y negro precioso. Un regalo para la vista.

Que Burt Lancaster hace un papel exageradamente genial. ( Cosa que no es de extrañar viniendo de él )

Que las películas con animales bien conseguidas son avatares del entretenimiento.

Que solo un gran director poseedor de gran cantidad de recursos narrativos es capaz de hacer un drama carcelario de mas de dos horas y no solo no aburrir, sino entretener, divertir y emocionar.

Que invita a un segundo visionado, a dos, a tres.... hasta que la aborrezcas.

Que aunque madre no hay mas que una, hay que echar a volar.

Que hay gente capaz de ver en el interior de las personas y encontrar en ellas la validez, sin importar su aspecto, su situación, su pasado...

Que no es mas limpio el que mas limpia, sino el que menos ensucia.

Que por películas como esta, un servidor ama el cine con todo su corazón.

Y por último:

Que disfrutéis de esta maravillosa película.

Saludos.
Tanatorius
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30 de agosto de 2005
27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta pequeña joya de John Frankenheimer bien pudiera considerarse como la mejor película de tema carcelario. Basada en la vida real del presidiario Robert Stroud y rodada con una estupenda fotografía en blanco y negro, se convierte en todo un alegato de la redención y reinserción del individuo como algo infinitamente más humano que el castigo. Así nos lo comunica desde las entrañas Burt Lancaster, quien se mete en el pellejo de este hombre ofreciéndonos una de las más grandes interpretaciones de su filmografía, dentro de una obra que trasluce una muy buena dirección de actores donde sería injusto no destacar también los papeles de un convincente y tierno Telly Savalas y de un implacable Karl Malden.

De todos los convictos que pasaron por la que fuera la más importante prisión de los Estados Unidos fue posiblemente Stroud el que dejó una mayor huella alcanzando su historia la fama. Este hombre de Alcatraz –en realidad el hombre de los pájaros de Alcatraz– demostró gracias al tesón y una voluntad indomable que toda persona merece una segunda oportunidad, pues algo tan sencillo como un pequeño canario puede sacar a flote esa humanidad que todos llevamos dentro, aunque a veces esté demasiado dentro.

La película fue un éxito de público y crítica en su estreno de 1962 y consolidó tanto a su aún novato director como a su protagonista recibiendo cuatro nominaciones a los Oscar el mismo año en que las excelentes “Lawrence de Arabia” y “Matar a un ruiseñor” acapararon los principales galardones. Sin embargo, al verdadero Robert Stroud, que murió el 21 de noviembre de 1963, nunca le fue permitido verla.
Pedro
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25 de julio de 2007
35 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película de dos horas y media a la que no le sobra ni un minuto de metraje, con un blanco y negro majestuoso y un Burt Lacaster en estado de gracia, como casi siempre...
Un reparto excepcional, una música deliciosa de Bernstein, como casi siempre...
Un guión perfecto y una dirección de Frankenheimer gloriosa, como casi nunca...
Cine.
Sines Crúpulos
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