Haz click aquí para copiar la URL

El conjuro: El diablo me obligó a hacerlo

Terror. Thriller. Intriga Ambientada en los años 80. Ed y Lorraine Warren deberán afrontar un nuevo caso que se presenta con un hombre, Arne Cheyne Johnson, que es acusado de asesinato tras haber sido poseído por un demonio.
1 2 3 4 5 10 19 >>
Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
10 de junio de 2021
62 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy de los que piensan que Expediente Warren: The Conjuring, fue una cinta que triunfó no por reinventar el cine de terror sino por estar rodada con talento. A mí me gustó. Explotando recursos tropecientas mil veces vistos, James Wan supo atraparnos mediante una dirección fresca y renovadora. Es un hecho que todas las películas a posteriori del universo cinematográfico Warren (los cuales ya han adoptado una marca distintiva) han sido amortizadas gracias al peso de la primera película, tanto El Caso Enfield como todos sus spin-off (Annabelle, La Monja, La Llorona... etc.).

Pues, ¿sabéis que pasa con Expediente Warren: Obligado por el demonio? Exacto, todo lo contrario. No es tan solo la peor de la saga, sino una de las peores películas de terror que he visto en mucho tiempo. Y es que muchos me justificarán el entretenimiento vacío porque, a nivel técnico, hace justicia. Bajo opinión personal, un presupuesto inflado que convierte una producción en blockbuster no es algo meritorio. Lo que hace aplaudir una obra es la calidad creativa y no económica (aunque este último aspecto prima a día de hoy por encima del resto con muchísima diferencia). Esta última entrega es una película dirigida sin ningún cariño, cargada de sustos predecibles (del primero al ultimo), repleta de personajes sin ninguna profundidad, los cuales te importan absolutamente nada (por muchas maldades que el guion comenta sobre ellos), una trama absurda con conveniencias superlativas y numerosas escenas tan exageradas que convierten a los demonios en super saiyans. La ambientación es aburridísima, sin lugares memorables o una identidad pronunciada. Qué decir de las visiones ridículamente precisas de Lorraine, quien se convierte en la herramienta más tramposa del guion para avanzar la trama cuando los caminos coherentes se terminan. La familia principal de esta entrega aporta tan poco o nada que solo sirve como excusa para que los Warren tengan trabajo. El demonio sigue jugando a verlas venir hasta el final de la película y los personajes secundarios no pueden estar peor introducidos.

Para mí no hay nada salvable. Este ''Marvel del terror'' no es más que otro producto al corte para que el público masivo (adolescente) tenga carta libre a desgañitarse en cada subida de volumen mientras miran TikTok esperando que acabe la película. Y esta ''nueva'' manera de hacer cine no es más que la respuesta a una demanda conformista, desinteresada y que prolifera por cada like que sube en los tráilers. Mientras se siga haciendo taquilla, la espiral de involución se elevará al infinito y nosotros estaremos aquí para verlo. Ya no existe ningún interés en cuidar que el terror traspase la pantalla de manera justa y sin que el espectador se sienta gravemente insultado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martín Castejón
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de junio de 2021
47 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
... pero aún así, yo creo que entretiene y con creces.
Dirigida esta tercera entrega del volumen EXPEDIENTE WARREN por Michael Chaves, el tipo que realizó el sexto capítulo del universo que hoy ocupa ancho y alto de pantalla.

Tengo que decir, aunque en su momento la pusiera a parir por muchas cuestiones que tuvimos que tragarnos una mayoría después de ver LA LLORONA, que su dirección es... bastante correcta; lo mismo dije de aquella, aunque eso no quitase lo mierda que me pareció su historia.

OBLIGADO POR EL DEMONIO es una buena muestra de explotación del género, de entretenimiento y de pasarlo bien viendo una película...de terror. Tiene una historia correcta, no abusa en exceso de los jumpscares (gran acierto aquí para Chaves), esquiva de forma aceptable los tan aburridos e incansables tópicos que conocemos ya de sobra, y sabe mantener su tensión cuando debe.

Reconozco, que entré con bastante precaución sabiendo quién era esta vez el responsable de la nueva entrega protagonizada por el matrimonio Warren (iba bastante cagao), pero me trago mis palabras: Chaves aquí lo consigue.

Por supuesto dejar clara una cosa: no es la quintaesencia del género del terror, no es una obra maestra, no pretende serlo tampoco, tiene fallos, como todo en la vida, pero... como he dicho, creo que puede entretener bastante. La cuestión es pasar un mal rato en el cine, y eso es lo que propone lo nuevo del universo Warren. Y lo hace bien, en mi opinión.

Buen ambiente, buenos decorados, correcta duración, aceptable uso de cámara, un guión factible...

Id a verla, yo la recomiendo.

Nota: 6'5
Ivan CV
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de septiembre de 2021
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Iba con ganas de entrar al japo para hacerme una cena. Acordándome que era el día del espectador, me planté delante del cine para echar un vistazo a la cartelera. Vi el de “Expediente Warren: obligado por el demonio”, y me eché una entrada. Despaché mi ágape vespertino, sabiendo que si me quedaba con hambre no sería precisamente de comer, sinó por ver esta tercera entrega de “The Conjuring” que sigue la línea de 2013, y continuó en 2016 con “El Caso Enfield”, con Ed y Lorraine Warren como personajes principales.

Crítica y público tienden a adoptar una actitud demasiado fetichista en relación a lo que se pueda esperar de una cinta, teniendo en cuenta quién está al cargo; en el caso de “Obligado por el Demonio”, independientemente de su discutible resultado, el que Wan se bajara del puente para ponerse a un lado en producción, y fuese el novel Michael Chaves, quién se estrenó precisamente en “The Curse of la Llorona” (2019), ya puede haber causado un cierto efecto de animadversión. Lo cual no tiene porque tener fundamento; independientemente de las cualidades propias y de la pericia profesional en conducir un guion, muchas veces son los “de arriba”, los productores, los que meten mano, y no en pocos casos, los que tienen la última palabra en asuntos de índole técnica y artística. Precisamente esta podría ser una de las razones por las que Wan declinara, por no poder tener carta blanca en su trabajo.

Chaves no acaba de convencer. No faltan evidencias de que todavía está verde, y para mi gusto la labor le viene un poco grande.

Michael Burgess (fotografía), logra construir una adecuada atmósfera en la recreación de los escenarios a los que nos lleva una compleja trama narrativa.

El montaje permite que el discurso de la cámara nos vaya manteniendo frente a la primera persona de la pareja protagonista, como conductores de todo el hilo argumental, sin que el espectador pueda perderse en las vías secundarias.

No hay un abuso de efectos especiales, pero acercan más el cariz a un género fantástico, con toques socarrones que resultan harto impertinentes en determinados momentos (lo cual constatan los diálogos), rompiendo la atmósfera de terror.

Joseph Bishara se está convirtiendo en un referente de las bandas sonoras del cine de terror en lo que va de este s.XXI, principalmente por su participación en otras producciones de la saga “Warren”, y en otras de afín índole, como las de la franquícia de “Insidious” (2010 – 2018), o la más reciente “Malignant” (2021). Uno de los denominadores bastante comunes en todas ellas, es la dirección de James Wan. Nombre, pues, que encontraremos comúnmente asociado a este compositor de cariz vanguardista.

Por encima de un estilo tonal, más o menos disonante, e incluso del serialismo dodecafónico, Bishara juega en extremo con los efectos sonoros que resultan de combinar en la partitura los instrumentos de la orquesta, con instrumentos electrónicos.

Con los motivos que emplea (especialmente característicos en el uso de los metales y de la percusión), pretende acercar al máximo la función descriptiva de los mismos con la vivencia de lo que está sucediendo en escena. Uno de los motivos más característicos (no desarrolla temas musicales melódicamente elaborados) y recurrentes, es el que trombones y tubas (a veces sobre el fondo, o precedido de un ostinato disonante de las cuerdas) mayoritariamente protagonizan como elemento descriptivo de la presencia del demonio; a modo de “leitmotiv”. En los momentos en que se transmite algo de paz y sosiego, principalmente aquellos que evocan el amor de juventud de Ed y Lorraine, escribe una sencilla sucesión tonal harmónica, típica de las músicas ambientales para las sesiones de meditación o mindfulness, más que potenciadora del carácter idílico de lo que tendría que transmitir, y las más veces, siempre derivando o transportando a otra atmósfera completamente distinta: lúgubre y turbadora, para reconducir de nuevo a la audiencia al siniestro clima del que no se puede escapar.

El elenco se desenvuelve de manera desigual, pero en general flojea bastante; se hace evidente una falta de trabajo de dirección de actores, que, por ellos mismos, y añadido un contenido y calidad de diálogos en su mayor parte pobres, poco acertados y sin demasiado meollo (con algunas excepciones), no son capaces de sostener, por mucho esfuerzo que le metan. Incluso Patrick Wilson y Vera Farmiga muestran durante todo el metraje en su expresión, un cansancio casi crónico, que lleva a dudar si es intrínseco del papel que interpretan, o es que ya no pueden más con la falta de referencias y pautas.


El pelirrojo irlandés, Ruairi O’Connor, que convence más por esa presencia que combina de forma extraña un natural atractivo en la belleza de su rostro, y lo siniestro en su mirada, está infraexplotado, y a pesar de que a su personaje se le quiere conferir una gran dosis de efectismo, se desinfla como un balón por la falta de garra, ya sólo en la primera escena del exorcismo, en la que su invitación al demonio a entrar en él para salvar al chiquillo (un calco del hermanito pequeño en la película “Verónica” (2017), de Paco Plaza), no se compone ni como ínfimo atisbo de lo atemorizante y trágico del “¡Entra en mí!” del Padre Damien (Jason Miller) en “El Exorcista” (1973).

Toda la escena inicial, con el cura llegando, poniendo una cara de: “¡ostia, que han empezado sin mí!”, y el sobrecargado despliegue de chirimbolos sonoros y visuales, más que un homenaje al clásico de Friedkin, acaba antojándose como una parodia del mismo.

Sólo John Noble, a pesar de lo reducido de su papel, clave en el desembrollo de la trama, con sus marcadas facciones que lo harían ideal para un Joker sin demasiado maquillaje, consigue superar esa tónica mediocre. El personaje Eugene Bondurant, al que se logra dotar de un aire tremendamente espeluznante, al final se hunde directo al fondo con la patética puesta en escena de su final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordirozsa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de junio de 2021
20 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezamos con un inicio bastante eficiente, nos mete de lleno al momento del exorcismo de un niño, acompañados con la atmósfera tétrica que caracteriza a sus antecesoras, y a través de planos que entregan referencias al buen cine estadounidense de terror clásico del siglo anterior. Luego toma un rumbo inesperado al drama sobrenatural e investigación judicial, tocando temas interesantes pero lamentablemente poco profundizados, se queda siempre en la superficialidad, el metraje vive gracias a su dúo protágonico que consiguen nuevamente que el espectador empatice con ellos, aunque yo los odio. Básicamente la película es una más del cine de terror actual, seguro entretenida de ver con la familia un domingo, y bueno...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghost
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de agosto de 2021
16 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 2013, la mente retorcida y macabra del talentoso James Wan, aquel capaz de traernos productos como “Saw”, consiguió resurgir de entre las cenizas al género de terror más comercial con la notable y querida “The Conjuring”. Puro terror fantasmagórico de casas malditas donde gracias a un buen trabajo de dirección, predomina una ambientación oscura, tenebrosa y una tensión que te deja descansar solo por momentos. Tal fue el éxito por el público y la crítica que pronto Warner Bros se puso manos a la obra en explotar el mundo de los Warren con un sinfín de productos como “The Conjuring 2: The Enfield Poltergeist” un secuela bien lograda y parecida a su predecesora, “Annabelle” una muy dudosa trilógia de la muñeca más creepy del momento, otro producto escaso de talento y mal logrado de la monja más fea con “The Nun”, y “The Curse of La Llorona” otro aún peor producto de la leyenda mejicana de la Llorona.

Bien, hecho ya el dinero y sin importar tanto la calidad, llegamos a día de hoy con la tercera entrega de los Warren, tras sus dos precuelas que sin lugar a dudas son lo mejor de esta saga de mucho susto y pocas nueces. Regresamos a las aventuras fantasmagóricas del matrimonio de demonólogos de Ed y Lorraine Warren, en otro caso ¿real? donde un hombre acusado de asesinato alegó en su defensa posesión demoniaca para cometer el crimen, empezando así una carrera a contrarreloj donde nuestros protagonistas deberán demostrar la existencia del diablo en los tribunales.

Abandonando las casas encantadas, “The Conjuring: The Devil Made Me Do It” se arma de valor y se adentra en terreno desconocido convirtiéndose en un thriller sobrenatural de detectives, donde el terror y la marca de la casa pasan a un segundo plano y que, por desgracia, todo atisbo de horror se siente forzado y escasamente efectivo. El guion y Michael Chaves, director de ésta y “La Llorona”, la que tiene el dudoso honor de ser la peor película de la saga; se centran tanto, o tan poco, en el apartado de investigación que hasta olvidan el porqué de la misma, llegando a verse sin ningún afecto, ni llegar a tener ningún tipo de importancia ni relevancia (para el público) si los Warren consiguen su cometido.

Entonces, ¿que nos queda de una película de “The Conjunring” si no tiene ni una pizca de tensión, falla en ambientación terrorífica, y el thriller que nos presenta se degusta sin interés ni curiosidad? Muy fácil, los Warren. Patrick Wilson y Vera Farmiga siguen tan hipnóticos y escalofriantes como de costumbre y, aún que no consiguen mantener la cinta, por lo menos nos dan una excusa para seguir viéndola y no abandonar la sala.

Para no ser tan cruel, cabe destacar la escena inicial de la película, ya que es sin ninguna discusión la única parte de metraje salvable y donde podemos saborear un poco de mal rollo. Tanto se distancia del resto de la cinta que uno puede llegar a pensar que esa misma escena ésta dirigida por otra mano y mente más talentosa (¿Wan, eras tú?).

En fin, a miedo de parecer repetitivo, esta tercera entrega cambia a una fórmula atrevida que de haber salido bien podría haber salido ganando y mucho. Por lastima se queda solo en un intento pobre en el que, por no saber dirigir un thriller en condiciones y no mantener un mínimo nivel de tensión, se pierde la esencia terrorífica de las únicas películas que si funcionaban en esta saga. Quizá en otro proyecto hubiese funcionado mejor.
Víctor Baylach
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 5 10 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow