La novia del gorila

Primera película del afamado guionista Curt Siodmak, autor entre otros del libreto de “El hombre lobo” (George Waggner, 1941), “Yo anduve con un zombie” (Jacques Tourneaur, 1943) o “La Tierra contra los platillos volantes” (Fred F. Sears, 1956).
Su carrera de guionista muy superior tanto en número como en calidad de trabajos, ya que en el cine apenas dirigió media docena de films, con este tal vez…solo tal vez, como único destacable, mientras que como guionista escribió más de setenta guiones alguno memorable como los antes reseñados.
Basado en un guión escrito por el mismo, “La novia del gorila”, es una película a la que su falta de presupuesto se le nota desde el primer minuto de metraje, pero que a pesar de tener terribles fallos, las brillantes actuaciones en sus papeles principales, y el más que aceptable guión que deja en el aire si es real o no, lo que le sucede al protagonista (estimable trabajo de Raymond Burr), hacen de la película un film entretenido de ver.
Curt Siodmak dirigió otro aceptable y desconocido clásico fantástico de época en 1953, “The magnetic monster”, también con interesantes conceptos.
Raymond Burr, lo mejor del plantel, se preparaba para sus futuros éxitos televisivos con las series “Ironside” (1967/1975) y “Perry Mason” (1985/1993). La malograda Barbara Payton (Solo el valiente, 1951), es la “muñeca” del film causante de los desastres de casi todos los hombres del film, y que paradójicamente en su vida real, dicha actitud fue el fin de su carrera como actriz…y poco después de su vida, ya que murió en la más profunda de las miserias con apenas 40 años victima de su atolondrada vida privada que la aparto del cine y la dejo tirada en la calle. Curiosamente otro participante del plantel, Tom Conway con una extensa carrera como secundario (La mujer pantera, 1942) , tuvo un final parecido a causa del alcohol. Cierra el reparto un, en esta ocasión, cansino Lon Chaney Jr. (El hombre lobo, 1941), encargado de soltar las frases lapidarias y misteriosas del film…con poca fortuna, por cierto.
Como curiosidad merece la pena, el film en conjunto no esta mal. Entretendrá a los amantes del cine clásico, y a los completistas del fantástico les gustará sin duda.

El título y el cartel despistan, porque no estamos ante una película de monstruos al uso, o ante un rollo fantacientífico cutre tipo "El caiman humano". Es mucho más un drama de terror psicológico, con ambición, lujuria y demás. De hecho, si nuestro gorila es real o no queda a la interpretación de cada cual. Es una película con tremendas limitaciones y la enjundia que tiene la saca sobre todo de unos diálogos más trabajados de los que suele tener este tipo de cine y sobre todo de su plantel, con Raymond Burr (siendo malo, como siempre), Barbara Payton, actriz con una vida dificilísima que murió muy joven, Lon Chaney o Tom Comway. Se supone que el papel de Burr iba a hacerlo Chaney, pero estaba ya muy envejecido, especialmente por su adicción al alcohol, por lo que lo hizo Burr. Entretenida y cortita, no llega a la hora, se deja ver con facilidad.

El argumento de C. Siodmak deja claro desde el comienzo que la historia no va a eludir compromisos ni a evitar los trances difíciles.
Una atmósfera de intensidad dramática llena el patio de butacas para que todos permanezcan atentos a la pantalla.
Las hechuras cinematográficas son sencillas pero efectivas y la austeridad de recursos materiales contrasta con su riqueza conceptual y con su capacidad de fabulación.
Merece especial significación la excelente actuación del elenco en el que R. Burr, L. Chaney Jr., T. Conway y B. Payton elevan la categoría de un film de serie B al que proporcionan verdadera altura.

En su día, creo que exitoso film de género, al menos en un principio, fantástico.
Pero vista hoy en día, agosto de 2021, se comprueba que ha envejecido bastante mal y sus premisas, interesantes en su día, quedan disminuidas en su atractivo y originalidad.

Su primer tercio está bien y hasta que no llega la maldición se sigue con gusto. Sin embargo, más tarde el ritmo se ralentiza y la intriga queda bastante desganada hasta llegar a ser a veces algo tediosa.
No en vano, como tiene elementos competentes, como la fotografía en blanco y negro de Charles Van Enger y la presencia de la bellísima Barbara Payton y un Lon Chaney Jr, que nos engaña al no ser ni malvado, ni el gorila, sino el policía que intenta descubrir la verdad a toda costa.

No aburre y como su metraje es corto se ve sin dificultad, pero, repito, viéndola hoy en día, queda irremediablemente mediocre.

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No tiene mucha imaginación... hacen el efecto que sea hacía con el hombre lobo, pero menos currado. Una historia que no tiene ni chicha ni limoná.

Como curiosidad, el director quiso intercambiar los papeles de los los personajes de Chaney y de Burr, pero debido al deterioramiento de Chaney se quedaron como estaba. Chaney tenía 45 años, pero si ves la película parezca que tenga más de 50. Bastantes más. Aunque Burr tenía 34 años, y creo que quedaba mejor tal como lo han hecho.

Otra curiosidad es la vestimenta que llevaba la protagonista: el típico sujetador de los 50, para que os hagáis una idea, el sujetador que Madonna se puso en su gira en los años 90. Pero es que, es demasiado puntiagudo como lo lleva en esta película, no recuerdo una película que la chica llevase algo así. Y seguramente, a partir de aquí, se crearía la moda.