El perdón

El siempre arriesgado Winterbottom intenta en esta película combinar el drama más puro -secretos ocultos durante años, sentimientos encontrados, pasiones nuevas- con el western de estirpe más recia. El resultado es una película singular y ambigua, que resulta más atractiva desde un punto de vista intelectual -en tanto que propuesta de renovación de un género por la vía del realismo, en la senda abierta por la magnífica "Sin perdón"- que emocional. La frialdad que respira la cinta, fruto menos de las soberbias y heladas localizaciones que del estilo quizá para la ocasión excesivamente "moderno" de Winterbottom -planos muy cortos, montaje sintético, música de Nyman- acaba por contagiarse al espectador. Falta además la épica inherente al género, de modo que la película es antes un drama ambientado en el Oeste americano que un western. La película, como casi todas las de su director, es sólida y tiene interés -amén de estar sostenida por excelentes actores-, pero del director de la conmovedora "Wonderland" siempre esperamos más.

"Extraño y vigoroso western (...) insólito, radical y desatado, una mezcla de gran pureza entre vigor épico y melodramático. Está compuesto por extraordinaria audacia formal (...) Cine vivo y noble, gran cine"

"Me gustó, tanto por su cruda belleza visual y sus apasionadas interpretaciones, como por su inteligente guion y su voluntad de demostrar el lado trágico de la vida"

"Hay algo casi demasiado controlado, cerebral y decidido en las noticiones de Winterbottom sobre el western"

"Cruda, evocadora, épica y triste, es una película monumental"

"Los actores parecen tan congelados como el paisaje en este fallido intento de western grande y profundo sobre la Fiebre del Oro californiana"