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Ford Farleine rating:
7
7.0
10,261
Drama
Twenty-something Julián (Nacho Sánchez) is a graphic modeller, who spends countless hours of his life in the careful creation of terrifying creatures. After he acts to save a neighbourhood child from a fire, he is unable to process the mental and emotional shock of the horrible incident.
Language of the review:
- es
April 3, 2024
2 of 3 users found this review helpful
(Escribí este comentario antes de que salieran a la luz las noticias sobre los comportamientos inadecuados del director hacia mujeres de sus producciones, por lo que no hay ninguna referencia a estos abominables actos que, en caso de ser ciertos (no hay por qué dudar del testimonio de nadie y que queden debidamente probados) son sumamente graves, pero sólo hago referencia a esta película.)
Pufffff. Sé que no es forma de empezar el comentario de una película pero es que no se me ocurre otra manera de expresar el sentimiento con el que me quedé tras ver este film de Carlos Vermut. La amalgama de sensaciones contradictorias que se enraizaron en mi mente y en mi corazón aún me tienen confundido. Y eso, aunque era lo que buscaba el director, me hace sentir muy incómodo.
Porque la incomodidad es lo que el espectador se va a encontrar cuando los títulos finales de crédito asomen por la pantalla. Una sensación que va entre el asco infinito hacia la comprensión más dolorosa. Y eso no me dejó tranquilo. La sensación de lástima, comprensión e incluso compasión casan poco con la aversión y animadversión que uno siente hacia un monstruo. Pero la piedad viene dada porque ese monstruo no quiere ser un monstruo, huye de su monstruosidad. Cuando uno reflexiona sobre la película, se da cuenta de la inteligencia de Carlos Vermut al poner en el camino una serie de pistas que, al terminar el film, uno se da cuenta de su verdadero significado, del verdadero sentido. Y te quedas hecho polvo.
La película tiene apariencia de la típica película de amor en la que chico con problemas conoce chica y en la que parece que el amor triunfará sobre todos los problemas a los que ellos se van a enfrentar. Uno percibe que algo le pasa al protagonista, que algo le ocurre, hay algo que no le funciona bien, pero que la fuerza del amor podrá vencer el contratiempo que sea. Pero en un momento dado, la película da un giro que te destroza el corazón, que te asquea y te envenena. Y todo esto se hace de forma inteligente, y cuando rebobinas en tu cabeza te sorprendes de cómo es posible que no lo hubieras cogido antes.
En definitiva, un film inteligente, que te manipula de forma magistral porque cuando parece que te lleva para un lado, te manda en una dirección totalmente opuesta e imprevista y te deja haciéndote preguntas incómodas, teniendo sentimientos contradictorios y teniendo una sensación que no es nada agradable, más bien desasosegante y de lo más incómoda.
PD: Gran trabajo de la pareja protagonista.
Pufffff. Sé que no es forma de empezar el comentario de una película pero es que no se me ocurre otra manera de expresar el sentimiento con el que me quedé tras ver este film de Carlos Vermut. La amalgama de sensaciones contradictorias que se enraizaron en mi mente y en mi corazón aún me tienen confundido. Y eso, aunque era lo que buscaba el director, me hace sentir muy incómodo.
Porque la incomodidad es lo que el espectador se va a encontrar cuando los títulos finales de crédito asomen por la pantalla. Una sensación que va entre el asco infinito hacia la comprensión más dolorosa. Y eso no me dejó tranquilo. La sensación de lástima, comprensión e incluso compasión casan poco con la aversión y animadversión que uno siente hacia un monstruo. Pero la piedad viene dada porque ese monstruo no quiere ser un monstruo, huye de su monstruosidad. Cuando uno reflexiona sobre la película, se da cuenta de la inteligencia de Carlos Vermut al poner en el camino una serie de pistas que, al terminar el film, uno se da cuenta de su verdadero significado, del verdadero sentido. Y te quedas hecho polvo.
La película tiene apariencia de la típica película de amor en la que chico con problemas conoce chica y en la que parece que el amor triunfará sobre todos los problemas a los que ellos se van a enfrentar. Uno percibe que algo le pasa al protagonista, que algo le ocurre, hay algo que no le funciona bien, pero que la fuerza del amor podrá vencer el contratiempo que sea. Pero en un momento dado, la película da un giro que te destroza el corazón, que te asquea y te envenena. Y todo esto se hace de forma inteligente, y cuando rebobinas en tu cabeza te sorprendes de cómo es posible que no lo hubieras cogido antes.
En definitiva, un film inteligente, que te manipula de forma magistral porque cuando parece que te lleva para un lado, te manda en una dirección totalmente opuesta e imprevista y te deja haciéndote preguntas incómodas, teniendo sentimientos contradictorios y teniendo una sensación que no es nada agradable, más bien desasosegante y de lo más incómoda.
PD: Gran trabajo de la pareja protagonista.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Maldigo a Carlos Vermut. Yo era muy feliz odiando a los pederastas, pensando que son una puta escoria y que su desviación monstruosa, es la mayor perversión que pueda haber en La Tierra. Es así. Soy feliz en ese maniqueísmo. Una persona que se vale de trucos y artimañas para engañar y abusar de la confianza de los seres más vulnerables merece todo la repugnancia que mi corazón puede almacenar. Y será siempre así. Pero este sentimiento (que siento cuando el protagonista va a casa del chaval) se ve un poco afectado por la pesadumbre de ver a un hombre que huye de la monstruosidad, que no quiere ser un monstruo y que se da cuenta de que la única forma de huir de ese animal es quitándose de en medio porque, si no lo hace, esa abominación tarde o temprano se adueñará de él y entonces será demasiado tarde. Me es imposible no sentir algo de compasión hacia ese personaje. Y no me gusta. Quiero sentir sólo odio.
Del mismo modo, uno quiere sentir empatía hacia los conocidos de él, esos que lo rechazan y lo abandonan cuando descubren la inmundicia que habita en su mente. Pero, cuando al final, el protagonista ya no es un peligro y se ve imposibilitado, todos vuelven a él con una hipocresía que raya lo grotesco. Al final, uno siente más empatía por el monstruo que por los normales. Eso no me gusta. Me parece un mensaje peligroso. Se lo debió haber ahorrado.
La escena en la que Nacho Sánchez va a violar a su vecino… la tuve que pasar hacia delante. Era insoportable. Muy bien aquí el director creando tensión. También es increíble la de miguitas que te va dejando: siempre que hay niños, el protagonista baja la mirada, la escasa relación con los familiares, su imposibilidad de relacionarse con chicas y cuando lo hace es con una chica con peinado de niño y físico bastante infantil. Sus escenas con la realidad virtual… Uno se piensa que lo que esconde es un trauma y lo que esconde es la mayor ruindad y bajeza que puede albergar un ser humano.
Del mismo modo, uno quiere sentir empatía hacia los conocidos de él, esos que lo rechazan y lo abandonan cuando descubren la inmundicia que habita en su mente. Pero, cuando al final, el protagonista ya no es un peligro y se ve imposibilitado, todos vuelven a él con una hipocresía que raya lo grotesco. Al final, uno siente más empatía por el monstruo que por los normales. Eso no me gusta. Me parece un mensaje peligroso. Se lo debió haber ahorrado.
La escena en la que Nacho Sánchez va a violar a su vecino… la tuve que pasar hacia delante. Era insoportable. Muy bien aquí el director creando tensión. También es increíble la de miguitas que te va dejando: siempre que hay niños, el protagonista baja la mirada, la escasa relación con los familiares, su imposibilidad de relacionarse con chicas y cuando lo hace es con una chica con peinado de niño y físico bastante infantil. Sus escenas con la realidad virtual… Uno se piensa que lo que esconde es un trauma y lo que esconde es la mayor ruindad y bajeza que puede albergar un ser humano.