En la región de Los Grandes Lagos, en el norte de E.U.A., se debaten por las armas los ingleses y franceses por lograr imponer su dominación. Hacen, paralelamente, alianzas con las Naciones Indias: los delaware (hoy es el nombre de un Estado de la Unión), los hurones. En ese ámbito belicoso transcurre la famosa historia relatada por Fenimore Cooper. En cuanto a los detalles argumentales, remito a críticas anteriores. Lo que me gustaría resaltar, son algunas consideraciones a nivel artístico. La película refleja un realismo descarnado, podría inscribirse en lo que se llama naturalismo en la esfera literaria. No hay la menor concesión a nada parecido a la paz y a la tranquilidad en ese ambiente belicoso; seguramente, desde cierto punto de vista, ésto es un logro, dado que se expone con verismo lo que habrán sido esos tiempos duros, en el marco de una guerra. Ahora, si uno se retrotrae a otro tipo de películas del género y teniendo presente que el cine no tiene porqué ser una descripción absolutamente fidedigna, y que también puede transmitir otro tipo de sensaciones que de algún modo implican sustraer al espectador por un rato del mundo ordinario, en lo que tiene que ver con ciertas sensaciones espirituales o psíquicas placenteras, la cosa es algo más discutible, aunque es legítimo, claro está, que haya distinto género de espectadores que se enrolen en uno u otro tipo de manifestaciones cinematográficas. Volviendo a la película en examen, tiene interés, las escenas bélicas son atrayentes, por ejemplo el momento del bombardeo con morteros de un fuerte. También hay que decir que los indios están pintados (o reflejados?) como, precisamente, los sindica una palabra que los nombraba (salvajes) y aparecen como una horda de seres primitivos sumamente violentos y crueles (remito a la escena, por ejemplo, en que son atrapadas las hijas de Munro). Es cierto que esa es la visión que trazó también Cooper en su novela quien, recuerdo, mencionaba el caso de los indios que estrellaban la cabeza de recién nacidos contra los árboles, poniéndolos como paradigmas o arquetipos de la brutalidad. En síntesis, una película que es atrayente en cuanto a los escenarios, la reconstrucción de época, pero que desgrana cierta ferocidad y que puede generar distintos tipos de reacciones según los públicos.

Uno de los problemas que ayudó a dar un golpe final al Imperio Romano, fue la falta de una regla sucesoria. Podía entonces acceder al gobierno un descendiente directo del monarca, alguien de otra familia ilustre, alguna persona que fue especialmente educada para ello...Algo de ésto da preludio al film, donde la disputa se verifica entre Cómodo, hijo de Marco Aurelio y un general prestigioso (Russell Crowe en el papel). Sobre esta competencia se monta el film. A mí personalmente, dentro del género épico, no me resultó de lo más convincente, y más específicamente dentro de las que ruedan en aquél gran imperio de la historia. Tiene a mi gusto un interés no
muy homogéneo, aunque por momentos asoma un mayor atractivo. Es una lástima, por otra parte, que no se haya ahondado un poco más en el carácter de Marco Aurelio, aquél recordado líder llamado el "mayor monarca de Occidente" por John Stuart Mill, y sus famosas doctrinas..."Penetra bien las formas y sus materias"..."Oh, Naturaleza, de tí procede todo, en tí subsiste, en tí va a resolverse todo".

Película inspirada en una célebre novela del laureado escritor sueco Pär Lagerkvist. Desde ya adelanto la superioridad del relato escrito y que, seguramente, habrá incidido en la concesión del Premio Nobel para el autor. Quinn no siempre logra convencer, su actitud es reconcentrada y poco expresiva aunque, sobre las postrimerías del film se reivindica algo, cuando la cinta adquiere una dimensión más dramática y muestra un mayor relieve, porque durante su tramitación es algo taciturno, sin tanto brillo ni interés; es decir, una película algo dispar. Hay con todo momentos más memorables, con algunos diálogos atinados. El film comienza con la liberación del reo, sin apenas alusión a todo lo anterior y que, hubiera dado probablemente más atracción a su hechura. Algo más de 6.

Película que refiere el asesinato de una niña en un automóvil, cuyo padre (Sean Penn) indagará el motivo y su autor. Con ritmo algo parsimonioso se desenvuelve el guión y diría que, en alguna medida, esto conspira contra el resultado final y, consecuentemente, la nota que el asignaré. Así y todo la nombradía del Director y la crítica que, en su momento, se expidió en tono laudatorio, son razones atendibles que coadyuvaron a que no perdiera la paciencia. Debo reconocer que, no obstante, esa tramitación relativamente obscura y la lenta indagación sin mayores desarrollos laterales -nuevos acontecimientos conexos, complejización del guión- la película progresa favorablemente aumentando su caudal numérico, particularmente con la resolución del caso. 6.

En este film, el profesor/arquéologo Indiana Jones que pasa sus plácidos días enseñando en la Universidad, deberá habérselas en Perú, siguiendo los pasos del conquistador Orellana quien descubrió una ciudad íntegramente de oro, según la leyenda y aparentemente, dar con una horrible calavera alargada -que más parece el cráneo propicio para albergar el cerebro de un alien- que le permitirá dominar la voluntad ajena. En el marco monumental de la selva -aquí hay que decir que en los decorados hay una curiosa amalgama de pinturas y calendarios de indios mexicanos y peruanos- deberán lidiar, sin embargo, contra una partida de soviéticos que persiguen análogo objetivo. La película fluye con relativa agilidad, las acciones y los efectos especiales son ciertamente logrados, y la ars combinatoria entre ambos. Quizá se prolonguen un tanto, pero esto parece ser el núcleo del género. 7,25