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España España · barcelona
Voto de marai:
5
Drama España. Verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la ... [+]
27 de septiembre de 2019
20 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alejandro Amenábar presenta a concurso en la Sección Oficial de la 67 edición de cine de San Sebastián, Mientras dure la guerra, un meticuloso fresco, muy bien documentado, sobre los primeros compases del levantamiento militar del verano de 1936, que desembocaría en el inicio de la Guerra Civil.

Para ilustrar este momento histórico, Alejandro Amenábar rescata la figura de Miguel Unamuno. Un intelectual, contradictorio, inconformista, que en un primer momento decide apoyar la causa, y es inmediatamente destituido como rector de la Universidad de Salamanca. A partir de ese momento, hay un intento por plasmar los primeros compases de la contienda, el desconcierto por las primeras desapariciones, la aglutinación de poder entorno a la figura de Franco, y la lucha interna de Miguel de Unamuno que transita entre la decepción del gobierno republicano y el temor por el levantamiento y la pérdida de libertades, que desembocará en su famoso discurso en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, templo de los intelectuales, "venceréis pero no convenceréis". Este es el único momento en el que se vislumbra un atisbo de emoción, que se desinfla rápidamente.

Si bien resulta atractivo rescatar la figura de Unamuno, no se aprovecha la lucha interior del personaje, un tanto desdibujada a pesar del desasosiego, a penas ilustrado, por no ser consecuente su posicionamiento con su historia vital. A penas se reconoce su duda existencial, su ansia de poder creer en un Dios liberador, que dé valor al sin sentido. Se apunta su angustia, aunque no hay profundidad en el acercamiento. Se plasma sus devaneos políticos, sus dudas, su decepción por el sueño de la República. Se vislumbra cierto desconcierto, pero no nos conmueve lo que debería ser un torbellino interior, no se transmite la intensidad de su lucha.

Lo que narra Amenábar se percibe más como una lección de historia, muy bien documentado, unas sombras que simbolizan la lucha de las dos Españas, pero carece de un lenguaje narrativo que penetre en la emoción de los personajes y que transmita al espectador el horror de aquello momentos y del inicio de los que quedan por vivir.

mjmarai
marai
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