Walking on Sunshine

Previsible no, lo siguiente. Hasta tal punto que parece que el guión lo estás escribiendo tu. Sin embargo puedes pasar un buen rato viendo esta película, especialmente si disfrutas con los musicales tipo "gramola" porque las canciones ochenteras es lo mejor que ofrece esta producción. Aceptablemente filmadas y con mucho sentido del humor.

Sin duda, recuerda terriblemente a la versión cinematográfica de Mamma Mía! Mucha luz, colores vivos, canciones y romance. Cambiamos Grecia por Italia, las melodías de ABBA por otras tan famosas como los firmadas por los suecos y ya está (Wham!, The Human League, Cindy Lauper, Madonna, Billy Idol, Bananarama, Duran Duran, The Bangles, Katrina & The Waves...). Pero por si alguien se pregunta: ¿y en España no se animan a rodar otro musical similar? que sepa que hay una escena inspirada en la tomatina de Buñol.

Y una curiosidad. Se habla de esta peli como el debut de la cantante Leona Lewis. Bueno, aparecer lo que se dice aparecer, sí que lo hace, pero mas bien pasaba por allí. Todo un reclamo publicitario.

Lo dicho. Si pasaste tu juventud en los 80, te gustó Mamma Mia!, eres de Buñol o devoras todo tipo de musicales... Dale una oportunidad. Si te gusta más el cine de Bergman o Tarkovsky seguramente no estarás ni leyendo esta crítica.

Cupido travestido de Mary Poppins que ha perdido su poder pues no logra volar ni hacer magia en un pretendido Bollywood pero sin su gracia.
"Estoy enamorada del amor", ¡lástima que nadie más te acompañe en tu travesía, bonita!
Para ver esta película, sin sentir vergüenza ajena, debes colocarte en un estado mental adolescente -y, aún así, ¡no se qué decirte!, ¡depende de la niña que lleves dentro!- de quien cree en el amor verdadero para toda la vida, capaz de superar todos los inconvenientes y percances que se le pongan por delante, para triunfo del romance, de los puros y bellos sentimientos y de ese fabuloso estado hipnótico que te ciega, ilusiona, transforma y vuelve loca nada más pensar en él, locura apasionada que acelera el corazón, engatusa al espíritu y revoluciona toda tu aburrida existencia, normalidad que se vuelve caótica sólo con pensar en su persona, delicioso ardor de desbarajuste anímico que lo altera todo para nunca más ser lo mismo, fábula romántica de evolución fácilmente deducible, adivinación para niños de primaria que seguirá el proceso previsto, sin salirse un ápice de lo que antecedes con sencillez pasmosa pero, también, con una abundante desgana motivante que nunca halla ni pizca de entusiasmo o vibración estimulante.
Esta claro que pensaron antes en la música que en el argumento, que una vez elegidas las canciones, diseñaron las escenas y escribieron el guión para que encajara en ellas -y parece guasa que no idearan una, en concreto, para incluir a la meritoria que titula el filme en lugar de relegarla al desfile, con penosas imágenes de corte y pega, de los créditos del final- sólo que, lo fantástico de su banda sonora, se ve vapuleado y dañado por una esencia infantil y bobalicona que recorre toda la historia, cuento dulce, encantador de príncipe deslumbrante, con cuerpo machote -por cierto, ya se que el protagonista se lo ha currado mucho pero ¿no enseña, en exceso, su torso desnudo al viento?, ¿hay que amortizar las horas de gimnasio o qué?, está claro que los requisitos del casting era ¡chico-de-fotonovela-moreno-guapo-musculado!- que recupera a su-nunca-olvidada turista amada más el conveniente grupo de amigos festivos que adornan con estrafalarios numeritos a una trama que no aguanta pues ésta, decorada con luminosidad arrebatadora, nunca se encuentra a si misma, nunca crece ni madura, no logra palpitar ni emocionar ni crear suspiro alguno, se entretiene con tonterías de ensoñación enamorada, fotografía calculada para perfecta tarjeta postal de recuerdo inolvidable, colores frescos de atracción romántica..., es decir, todo un absurdo teatro de insustancial montaje, referencias escénicas ofensivas según el apartado del camino donde nos encontremos, coreografías de párvulos, maquillaje y vestuario artificial al igual que todo su dulcificado relato, dado que oír canciones tan supremas y ¡echar de menos la radio! es que el oído está satisfecho, sin embargo, la imagen está dejando pobre y desamparada a una vista que ni volviendo la vista atrás, rememorando las ingenuas estupideces de sentirse virgen sentimental e inocente afectivamente, logra resarcirse de este souvenir barato de amar, mentir, soñar, reír, llorar, abrazar y ¡dar por el saco!, perdón, ante tanta bandurria que ni Orfeo con su lira, ni Venus saliendo del mar ni la reina, Afrodita, diosa del amor, en persona..., petrificados todos por el uso abusivo y en vano de ese glorioso amor al que tanto tiempo y devoción le han dedicado; casi prefieres cerrar los ojos y dejarte llevar por la magia de una melodía que hechiza y cautiva lo que no seduce su hermana en fotograma.
Arduo difícil se gane tu bendición, por condescendiente e indulgente que seas, complicado que agrade sin bajar, en demasía, el listón, excesiva ridiculez gráfica, caricatura estéril de alcanzar un hechizo de luna -corrijo, de sol, eterno sol de playa maravillosa que es ¡la lluviosa Londres contra la radiante Italia!-, torpedo continuo de disparate y candor emocional que no hay forma de absorber con crédito, payasada que a los 11 años es todo tu mundo/de adulto es triste panorama que no causa efecto alguno excepto una memez simplona, baratija que merecía y necesita más tiempo y trabajo, consistencia y empeño ¡aunque sólo fuera para los bailes!
Para quinto de EGB y tampoco lo aseguro ¡dado lo espavilados que están hoy los críos!
Nota para momento indecoroso..., el toque de la tomatina, triste e insultante para quien realmente haya estado en tan fantástica tradición festiva.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es

En plena apogeo semi veraniego llegó a las pantallas españolas un musical que parecía dotar de frescura y animosidad la cartelera de nuestro país. ‘Walking on Sunshine’, dirigida por la pareja Max Giwa/Dania Pasquini (autores de ‘Street Dance’ y ‘Street Dance 2’) pretende seguir los pasos de películas como ‘Mamma mía’ o ‘Amanece en Edimburgo’ a través de una relación amorosa aderezada por varios números musicales, aunque en este caso, no de un mismo grupo musical sino de una misma época: la música de los 80.

El film es de las peores películas británicas que he podido ver en los últimos años y se hace aburrida, predecible, además de estar mal interpretada. ‘Walking on Sunshine’ cuenta, después de un prolegómeno donde vamos a la protagonista tener un romance veraniego con un joven italiano, cómo tres años después y en la misma preciosa localidad italiana donde Taylor tuvo su romance acude ahora para comprobar que su hermana se ha prometido casualmente con su antiguo amor. Conoceremos a las amigas de las hermanas y a los amigos del futuro marido, quienes se conocen entre sí pero por distintas razones. Como es de esperar la película transita entre las dudas de los protagonistas y la pesada e increíble presencia de un exnovio de la casamentera, quien desea demostrar que todavía siente algo por ella.

Entre tanto, la película, máximamente predecible a cada segundo, presenta varios números musicales mal cantados y no excesivamente bien coreografiados, donde sobresalen los temas escogidos: el Holiday de Madonna, Walking on Sunshine de Katrina and the Waves, Venus de Bananarama, The power of love de Huey Lewis and the News, Don’t you want me de Human League y otros varios de George Michael, Roxette, Cher o Duran Duran. Es decir un amplio repertorio de grandes temas que pueden animarte en algunos casos o enervarte en otros tantos por pertrechar semejante profanación. En el desconocido reparto (Greg Wise, Joelle Koissi, Leona Lewis -la única con dotes musicales-, Annabel Scholey, Adrian Palmer, Hannah Arterton…) se echa en falta algún rostro que diera nivel a la producción y que elevara también el nivel musical, únicamente defendido por la cantante profesional Leona Lewis en sus pocas frases cantadas.

El guion se desarrolla a golpe de letra musical estando completamente repleto de tópicos y despropósitos y únicamente merece cierto reconocimiento la fotografía espectacular de la provincia de Apulia (Italia) donde está filmada y de la cual se ocupa Philipp Blaubach. La película resulta un producto empalagoso y colorido de niños ricos apropiado para espectadores muy poco exigentes.

Lo mejor: La fotografía.
Lo peor: Lo flojo de los números musicales y lo previsible de la ¿historia?

Valoración:
Banda sonora: 7
Fotografía: 7
Interpretación: 2
Dirección: 3
Guion: 1
Satisfacción: 3
NOTA FINAL: 3,8

@hilodeseda - www.habladecine.com

¿Qué necesidad había de grabar esta historia insulsa y ñoña?

¿Qué necesidad había de destrozar tantas canciones? Que lo hagan las Ardillas Alvin pase, que lo haga un grupo de adultos ...

Pero, sobre todo ¿Qué necesidad había de proyectar este pestiño a los indefensos pasajeros de un AVE?

Quiero dejar aquí mi mensaje para el despreciable psicópata que realiza la programación de las líneas AVE: No importa dónde te escondas, algún día la justicia y las fuerzas del orden te encontrarán.

Saludos.

Creo que ya lo he dicho en más de una ocasión, y lamento resultar repetitivo pero es que es la verdad, los musicales son mi Kryptonita. A decir verdad “La La Land (La ciudad de las estrellas)” (Damien Chazelle, 2016) es el único que vi con gusto; pero claro, ese musical son palabras mayores. De hecho, la película de Chazelle hace que cualquier otro musical parezca una broma de mal gusto; pero en el fondo seria una terrible injusticia dicha equiparación, ya que la cinta que hoy nos ocupa es anterior, así que evitaré la tan odiosa como inevitable comparación.
“Walking on sunshine” es el clásico, fácil y bienintencionado musical de toda la vida, tanto para bien como para mal no se puede definir de otra forma. La película del tándem Max y Dania será tan satisfactoria para los amantes del musical como lo podría ser comerse un canapé tras dos días sin probar bocado, y ya ni les cuento como afectará a los detractores de este género. Argumentalmente “Walking on sunshine” es absolutamente predecible, durante sus casi noventa minutos de duración no acontece ni una sola sorpresa, ni siquiera para los que no sepan de qué va la historia. Narrativamente más de lo mismo. Actoralmente han reunido a un grupete de actores de marca blanca que yo creo que no los conocen ni en el Reino Unido, país que ha perpetrado el film, más que nada por si alguien pretende tomar represalias. Visualmente las coreografías son de fiesta de graduación y los números musicales están hechos sin poner demasiado empeño en ellos, con el piloto automático. Por no decir que a mí ya el primer número musical de “Walking on sunshine” me sacó de la película por completo, y eso que le estaba poniendo empeño, pero ni con esas.
Al final lo más estimulante del film es la selección de canciones, la mayoría de ellos éxitos de los años ochenta, las cuales tararearas mientras apartas ligeramente la mirada de sus bochornosos numeritos musicales.
En resumidas cuentas, “Walking on sunshine” es otro musical más de carril con la única función de hacer que añoremos la época dorada del musical, esos tiempos en los que este género era tomado en serio.