El furor del dragón

Escrita, dirigida, coreografiada e interpretada por Bruce Lee, “El furor del Dragón” pasará a los anales de la historia del cine como una de las obras culminantes del género de las artes marciales. Que la peli sea más mala que pegarle a un padre con un calcetín sudao a las cinco de la mañana no la exime de ser un paradigmático film de autor. Lee se atrevió a embarcarse hacia la conquista del mercado occidental consciente de que su empeño y ambición le empujaban a cruzar la frontera asiática en pos de alcanzar objetivos de mayor envergadura.

Cierto es que su perseverancia no fue suficiente como para remontar un escuálido guión, unas interpretaciones esperpénticas y una palmaria deficiencia infrastructural. Cierto es que el doblaje no ayuda demasiado a maquillar secuencias absolutamente lamentables. Cierto es que los toques humorísticos son como poco grotescos y calamitosos. De acuerdo. Sin embargo, qué quereis que os diga... Tal vez porque la ví por vez primera con tan sólo ocho años. Tal vez porque Bruce Lee fue un indiscutible icono de mi tierna infancia. Tal vez porque la somanta de palos que Bruce le propina al osito Chuck es antológica o tal vez porque la peli de Lee destila un sugerente aroma a western clásico, con un duelo final en toda regla... No sé, tal vez por todas esas gilipolleces “El furor del Dragón” siempre será una de las pelis de mi vida.

Película dirigida y protagonizada por Bruce Lee.
Si hasta el momento de verla no has oído nada acerca de su filosofía sobre lo nocivo del sectarismo de los distintos estilos de lucha, sobre su biografía o sobre Jeet Kune Do..... no vas a poder apreciarla.

Aviso a DVDadores.... generalmente, los equipos de doblaje que se ocupan de las pelis de artes marciales asiáticas (como ésta) están formados por becarios, voluntarios, o gente que pasaba por allí... porque si no no se entiende semejante poco oficio. En cantonés y con subtítulos en castellano la actuación de Lee no es brillante, desde luego, pero sí más que pasable. NO es lógico juzgar a un actor evaluando una actuación que un actor de doblaje ha doblado... sobre todo si el actor de doblaje es maaaalo malo malo.

Pues sí, y es que como indico en el título esta película es básicamente la mítica batalla final contra el Chuck Norris más peludo que jamás se haya visto en una sala de cine. El resto no me entusiasmó demasiado, el principio de la película se me hizo un poco indigesto, la acción tarda un poco en arrancar, y salvo alguna que otra pelea, no hace muchos méritos para ser de las mejores en la filmografía de Bruce Lee (a mí es la que menos me gusta...)

Sinceramente, si te gustan las artes marciales merece la pena verla solo por duelo final, una delicia para los amantes del Juet Kune Doo.

Entiendo que los fans la califiquen de notable, incluso comprendo perfectamente que la evocación de muchos en sus recuerdos la califiquen de igual forma, ya que el tiempo suele distorsionar los recuerdos, pero siendo sincero, la película es floja, por no decir que artísticamente no vale un pimiento y es que con guión más malo que un bocadillo de pan rallado, y unas actuaciones más pobres que los que piden en el metro, aburre, aburre y aburre causando somnolencia y desidia.

Si algo se salva es ver pegar patadas al Dragón, es lo único que merece la pena salvarse la pena, la rapidez de movimientos es tremenda, junto a esa flexibilidad y capacidad de reacción, es lo mejor de la misma, porque demuestra que Bruce Lee era un gran deportista, pero otra cantar es actuar, y como se aprecia en este film, lo que es actuar, lo hace peor que el alcalde de cualquier pueblo.

En fín, una maravilla por ver a Bruce Lee y Chuck Norris pegándose ostias, pero por el resto una pifia filmográfica.

En fin... para los capullines de instituto que estan descubriendo a Lee con el cansino anuncio del "be water my friend" esta película será un bodrio importante (que se vayan a ver una palomitera del Jet Li) ; para los que conocen mínimamente la vida y obra del pequeño dragón (o para aquellos que la están descubriendo), esta película es un clásico de las artes marciales, si bien las actuaciones son algo flojas (en algunos momentos roza el ridículo en algunas actuaciones, por lo menos en el doblaje en castellano).
Porque las películas de Bruce, a excepción de "Operación Dragón", no son para conmoverse con las historias e interpretaciones, sino para disfrutar de las artes marciales, y quizá para aprender algo de la cultura china (en ésta película en concreto sobre las diferencias entre la cultura occidental y oriental, o sea Roma y Hong Kong, que es lo mejor de la interpretación de Lee).
Lo mejor: la ambientación en Roma y la lucha en el coliseo.
Lo peor: la espalda de Chuck Norris.