Viaje al fondo del mar (Serie de TV)

Después del almirante Horacio Nelson, Richard Basehart fue el otro almirante Nelson más famoso de la Historia. Y el "Seaview" el submarino más famoso del mundo en aquellos años.
Al mando iba el almirante y el Capitán Lee (David Hedison) con una tripulación capaz como ninguna. Aún así en cada capítulo se las veían negras para salir adelante.
El submarino tenía ventanales en la proa y dos alerones. Contaba con un batiscafo para ayuda de sus misiones. El pitido entrecortado del sonar se queda grabado para siempre en el recuerdo de la niñez.
Cuando el peligro era máximo y toda la tripulación guardaba silencio acojonados, sólo se escuchaba el sonar y la tensión era insoportable.
Las órdenes más comunes eran:
-¡Arriba periscopio!
-¡Dos grados a babor!
Coetánea con La conquista del Espacio podía decirse que el formato era el mismo para ambas series. Misión: el descubrimiento de mundos desconocidos.
A pesar del rigor y seriedad, la combinación con elementos fantásticos hacía que pudieras encontrarte en un episodio con que el hombre pez se había colado en el submarino. Y el hombre pez era un tío peligroso si estaba asustado y con una fuerza descomunal.
Ya van quedando menos cosas por descubrir...

Hacer una crítica/comentario medianamente objetiva sobre la serie de TV que marcó mi infancia -junto a la de otros muchos niños de mi generación- y mi futura cinefilia supone para mi el mayor desafío al que me he enfrentado desde que escribo en esta bendita Filmaffinity. Todavía recuerdo con cariño y nostalgia aquellas tardes de los sábados viendo esta serie en casa de mis abuelos, en blanco y negro y con un único capítulo semanal. Todavía resuena en mis oídos el anuncio del título en maravilloso español latino (el doblaje estaba hecho en Mexico) y el sonido del sonar del submarino Seaview (españolizado como Sirius) con el que daba comienzo el capítulo correspondiente.

En 1961 se estrena en cines "Voyage to the Bottom of the Sea", de Irwin Allen, film de aventuras y ciencia ficción en la que el submarino atómico Seaview, comandado por el almirante Nelson en misión científica, se verá obligado a luchar contra saboteadores, enormes criaturas marinas y ataques de submarinos enemigos, mientras intentan salvar a la humanidad de una catástrofe mundial. El film, con un elenco encabezado por Walter Pidgeon, Joan Fontaine y Peter Lorre, tuvo una buena acogida en taquilla lo que hizo que el productor y director Irwin Allen ofreciese a la cadena ABC convertir en serie las aventuras de aquel espectacular submarino, con sus ventanas frontales, que patrullaba los océanos para evitar complots criminales a escala mundial. ABC, finalmente aceptó el reto y Allen se puso a trabajar teniendo como base los recursos utilizados en la película. El submarino Seaview (que en España fue rebautizado como Sirius, sin duda una adaptación libre basada en la fonética del nombre en inglés), protagonista indiscutible de la serie y creado por el especialista en efectos especiales Bill Abbott, ya estaba hecho y se usaron los mismos decorados y las mismas maquetas para mostrarlo en acción. Además, se reutilizaron las filmaciones submarinas del largometraje y gran parte del vestuario, lo que, sin duda, abarató los costes de producción.

El primer episodio fue emitido en Estados Unidos por la cadena ABC el 14 de septiembre de 1964 y tuvo tanto éxito que la serie duró hasta el 31 de marzo de 1968, lo que la convirtió en la serie estadounidense de ciencia ficción en televisión que conservó a sus personajes originales por más tiempo durante ese decenio. En España se emitió por primera vez en 1966 en TVE, la única que había en aquella época.

En las dos primeras temporadas, filmadas en blanco y negro, las historias son variadas y relativamente elaboradas, alternando el thriller, las tramas de espionaje, aventura, ciencia ficción, en las que las amenazas vienen por parte de desastres naturales o saboteadores que ponen en peligro el destino de la humanidad, todo un lujo para la época, especialmente para los ojos de los niños ávidos de fantasía en la única cadena de TV que se podía ver. En las dos últimas temporadas, ya en color aunque a España no llegaría hasta más adelante, se introdujeron monstruos porque los productores vieron que la audiencia subía con ellos, y así desfilarán ante nuestros incrédulos ojos infantiles criaturas con forma de ameba, ballenas, anfibios mutantes, lagartos del espacio exterior, dinosaurios y hasta un ejército formado por marionetas. Por salir, salieron hasta hombres lobo, momias, el abominable hombre de las nieves y el monstruo del lago Ness. En la actualidad, en la era digital y efectos creados por ordenador, todo aquel despliegue de imaginación le parecerá de lo más ingenua y cutre a los espectadores jóvenes, pero para aquella generación de los 60, de la España en blanco y negro y cadena única, "Viaje al fondo del mar" supuso un derroche de fantasía y un viaje inigualable a bordo del Sirius a mundos inimaginables que han perduran en mi memoria con enorme cariño y nostalgia.

¡Kowalski, control de daños!