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Carta de presentación

Comedia. Drama Cuando el veterano y reputado actor John Mannering prepara su regreso a Broadway, llega por sorpresa su hija, a la que no veía desde hacía años y que también aspira ser actriz. El padre intenta reconstruir la relación. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
14 de diciembre de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Naturalidad, verismo, temas aparentemente valientes, considerados fuertes para la época y un gran sentido de los mecanismos de drama son algunas de las características más habituales del director John M. Stahl, de oscuro origen ruso y judío, nacido en la actual Azerbaiyán y que emigró muy joven a Estados Unidos. Hoy en día Stahl es reconocido fundamentalmente como un director de grandes melodramas, algunos de los cuales han permanecido casi inalterables en la apreciación crítica, evitando los crueles estragos del tiempo, mientras otros se han ido avinagrando y han terminado por envejecer no tan elegantemente, como este ñoño y sentimental producto sobre una inesperada relación paterno-filial en el contexto del mundo teatral y artístico. Tal vez sea la cansina interpretación de Andrea Leeds o que buena parte de las situaciones dramáticas se basen en un malentendido alargado en exceso y no aclarado en ningún momento, qué se yo, el caso es que no termina de convencernos la propuesta de este, por otro lado, excelente director. Por el contrario da gusto ver la magníficamente pomposa interpretación de Adolphe Menjou como el famoso actor John Mannering o la chispeante labor del ventrílocuo Edgar Bergen –padre, por cierto, de la actriz Candice Bergen- con su muñeco Charlie y hay que reconocer, en último término, que toda la parte del estreno de la obra de teatro alcanza una gran altura.
Gould
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26 de julio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Letter of introduction, Carta de presentación, es un peculiar melodrama estadounidense dirigido por John M. Stahl en 1938.
Recordamos muchas películas por pequeños o grandes detalles que se nos quedan en la memoria. En este caso, hay un factor inesperado que atribuiremos siempre a esta cinta, la presencia del muñeco Charlie, personaje protagonista, quizá innecesario, que habla a través de su ventrílocuo Edgar Bergen.

La película arranca con el incendio de la casa donde vive la joven aspirante a actriz Kay, interpretada por Andrea Leeds. En medio del tumulto de gente que acude curiosa a ver el incendio aparece el ventrílocuo al que Kay solicita desesperada que salve algo muy valioso para ella, la carta de presentación. Sin embargo, el "solidario" ayudante, en vez de rescatar, en medio del humo y el fuego, tan valiosa, para ella, misiva, lo que hace es rescatar a su muñeco Charlie que, desde ya, empieza a hablar como si fuera un humano más con todo el mundo, aportando sus comentarios y ocurrencias. En ese momento aparece el bailarín Barry Paige (George Murphy) que, esta vez sí, ayuda a salvar la carta e invita a todos, incluido el verborreico muñeco, a una fiesta privada con gente del mundo del espectáculo que están celebrando el día de Fin de Año. Curiosamente, Kay entra sonriendo como si su casa no hubiera sufrido ningún percance.

Charlie aparece incluso en el cartel oficial de la película, lo cual demuestra su insólito protagonismo. Si hacemos una comparación odiosa con otro personaje cinematográfico similar, podríamos citar al androide C3PO de Star Wars (George Lucas, 1977). En este caso el robot también aporta sus gracietas como contrapunto cómico a la presencia más dramática de los héroes de la película, solo que en el caso de "trespeo", este es fundamental en momentos puntuales de la película para solucionar situaciones de peligro y salir airosos. En el caso de Charlie, este es totalmente prescindible. Pero ahí está. Hay que reconocer que tampoco sobra ni es un personaje repelente a pesar de su aspecto, una especie de caballero irreverente con sombrero de copa y monóculo que dice lo que otros no se atreven en momentos concretos.

En realidad la trama de la película no tiene nada que ver con Charlie. Kay encuentra a su padre John Mannering, estrella consagrada en este mundillo, interpretado con precisión por Adolphe Menjou. Naturalmente resultará una gran ayuda en su ambición por triunfar en Broadway. A partir de ahí intentará que nadie descubra tal filiación por temor a posibles envidias de trato de favor. Sin embargo las cosas se irán complicando con la hostilidad personal de la señorita Lydia Hoyt (Ann Sheridan), actual relación sentimental de su padre, quien creerá erróneamente que ella se trata de su amante, o las dudas y celos que surgirán en su novio, Barry.

John M. Stahl tiene varias películas interesantes, quizá Carta de presentación sea una de las más conocidas del gran público. Destacan entre otras, Papá fue un defensa, Murallas humanas, Que el Cielo la juzgue (Gene Tierney), Las llaves del reino o La víspera de San Marcos.

Carta de presentación no es, analizada hoy en día, una película de las más recordadas, pero puede hacer pasar un rato entretenido a los buenos cinéfilos o cualquier persona que sepa disfrutar de una película entrañable con un guion sencillo.
Luth
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