Media votos
6,5
Votos
1.836
Críticas
59
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de JRC:
10
8,0
6.766
Serie de TV. Drama. Romance
Historia de una familia italiana desde los años 60 hasta nuestros días. Dos hermanos, Nicola (Luigi Lo Cascio) y Matteo (Alessio Boni), comparten las mismas esperanzas, los mismos sueños; disfrutan de los mismos libros y de los mismos amigos hasta que conocen a una chica desequilibrada, Giorgia (Jasmine Trinca), que perturba su destino. Mientras Nicola ejerce como psicólogo, Matteo abandona sus estudios e ingresa en el cuerpo de ... [+]
29 de marzo de 2008
26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras oímos "Who wants to live forever", presenciamos, quizá, la escena más bella de la película; y la que a la postre definirá el destino vital de nuestros protagonistas, personas ante todo, a las que vemos crecer ante nuestros ojos. Un mágico encuentro, que queda reflejado en la indescriptible sonrisa de Mirella, servirá para mostrarnos de qué material está hecha la vida. Cómo es el corazón de un hombre, el que necesita de la amistad y la familia para continuar; pero que, definitivamente, requiere amor para que el caminar merezca la pena. Enseña cómo de difícil es aplacar el tormento interior, si no hay nadie que logre entenderlo; si nadie escucha los gritos de auxilio.
Es la vida la que vemos desarrollarse y evolucionar, como si en ella, pudiéramos ver las nuestras. Les vemos, sin ser juzgados; simplemente retratados sin ser valorados ni analizados, y ahí radica el principal motivo de nuestro afecto hacia ellos.
Nos sirve también para darnos cuenta de la grandeza de un padre que se sabe en parte derrotado en su relación con Matteo, pero que no cejará en el empeño. Vemos la inmensa ternura de Adriana, y ese esfuerzo constante que sólo una madre puede hacer por su hijo. Y apreciamos el duelo de Nicola, incapaz de olvidar; fiel porque siente que no puede ser de otro modo; con un silencioso esfuerzo por seguir avanzando.
Es la vida la que vemos desarrollarse y evolucionar, como si en ella, pudiéramos ver las nuestras. Les vemos, sin ser juzgados; simplemente retratados sin ser valorados ni analizados, y ahí radica el principal motivo de nuestro afecto hacia ellos.
Nos sirve también para darnos cuenta de la grandeza de un padre que se sabe en parte derrotado en su relación con Matteo, pero que no cejará en el empeño. Vemos la inmensa ternura de Adriana, y ese esfuerzo constante que sólo una madre puede hacer por su hijo. Y apreciamos el duelo de Nicola, incapaz de olvidar; fiel porque siente que no puede ser de otro modo; con un silencioso esfuerzo por seguir avanzando.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Y son delicados detalles los que describen rotundamente a nuestros personajes...
La reacción de ligereza, bajo el indudable poso de preocupación, del padre, ante su hija mayor, al comunicarle ella su divorcio ("tranquila, ya encontraremos a otro").
La humanidad de la madre, cuando Matteo visita a un militar amigo en el hospital, y éste le confiesa que ella ha estado yendo una vez por semana para enseñarle a escribir.
La ausencia de comprensión final ante sus arrebatos, que en dos momentos puntuales sufre Matteo, por parte de Nicola (al no continuar el inicial viaje estival) y de su hermana (cuando ya siendo policía en Roma, ésta le reprocha no haber ido a ver a su madre).
Todo lo que ocurre en la noche del 31 de diciembre. La respuesta de Matteo ante la visita de Mirella; verla irse corriendo por el pasillo de la comisaría; la reacción ante la visita del hijo; la despedida entre los hermanos, con Matteo, ya sobrepasado y con los ojos vidriosos, cogiendo finalmente el dulce ofrecido por Nicola... y el intento final por "salvarse", llamando a Mirella.
Y por último; la desbordante ilusión, como de oportunidad final, de una anciana Adriana ante la aparición de su nieto; y el paseo de Mirella y Nicola, después de los años, dispuestos ya para mirar juntos el tiempo.
La reacción de ligereza, bajo el indudable poso de preocupación, del padre, ante su hija mayor, al comunicarle ella su divorcio ("tranquila, ya encontraremos a otro").
La humanidad de la madre, cuando Matteo visita a un militar amigo en el hospital, y éste le confiesa que ella ha estado yendo una vez por semana para enseñarle a escribir.
La ausencia de comprensión final ante sus arrebatos, que en dos momentos puntuales sufre Matteo, por parte de Nicola (al no continuar el inicial viaje estival) y de su hermana (cuando ya siendo policía en Roma, ésta le reprocha no haber ido a ver a su madre).
Todo lo que ocurre en la noche del 31 de diciembre. La respuesta de Matteo ante la visita de Mirella; verla irse corriendo por el pasillo de la comisaría; la reacción ante la visita del hijo; la despedida entre los hermanos, con Matteo, ya sobrepasado y con los ojos vidriosos, cogiendo finalmente el dulce ofrecido por Nicola... y el intento final por "salvarse", llamando a Mirella.
Y por último; la desbordante ilusión, como de oportunidad final, de una anciana Adriana ante la aparición de su nieto; y el paseo de Mirella y Nicola, después de los años, dispuestos ya para mirar juntos el tiempo.