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Críticas ordenadas por fecha (desc.)
Documental
2002
Documental, Intervenciones de: Michael Moore, Charlton Heston, Dick Clark, Marilyn Manson, Matt Stone
23 de julio de 2006
13 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michael Moore - Señor Heston, mire, esta es la niña. Esta es la niña de seis años que fue asesinada en su colegio por otro niño de seis años con un arma de fuego.
Charlton Heston - Ah, ya. Sin duda, una tragedia.
MM - ¿Y no cree que podría haberse evitado? ¿No debería ser más difícil tener acceso a estas máquinas de matar?
CH - No. Tenerlas es un derecho constitucional. Es nuestro deber defendernos.
MM - ¿De quién?
CH - ...
MM - ¿De vosotros mismos, no? Es como si todos tuviéramos dos armas, una en cada mano. Y mientras la una intenta defenderse de la otra, acabamos heridos mortalmente por nuestro propio "fuego amigo". ¿No sería más fácil que las dos manos estuvieran vacías? ¿Vacías para poder estrecharse entre ellas?
CH - ¿Sabe cual es el problema? El problema es la mezcla étnica. Su ejemplo no es correcto, porque no es posible que un tío tenga cada mano de una raza diferente.
MM - Te equivocas. Hay muchas personas cuyos orígenes son a la vez de 2, 4 o incluso 8 razas distintas. Todas ellas están contenidas en la persona, y forman parte de ella... y de todos, la sociedad. La sociedad americana es esa riqueza racial.
CH - Perdone, tengo otras cosas que hacer.
MM - Bueno, aquí le dejo la foto de la niña. Cada vez que empuñe un arma, piense en ella. Cuando quiera provocar nuevamente a las víctimas y a todos nosotros, piense en ella. Cuando se sigan produciendo tantos asesinatos con las armas que usted venera y destrocen vidas de personas de su país, siga asustándose y comprando más y más armas, y piense en todos nosotros, en dónde estamos y hacia dónde vamos. Y, de paso, piense en las personas de fuera de nuestro país, que sí tienen motivos para asustarse cuando nosotros, los estadounidenses, no nos conformamos con ser el primer productor mundial de violencia, sino que además somos líderes en exportarla.
CH - ¡Fuera de mi casa!
MM - Tranquilo, ya me voy. Le dejo encerrado en su mansión, donde puede seguir ignorando la realidad, tan ajeno a ella, entre sábanas de seda. ¿Quién me manda a mí, pobre chico sin estudios, hacer de periodista? ¿No pagan ya a estos "profesionales" por hacer este trabajo?
CH - ¡¡¡FUUEERAAA!!! O te inflo a balazos.
MM - Que sí, hombre. Por cierto, ¡VIVA CANADÁ!
Charlton Heston - Ah, ya. Sin duda, una tragedia.
MM - ¿Y no cree que podría haberse evitado? ¿No debería ser más difícil tener acceso a estas máquinas de matar?
CH - No. Tenerlas es un derecho constitucional. Es nuestro deber defendernos.
MM - ¿De quién?
CH - ...
MM - ¿De vosotros mismos, no? Es como si todos tuviéramos dos armas, una en cada mano. Y mientras la una intenta defenderse de la otra, acabamos heridos mortalmente por nuestro propio "fuego amigo". ¿No sería más fácil que las dos manos estuvieran vacías? ¿Vacías para poder estrecharse entre ellas?
CH - ¿Sabe cual es el problema? El problema es la mezcla étnica. Su ejemplo no es correcto, porque no es posible que un tío tenga cada mano de una raza diferente.
MM - Te equivocas. Hay muchas personas cuyos orígenes son a la vez de 2, 4 o incluso 8 razas distintas. Todas ellas están contenidas en la persona, y forman parte de ella... y de todos, la sociedad. La sociedad americana es esa riqueza racial.
CH - Perdone, tengo otras cosas que hacer.
MM - Bueno, aquí le dejo la foto de la niña. Cada vez que empuñe un arma, piense en ella. Cuando quiera provocar nuevamente a las víctimas y a todos nosotros, piense en ella. Cuando se sigan produciendo tantos asesinatos con las armas que usted venera y destrocen vidas de personas de su país, siga asustándose y comprando más y más armas, y piense en todos nosotros, en dónde estamos y hacia dónde vamos. Y, de paso, piense en las personas de fuera de nuestro país, que sí tienen motivos para asustarse cuando nosotros, los estadounidenses, no nos conformamos con ser el primer productor mundial de violencia, sino que además somos líderes en exportarla.
CH - ¡Fuera de mi casa!
MM - Tranquilo, ya me voy. Le dejo encerrado en su mansión, donde puede seguir ignorando la realidad, tan ajeno a ella, entre sábanas de seda. ¿Quién me manda a mí, pobre chico sin estudios, hacer de periodista? ¿No pagan ya a estos "profesionales" por hacer este trabajo?
CH - ¡¡¡FUUEERAAA!!! O te inflo a balazos.
MM - Que sí, hombre. Por cierto, ¡VIVA CANADÁ!
23 de julio de 2006
51 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagina que te diagnostican un cáncer y te confiesan que al cabo de dos meses termina tu vida. ¿Qué harías?
Ahora piensa que tienes que hacer una película con este argumento. ¿Qué cuentas? ¿Cómo lo haces?
Isabel Coixet, a partir de un libro que ya existía, nos deleita con esta historia sobre la vida, y de cómo la muerte forma parte de ella, cambiando muchas cosas. Nos muestra cómo irrumpe la muerte en una persona, y la manera en que ésta afronta la situación.
Asimismo, Sarah Polley nos enamora con un personaje tan humano que conmueve; humano para lo bueno y para lo malo (si es que se puede hablar de maldad en este caso). Ella nos hace ver la esencia de la vida desde la posición límite en que se encuentra; en ella puede adivinarse lo grandioso y lo insignificante de nuestra existencia, de nuestro paso por el mundo. Y a la vez que nos deja paralizados visualizando sus últimos días, cuando nos abandona nos queda el vacío de un profundo pensamiento personal: "¿qué haría yo?"
Ahora piensa que tienes que hacer una película con este argumento. ¿Qué cuentas? ¿Cómo lo haces?
Isabel Coixet, a partir de un libro que ya existía, nos deleita con esta historia sobre la vida, y de cómo la muerte forma parte de ella, cambiando muchas cosas. Nos muestra cómo irrumpe la muerte en una persona, y la manera en que ésta afronta la situación.
Asimismo, Sarah Polley nos enamora con un personaje tan humano que conmueve; humano para lo bueno y para lo malo (si es que se puede hablar de maldad en este caso). Ella nos hace ver la esencia de la vida desde la posición límite en que se encuentra; en ella puede adivinarse lo grandioso y lo insignificante de nuestra existencia, de nuestro paso por el mundo. Y a la vez que nos deja paralizados visualizando sus últimos días, cuando nos abandona nos queda el vacío de un profundo pensamiento personal: "¿qué haría yo?"
22 de julio de 2006
195 de 237 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hundimiento nos habla:
- Sobre la humanidad de lo deshumanizado (sí señor@s, Hitler era una persona, con todo lo horripilante que ello implica), así como la deshumanización de la humanidad.
- Sobre la decadencia y el fracaso de lo insostenible.
- Sobre la incapacidad de reconocer los propios errores.
- Sobre la irracionalidad humana.
- Sobre la desconcienciación de grandes sectores de la juventud y otros colectivos de la sociedad.
- Sobre las distintas formas de afrontar un cambio de estas características: luchar por la vida; dejarse morir disfrutando de tus últimos instantes; suicidarse apáticamente; morir matando.
- Sobre lo absurdo de sobrevalorar sentimientos como el honor, la patria o el orgullo.
- Sobre el sinsentido del comportamiento humano.
Sobre una película brillante que muestra todas estas cosas con sencillez, contundencia y buen oficio.
- Sobre la humanidad de lo deshumanizado (sí señor@s, Hitler era una persona, con todo lo horripilante que ello implica), así como la deshumanización de la humanidad.
- Sobre la decadencia y el fracaso de lo insostenible.
- Sobre la incapacidad de reconocer los propios errores.
- Sobre la irracionalidad humana.
- Sobre la desconcienciación de grandes sectores de la juventud y otros colectivos de la sociedad.
- Sobre las distintas formas de afrontar un cambio de estas características: luchar por la vida; dejarse morir disfrutando de tus últimos instantes; suicidarse apáticamente; morir matando.
- Sobre lo absurdo de sobrevalorar sentimientos como el honor, la patria o el orgullo.
- Sobre el sinsentido del comportamiento humano.
Sobre una película brillante que muestra todas estas cosas con sencillez, contundencia y buen oficio.
19 de julio de 2006
248 de 281 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me ha sorprendido gratamente. Se trata de una obra muy original, con un clima absorbente y una intriga que engancha de principio a fin. Esta arriesgada propuesta (no es necesario repetir el argumento), unida a la trama de suspense, se complementan a la perfección con unas ideas sugerentes que quedan implícitas en la historia, a saborear cada paladar según su criterio.
En mi opinión este es el mayor logro de la película: aparecen encubiertas metáforas, extrapolables a la propia existencia humana, así como al comportamiento de las personas (como individuos y como parte de la sociedad). Me uno a algunos compañeros de esta página que también piensan que es un acierto que no se expliquen las cosas totalmente, sino que la interpretación libre de cada uno cobre protagonismo.
¿Por qué no imaginar que ese cubo formado por múltiples cubitos no existe en realidad, sino que se trata de una metáfora de la vida? Las personas aparecemos en el mundo sin más, nacemos y nadie nos ha pedido permiso, ni sabemos por qué estamos aquí. No obstante, tenemos un fin, alcanzar una meta: la luz (para cada uno significará una cosa). Lo importante, pues, es el camino; un camino que analizado fríamente es absurdo, que además está colmado de amenazas inherentes a él..., pero, como siempre, son los propios seres humanos y no estos peligros quienes más miedo dan. Asimismo, hay distintos tipos de personas en la sociedad, y cada uno juega el papel que sabe o quiere jugar: la fuerza contra la debilidad, la inteligencia como fuente de supervivencia y a la vez como imán de parásitos aprovechados... En definitiva, es verdad que en el mundo impera la estupidez humana sin límites. Eso sí, merece la pena vivir en él, a pesar de todo.
En mi opinión este es el mayor logro de la película: aparecen encubiertas metáforas, extrapolables a la propia existencia humana, así como al comportamiento de las personas (como individuos y como parte de la sociedad). Me uno a algunos compañeros de esta página que también piensan que es un acierto que no se expliquen las cosas totalmente, sino que la interpretación libre de cada uno cobre protagonismo.
¿Por qué no imaginar que ese cubo formado por múltiples cubitos no existe en realidad, sino que se trata de una metáfora de la vida? Las personas aparecemos en el mundo sin más, nacemos y nadie nos ha pedido permiso, ni sabemos por qué estamos aquí. No obstante, tenemos un fin, alcanzar una meta: la luz (para cada uno significará una cosa). Lo importante, pues, es el camino; un camino que analizado fríamente es absurdo, que además está colmado de amenazas inherentes a él..., pero, como siempre, son los propios seres humanos y no estos peligros quienes más miedo dan. Asimismo, hay distintos tipos de personas en la sociedad, y cada uno juega el papel que sabe o quiere jugar: la fuerza contra la debilidad, la inteligencia como fuente de supervivencia y a la vez como imán de parásitos aprovechados... En definitiva, es verdad que en el mundo impera la estupidez humana sin límites. Eso sí, merece la pena vivir en él, a pesar de todo.
13 de julio de 2006
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de Fatih Akin es un vehículo que te invita a subir en él, para a continuación llevarte por un recorrido que te muestra, tal y como son, algunas realidades de la sociedad germano-turca y, globalmente, de la sociedad en general. Se trata de un recorrido en el que tienes la sensación de que chocas literalmente "contra la pared" en diversas ocasiones, sufriendo un accidente a causa de la crudeza de estas realidades. No obstante, los sucesivos impactos no son definitivos, y el camino lleva a buen puerto.
El autor nos cuenta con mucha fuerza una historia desgarradora, intensa e interesante; interpretada magníficamente por el reparto (especial mención a la joven Sibel), acompañada por una música muy buena, desarrollada de forma adecuada por un joven realizador provisto de un escaso presupuesto, en la que caben cuestiones como la complejidad del amor (sus caras positivas y negativas), una crítica a las tradiciones más absurdas (que todavía son una lacra en muchos aspectos y a las que no escapa casi ningún lugar), un reflejo de la sociedad de nuestro tiempo y de algunas formas de supervivencia que surgen en torno a ella...; supervivencia que es innata a los seres humanos y que tiene como fin último la afirmación que cualquier persona desea para sí: permitirse a uno mismo, y que a su vez te permitan los demás, el derecho a vivir en paz (con el mundo que te rodea, y contigo mismo).
El autor nos cuenta con mucha fuerza una historia desgarradora, intensa e interesante; interpretada magníficamente por el reparto (especial mención a la joven Sibel), acompañada por una música muy buena, desarrollada de forma adecuada por un joven realizador provisto de un escaso presupuesto, en la que caben cuestiones como la complejidad del amor (sus caras positivas y negativas), una crítica a las tradiciones más absurdas (que todavía son una lacra en muchos aspectos y a las que no escapa casi ningún lugar), un reflejo de la sociedad de nuestro tiempo y de algunas formas de supervivencia que surgen en torno a ella...; supervivencia que es innata a los seres humanos y que tiene como fin último la afirmación que cualquier persona desea para sí: permitirse a uno mismo, y que a su vez te permitan los demás, el derecho a vivir en paz (con el mundo que te rodea, y contigo mismo).
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