A través del huracán

Ésta película sigue la línea de Two Lane Blackstop. Lo que allí era una realidad anodina y de sentimientos lejanos, aquí es un paisaje vacío que envuelve y aisla a los personajes. Y ésta soledad inherente al Far West y a sus colonizadores, incrementa la implacabilidad de las situaciones, que se viven como algo inexorable, de lo que es muy dificil escapar. Aquí la libertad reside en el sentimiento de camaradería, de afecto, cada uno inmerso en sus soledad. Y todo el tiempo me vienen a la memoria los tres personajes, la familia que vive aislada en la montaña. Un ejemplo de lo que debió ser la colonización de los grandes espacios americanos, y esa soledad implica una dureza de vida, de actos justicieros, consigo mismo y con los escasos grupos sociales que se instalaban en el territorio.
El final define toda la historia y el sonido llena nuestros oidos adormilados de tanto silencio, de esa nada y vacio que impregna la historia y, como en Two Lane..., queda impreso en nuestros sentidos como una imagen sonora crepuscular y cargada de melancolía.

Película conocida también con el título de “a Través del Huracán”, nos encontramos ante uno de los western que Monte Hellman (la Bestia de la Cueva Maldita; Back Door to Hell) rodó con un desconocido Jack Nicholson, y que el actor aún en una temprana edad profesional, también colaboró enteramente como guionista. En el reparto también se contó con estrellas de segunda fila como Millie Perkins (conocida por su participación en “El Diario de Ana Frank” (The Diary of Anne Frank, 1959)de George Stevens), Cameron Mitchell y Harry Dean Stanton.

Un simple argumento como el de un grupo de vaqueros que son recibidos de modo hospitalario por una banda de cuatreros con el fin de no levantar sospechas, son interceptados por un sheriff y sus hombres creyendo que son miembros de la misma. Los tres vaqueros intentarán encontrar refugio en una granja.

Jack Nicholson en esa época estaba muy emparetnado con el genero de serie B, del que Monte Hellman también era uno de los apadrinados por Roger Corman entre otros, y pese a ser un western de baja factura tiene su toque particular: pocos medios, actores desconocidos, sin exceso de despliegues, sin exigencia alguna. Un divertimento “sui generis”.

Hellman y Nicholson volverían a participar juntos en “El Tiroteo” (The Shooting, 1967) otro western en plan metafísico y en que el actor desempeñó un papel más o menos de villano.

Los primeros pasos de Nicholson en el cine, fueron tan curiosos como ñoños.
Este western de serie B, sigue el halo minimalista de sus colaboraciones con Roger Corman.
Sólo regular, pues el guión es ralo total, la fotografía desganada y poco luminosa, la música nada recordable, y a Nicholson, no le acompaña su bellísima esposa por entonces, Sandra Knight.
Sólo para fans ociosos del inverbe y flojillo Jack de sus inicios...que por suerte se tornaría más impetuoso, alocado y guasón en su madurez.

Sin mucho interés, para mi gusto. Un western muy sobrio, casi crepuscular (¡en 1965!). Sin héroes y con villanos sosos y tontos. Soportable para quienes gusten del western clásico y bueno para los fans de Nicholson, que lo verán en una de sus primeras interpretaciones... Bueno, no sólo intepretaciones; él hace el guión, protagoniza y produce la película. Se lo compra, se lo guisa Monte Helman, y luego se lo come, pero casi se lo come él solito. La película ni siquiera pasó por las salas de cine.

No es extraño que el arte acuda al vocabulario meteorológico para nombrar sus obras de creación. Uno de los dos títulos de la cinta promete nada menos marchar "A través del huracán". Pues bien todo se reduce a un vientito que no mueve ni las copas de los árboles ni, por supuesto, hace rodar esas bolas vegetales tan abundantes en el western.
Y a un modesto vientito desangelado queda reducida esta discreta cinta que escribe, produce e interpreta el gran Nicholson en los inicios de su carrera cinematográfica.
Comienza con el asalto a una pobre diligencia con unas lonas por techo. Cuatro asaltantes que comanda el Tuerto se llevan una pequeña caja de caudales, un reloj, algunas monedas y un tiro que pronto reduce el grupo a tres. El convoy prosigue luego la marcha hasta el pueblo. Formado el grupo que sale en persecución de los "Forajidos salvajes", como dice el otro título de la cinta, pronto encuentran a uno y lo ahorcan sobre la marcha. Quedan ahora solo dos.
Mientras tanto una cuadrilla que nada tiene que ver formada por Wes (Nicholson) y tres vaqueros más se encuentra con los dos bandidos en el preciso instante que llega la patrulla perseguidora. Capturan y ahorcan al Tuerto y al compinche que quedaba.
Bueno, podemos pensar, ya han terminado con los cuatro ladrones. Pues no, ahora siguen en busca de los otros cuatro infelices que nada absolutamente tienen que ver con el robo de la diligencia. Así hasta el final de la película.
Sin ser nada original el tema, el guion es pésimo, sin pies ni cabeza. Pero peor es la realización que resulta lenta, aburrida, monótona y carente de tensión. Todo resulta muy frío
Nulo análisis de los personajes, algún destello de Nicholson, pero poca cosa.
¿Diálogos? Cuando están reventados de caminar los perseguidos filosofan así: "Si tuviéramos caballos, saldríamos de esta". Pero Grullo dixit.
Los paisajes están bien, con "huracanes" reducidos a brisitas. Correcta ambientación y mediocre banda sonora matizada con el "toc-toc" de los golpes de hacha.
En fin, una película modesta, sin grandes pretensiones, pero aburrida e insulsa.
Para especialistas en la obra de Nicholson. Nada más.