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Acordarse de cosas bellas

Romance. Comedia. Drama Nathalie lleva a su hermana menor Claire, una joven reservada, a un centro para amnésicos. Claire recibió una descarga eléctrica en un bosque y presenta pequeños lagos de memoria. Claire penetra en el seno de un universo curioso y desajustado. Conoce a Philippe, de cuarenta años, que perdió la memoria tras un accidente automovilístico que le costó la vida a su mujer y su hijo. Los dos se enamoran... (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
21 de mayo de 2007
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer largometraje de Zabou Breitman después de una larga carrera como actriz. Buena interpretación del cómico Bernard Campan en su primer papel dramático y una destacable actuación de Isabelle Carré (galardonada con el César a la mejor actriz).
La directora aborda con delicadeza el tema de las enfermedades neurológicas y la pérdida de memoria, desarrollando un relato de amor entre dos personas que deben luchar contra el olvido. El film cuenta con escenas llenas de poesía y belleza, pero la narrativa resulta lenta y la película demasiado larga.La banda sonora es poco acertada.
loren
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4 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De un centro de rehabilitación para personas con trastornos de memoria es de lo que se vale Zabou Breitman para dar inicio a “acordarse de cosas bellas”, con la clara intención de mostrarnos las historias de vida, quizás perdidas por la partida de la memoria. Pero ella hace especial atención en Claire, una mujer de 32 años que al parecer desarrolla pérdida de memoria por un accidente, más adelante entenderemos que se trata de Alzheimer, síndrome que también padeció su madre.
Con el avance de la historia y la memoria intermitente de Claire, confluirán las diferentes historias de otros pacientes con diversos orígenes pero comparten el mismo llamado urgente: “La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados” (Jean Paul).
En el centro de rehabilitación, la historia se hace lenta y es donde Cleire conoce el amor de su vida… y es que el amor no reside en el olvido. En este punto, los intentos por hacer humor son fallidos, y la intención de cuestionar la memoria y el cuidado por parte de los psicólogos, terapeutas y doctores más que desafortunados, le quita coherencia y contundencia al drama. De otro lado, es difícil juzgar la interpretación de Isabel Carré (Cleire), tiene momentos muy diversos y es el personaje que lógicamente evoluciona más, ya que es un personaje que quizás por mostrar muchos sentimientos quedó mal estructurado, la directora no logra hacer que entendamos a Cleire. Cleire se la pasa entre la futilidad, la tierna sonrisa, la inocencia, la excitación y el silencio total, de una forma incoherente y que quizás te deja algo indiferente. La historia de amor es difícil sentir. Sin embargo, algo de especial atención y que hace que la película merezca ser vista, es que no conforme con poner al espectador a presenciar el sufrimiento de Alzheimer por parte del paciente y de sus seres queridos, la directora hace una apuesta atrevida, al ponernos en los zapatos de Cleire, de cómo se empieza a ver, entender y sentir el mundo a través del olvido. Este es el valor agregado de la película, sin embargo esta te deja algo indiferente, distante, no te despierta cariño o intensas emociones, pero tampoco es un lacrimógeno.
Las comparaciones son odiosas, pero sí de tratar la realidad de personas con el síndrome de Alzheimer y de sus seres queridos, con un gran amor de por medio, me gusta más “un momento para recordar” (2004), de John H. Lee.
LAHETITIA
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18 de julio de 2018
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Este film francés aborda el lento y progresivo deterioro que causa el Mal de Alzheimer en aquellas personas que lo padecen.
Es la historia de Claire,una joven que comienza con trastornos de la memoria y es ingresada a un centro de atención, cuyos residentes sufren problemas neurológicos. En paralelo, surge la traumática experiencia vivida por Philippe, paciente internado en el mismo instituto, quien se culpa por la muerte de su esposa e hijo, en un accidente automovilístico. Ambos se conocen en ese ámbito compartido y nace un profundo sentimiento amoroso que los impulsa, con la anuencia del médico, a llevar a cabo una vida en común.
Es Phillipe quien brinda las herramientas necesarias para posibilitar a Claire un desempeño satisfactorio en sus acciones cotidianas.El acompañamiento es mutuo, pues la joven brinda una contención cálida y afectuosa a este hombre, cuyas pesadillas nocturnas lo asaltan a menudo.
Sin embargo, la enfermedad de Claire avanza y va dejando huellas, que provocan una incapacidad cada vez mayor.
La actriz Isabelle Carré interpreta, con acierto, el personaje de la joven y, en forma sutil, deja entrever los cambios paulatinos del mal que aqueja a la protagonista. Bernard Campan, en el rol de Phillipe, merece mencionarse, pues aborda con eficiencia los rasgos de un hombre atormentado por su pasado. Sin embargo, el amor que los ha de unir, está presente desde el primer beso, pleno de ternura, en la bella escena donde ambos contemplan una obra pictórica, en el interior de un museo.
El guión, la dirección y las actuaciones son destacables. Sólo es criticable, la opacidad de las imágenes, considerando que la tecnología actual, permite obtener una calidad visual notablemente superior.
Sugiero verla...
un espectador una mirada
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