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Siguiendo mi camino

Comedia. Musical Historia de un simpático cura y su actividad a favor de su parroquia, así como las discrepancias con otro sacerdote mayor y más severo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
17 de febrero de 2009
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un convincente Bing Crosby, se nos plantea una película amable, que emana bondad y buen hacer. En ella Crosby interpreta a un cura enrollado y renovador que es destinado a una parroquia algo decadente a la que debe intentar engarzar con la comunidad en la que se encuentra.

La película en sí está bien, transmite optimismo, fuerza y amor al prójimo. Eso sí, también resulta un poco plana y previsible. Sin embargo, resulta agradable y además cuenta con la grandísima presencia de Crosby, que demuestra su gran voz en numerosas ocasiones, cantando solo o bien acompañado de Jean Heather.

En resumen, una película agradable a la que hay que exigirle lo justo, pero que no por ello deja de ser aceptable y recomendable.

Para finalizar, resulta interesante comentar que los premios Oscar entregados en marzo de 1945 premiaron esta historia de la bondad con nada más que siete estatuillas. En el de mejor película batió nada menos que a "Perdición", lo que invita a pensar en que se premió la luminosidad y el optimismo en esos días previos al fin de la Segunda Guerra Mundial.
néstor
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26 de agosto de 2009
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin buscar lo novedoso ni el aspaviento, esta película favorece la percepción cálida y sencilla de la existencia. Una historia inocente, casi cándida, incluso en los momentos en los que el orgullo del anciano Padre Fizgibbon le obliga a realizar cosas imprudentes. En esta película todo parece transcurrir sin prisa y la historia desborda una suerte de 'dejar pasar el tiempo': secuencias como la del juego de golf y la de la partida de damas son muestra de ello. Esta deliciosa historia nos enseña mucho acerca de las relaciones humanas, del hecho de poder dejar pasar al otro venciendo nuestro egoísmo y, en fin, de que la medida del tiempo siempre puede ser sazonada por una esperanzadora canción.
Ameiric
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29 de diciembre de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡FELIZ NAVIDAD! Para todos los usuarios de Filmaffinity. Especialmente para mis amigos de esta web de cine, ya que no lo he hecho individualmente, esperando ingenuamente la iniciativa ajena. No se han cumplido mis espectativas quizá por el ajetreo familiar de compromisos pendientes, en todo caso aprovecho el comentario sobre esta sencilla y humilde cinta para felicitarlos y desearles lo mejor. Lo hago con esta película que representa los buenos sentimientos humanos tan recurrentes para el espíritu navideño que vivimos. Entre tanto atracón de marisco, buena carne, turrones y cavas varios, sería bueno recapacitar sobre las cosas que valen la pena, más allá del dogma religioso católico que impregna esta entretenida película.

Sin grandes pretensiones artísticas, la academia la premió seguramente por sus valores inconfundibles en la fe, Bing Crosby nos brinda un gran papel para una especie de fabula moral ilustrada de canciones y buen humor, además del sentido cristiano antes apuntado. Si algo define al cine de Leo McCarey es su humanidad y su habilidad para subliminar lo sencillo, desde el buen gusto y la elegancia. “Going my way”, es un canto a la vida y a la esperanza, no olvidemos que fue filmada en plena segunda guerra mundial, donde reinaba la incertidumbre ante un futuro incierto y el cine contribuía a lanzar un mensaje de paz y solidaridad. De atender a los necesitados olvidando nuestro orgullo y egoísmo, en definitiva de preocuparse por el prójimo con un mensaje claro y universal, de valores eternos.

Una película recomendable en estas fechas, que muchos jóvenes desconocen por esa alergia al blanco y negro, esa palabra maldita que denosta lo viejo como reliquia, cuando trata de temas que no tienen edad. Que son inalterables al tiempo, sólo cambian las circunstancias, pero que recrean inexorablemente la condición humana y sus insondables distintos caminos. Espero que cada uno de nosotros elija acertadamente el más correcto con arreglo a sus principios e ideas. Reconozco que apenas he hablado del film, porque lo importante no son las tribulaciones del padre O´Malley, lo que importa es lo que pretende representar y transmitir. Porque el cine es entretenimiento, pero también arte y reflexión.
EL ALBATROS
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3 de agosto de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida es muy sabia: un caballero con un corazón como el que tenía Leo McCarey, era difícil que triunfara como abogado. No fue, pues, nada raro que la oficina donde comenzó a trabajar en el ejercicio de las leyes, quebrara en un abrir y cerrar de ojos… El joven McCarey tenía que seguir su camino. Y no era difícil saber hacia donde lo llevaba: bastaba reconocer que le atraía la comedia y el drama, que sabía escribir con mucha creatividad para el humor y para hacer fluir los sentimientos más humanos, y además sentía que podía aportar al mundo un arte que llevara alegría y unas cuantas historias que pudieran servirnos para aprender a vivir.

No sé, si cuando escribió “SIGUIENDO MI CAMINO”, McCarey buscaba enaltecer a la iglesia católica porque la admiraba o quería sugerirles a sus miembros como deberían actuar para servir con efectividad al pueblo. Pudieron ser ambas cosas a la vez, pero, en cualquier caso, ha conseguido contarnos una historia cálida, profundamente aleccionadora, y exultando toda una serie de sentimientos y actuaciones, que nos hacen sentir un gran orgullo de pertenecer a la especie humana.

La hostilidad, la frialdad, el apego a la tradición y al dogma, que caracterizan a tantísimos miembros de la iglesia romana, el evolucionado padre O´Malley, los convierte en un abierto compartir, en estar allí donde el prójimo le reclama, en música, juego y alegría, en rescatar para el arte a los chicos de la calle, en tomarse una copita responsablemente… y en mostrar que “Jesús es verbo y no sustantivo”, como nos dice Ricardo Arjona en su estupenda canción de hace algunos años.

Bing Crosby emana carisma y bondad a borbotones, y su personaje consigue con pundonor y con el más alto sentido de la amistad, transformar poco a poco al terco y cascarrabias padre Fitzgibbon que, con enorme gracia, interpreta el magnífico Barry Fitzgerald. Tarea harto loable la que aquí se propone de enviar a sacerdotes, con espíritu vivo y con mente evolucionada, a aquellas iglesias donde, además de ahuyentar a Dios, también comienzan a escasear los feligreses.

El filme recibió 7 premios Oscar. Mejor película, director, historia original, guión adaptado, actor, actor secundario y música. Vale citarlos y los considero más que merecidos por una especial razón: porque, comúnmente, las lágrimas y la tragedia -y rara vez la comedia y la alegría-, es lo que suele merecer los trofeos de la academia.

Y aquí cabe una certera frase de mi apreciado Groucho Marx: “Apenas existe algún cómico que no sea capaz de realizar una gran actuación en un papel dramático. Pero, hay muy pocos actores dramáticos capaces de interpretar un papel cómico de manera destacada. Comparada con el esfuerzo de hacer reír, una actuación dramática es como dos semanas de vacaciones en el campo”.

Título para Latinoamérica: “EL BUEN PASTOR”
Luis Guillermo Cardona
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9 de enero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo mi camino de Leo McCarey, es una comedia musical basada en la religión y el clero. Dirigida con un ritmo tranquilo, y lejos de su estilo habitual, es admirable y sorprendente la labor que realiza por momentos, la cual es idónea y correcta, con un resultado inteligente, aunque tiene el inconveniente de ir de más a menos, y hace perder interés en su visionado.
La fotografía en blanco y negro es hermosa, con un lúcido trabajo en los claroscuros, siendo llamativa y sugerente, con imágenes confortantes y encantadoras que conquistan al público por ser agraciada. Y la música, es sensacional y bella, con canciones de Bing Crosby que conquistan el oído, y con sonidos de la naturaleza que son tranquilizadores y sugerentes.
Las actuaciones, son remarcables, notables y brillantes. Con Bing Crosby auténtico y carismático en un papel hecho a su medida y con el que logró el oscar, y Barry Fitzgerald remarcable y convincente. Siendo competentes también, las interpretaciones de Rise Stevens, Gene Lockhart, Frank McHugh, Jean Heather y Stanley Clements. Empleando para estos unos vestuarios y caracterizaciones sugestivos y elegantes, artísticamente acertados según el personaje, y unos diálogos ocurrentes y perspicaces, además de sutiles y simpáticos.
El guion, basado en una historia del mismo director, es cercano, agradable y musical, argumentado de modo esperanzador y positivo, y siendo interesante y emotivo en algunos momentos. Empleando para ello una narrativa clásica y equilibrada, alusiva e impoluta, usada de modo afectivo y cordial, sobre todo por parte del protagonista. Y unos planos y movimientos de cámara sobrios y correctos, cuidando todos los planos en cada escena.
En conclusión, la considero una obra amena y agradable, emotiva y sentimental, aunque sinceramente, esperas algo más de ella por sus 7 oscars de la academia incluyendo el de mejor película. Recomendable por la dirección, guion, actuaciones, fotografía, música y diálogos, que hacen de ella una cinta simpática, aunque no consigue eso sí, mantener la atención del público en todo momento, ya que tiene varios altibajos que enfrían su visionado.
Elcinederamon
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