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España España · Madrid
Críticas de Iceman
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Críticas 13
Críticas ordenadas por utilidad
10
25 de mayo de 2011
70 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Efectivamente, Los Serrano, y muy a mi pesar, fue una serie que fue de más a menos. Me encantaron las dos primeras temporadas, la tercera ya empezó a flojear, pero seguía siendo divertida y el resto, se empezaba a notar que la serie había perdido frescura. No obstante, para mí ha sido una de las series que más me han gustado y no por su calidad artística precisamente, sino por los valores que nos mostraban o intentaban transmitir, como, por ejemplo, el amor y la amistad. Y aunque los personajes fueran demasiado definidos, caracterizados, y "mayormente" exagerados ¿quién no se ha visto en cierta forma retratado? ¿o, cuánto menos, poder hacer alguna de las locuras con las que nos deleitaban Diego, Fiti o Santiago cuando se les ocurría alguna de las suyas? Vale, ya sé que muchas historias eran casi inverosímiles o, cuanto menos, difícil de que ocurran en la realidad, pero ahí estaba la gracia de la serie cuya única finalidad era sacarte unas risas. Y creo que esa función lo ha cumplido con creces, por eso solo le doy la máxima nota.

Con este tipo de series no puedes sentirte engañado, puesto que de antemano se saben sus pretensiones. No entiendo como muchos de los que la han puesto a parir, se han tragado la serie hasta el último capítulo. A mí, desde luego, si algo no me gusta, le doy carpetazo. Así que me expliquen todas esas personas como han podido tragarse el bodrio que dicen haber visto durante... ¡¡¡5 años!!! O son masoquistas o aquí hay algo que no me cuadra.

Muchas gracias y un saludo.

Nota: En el spoiler explico el motivo del título con la que encabezo esta crítica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Iceman
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4
22 de diciembre de 2015
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y digo casi, porque en varias ocasiones tuve que hacer esfuerzos para evitar la caída de párpados...

Fui a ver esta película con una ilusión que no tenía desde hace años con un estreno. Tenía unas expectativas muy altas, así que decidí ir a una sala con 3D, sonido atmos y proyección láser ultra, para que todo estuviese a la altura de tan pomposo film que, curiosamente, es el primero de la saga que coincide el número del episodio con el orden cronológico.

El coste, 14,90 € más otros 3 y pico de la coca cola, que fue la que me salvó de no dar algún ronquido. Algo más de 18 € en una película que desde el minuto uno hasta el final era una copia burda del Episodio IV.

Lamento decir que esta película me dejó frío, nada nuevo que no hubiera visto antes, historias de corta y pega, mismas tramas, pero peor interpretadas. Los actores flojos y muy poco convincentes, ni siquiera Harrison Ford, que aún siendo lo mejor de la película, estaba muy lejos del actor al que nos tiene acostumbrados, si, ya lo sé, es posible que al ser doblada y no la V.O. no captes toda la esencia de los actores, pero es que no solo era la voz, era su mirada, sus gestos. Daba la sensación como que no estaba muy implicado en esta película. Y Carrie Fisher, parecía más una encantadora ama de casa, que aquella Princesa Leia, combativa y valiente que nos tenía acostumbrados. Por momentos, me recordaba a la madre de Anakin, en la Amenaza Fantasma.

Guión flojo y en ocasiones rozando el esperpento. El malo de turno, interpretado por, Adam Driver, apenas imprime carácter al personaje. Y es que como Darth Vader, ninguno. Incluso, Darth Maul, me imponía más que este Kylo Ren con su sable rojo y empuñadura en forma de cruz, poco práctica para la lucha, dicho sea de paso, aunque bueno, no es plan de ponerse tikis-mikis y, dado que es una película de ciencia ficción, más ficción que ciencia, dejaremos volar la fantasía.

Otra cosa que no me ha convencido es que en esta entrega he visto muy pocos Jedis y mucho soldado raso. De hecho, es que no ha aparecido ni un solo Jedi, salvo, curiosamente, la joven chatarrera, llamada Rey, la cual, creía que los Jedis eran un mito. Por supuesto, ella ni sabía que tenía la fuerza dentro, que paradojas.

Resulta curioso, eso de que tanto los Jedis, como Han Solo o la Princesa Leia fuesen mitos a ojos de esta joven y que estos dos últimos aparecieran en la película como si fuesen famosillos de barrio más que héroes que consiguieron destruir todo un imperio. Pero lo que verdaderamente me ha chirriado es que esta joven que consideraba que los Jedis eran un mito y, por tanto, no había tenido entrenamiento ni contacto alguno con ellos, manejara el sable de luz que tanto costó aprender a manejar a otros Jedis como Luke Skywalker, o el propio Anakin, el cual se pasó al lado oscuro. Como chirriante era que el soldado, Finn, interpretado por, John Boyega, decida traicionar a su bando y consiga escapar con el prisionero con esa facilidad pasmosa y prácticamente delante de las narices de sus Jefes y ante unas medidas de seguridad que se supone debían tener a prueba de bombas.

De traca y para echarte unas risas es que el enemigo vuelva con otra Estrella de la Muerte. Y van tres. Eso sí, mucho más enorme que las anteriores y, sin embargo, igual de vulnerable y fácil de destruir. Esos pasillos que nunca protegen lo suficiente y que unos cazas que parecen mosquitos, al lado de ese cacharro enorme, sean capaces de destruirlo es como para mear y no echar gota y no mosquearte por la falta de ideas y de originalidad.

La película no aporta nada nuevo a lo que llevamos de saga, es muy conservadora en el argumento y, sinceramente, me gustó más la Amenaza Fantasma, que se llevó peores críticas por parte de público y prensa especializada, pero que a mi modo de ver arriesgó más en el argumento. Me ha dado la sensación que el director, J.J. Abrams, no ha querido arriesgar y se ha limitado a conservar todo aquello que funcionó en la entrega IV, tanto es así, que parecía más un remake que una continuación. De los actores veteranos me esperaba mucho más, pero sobre todo, esperaba que tuvieran más peso en la trama y no que parecían como las viejas glorias del fútbol que cuando se retiran y pasan los años, apenas nadie se acuerda de ellos.

Y, ojo, tampoco digo que esta entrega sea mala como para no verla, simplemente digo que para los que ya llevamos años siguiendo toda la saga, esta película no te va a sorprender en nada. Posiblemente aquellas personas que no hayan visto las entregas anteriores, sobre todo, la IV o que, aún habiéndolas visto no espera nada nuevo, puede ser una película entretenida, pero nada más.

La parte positiva es que tiene alguna fotografía bastante buena, no muchas, pero alguna hay. El 3D está bastante conseguido en líneas generales, aunque sigue teniendo algunos fallos de proporciones, ya que, a veces, los personajes se ven diminutos, sobre todo, en planos medios así como "El Halcón Milenario", que en ocasiones parecía una galleta, más que esa nave capaz de viajar a la velocidad de la luz, pero supongo que esto es más culpa de la propia tecnología que de la película en si. La música, como en toda la saga, sigue siendo estupenda, aunque sin ser la mejor, no desentona.

Y para terminar, decir, eso sí, que la escena final de la película consigue dejarte con la intriga para que piques y vayas a ver la octava entrega. Espero que en la próxima entrega el director arriesgue más y sea capaz de aportar cosas nuevas y, sobre todo, que en una película de Jedis, salgan Jedis.
Iceman
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1
22 de febrero de 2021
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia tiempo que no veía algo tan malo como lo que acabo de ver. Siento decir esto de entrada, pero es que esta serie no tiene por donde cogerla ni nada que la sustente.

La serie es de Albert Espinosa, el mismo autor de Pulseras Rojas. Si bien, aquella serie logró éxito internacional y aunque también se le veían ciertas costuras, al menos, supo calar entre los espectadores y digamos que fue una serie que entró bien. Sin embargo, dudo mucho que esta serie lo consiga.

El caso es que la serie quiere mandarnos un mensaje que en principio podría estar bien. Niños encerrados en un centro psiquiátrico con diferentes problemas mentales a los que hay que tratar. El problema es cuando ese mensaje quiere convertirse en una especie de dogma de fe y pretende hacernos creer que todos los niños del mundo que están en un psiquiátrico son niños sanos cuyo problema es que son unos incomprendidos, además de haber sido maltratados por sus propios padres o familiares cercanos y a los cuales no se les permiten vivir en libertad. Que no digo yo que no haya casos así, pero "victimizar" a todos los niños y criminalizar a todos los adultos pues como que no. Y es que en esta serie parecen confundir un centro psiquiátrico que es el lugar donde van personas con algún tipo de enfermedad mental con un centro de menores, que es donde se tratan a niños con personalidades conflictivas y/o tensiones emocionales no resueltas causadas en su mayoría por traumas provocados por situaciones vividas en la infancia o conflictos emocionales. De hecho, creo que si el punto de partida hubiese sido un centro de menores hubiera resultado más creíble la trama.

A medida que avanza la serie, da la sensación que el guionista y director de la misma se mete en una especie de laberinto que no sabe muy bien por donde encontrar la salida, aunque es obvio como va a acabar esta historia y es algo que lo sabes desde el minuto uno. La serie está llena de frases grandilocuentes, de contenido vacío y sin sentido, con cierto tufo dramático y encajadas con calzador e impropias de niños, por muy inteligentes o espabilados que puedan ser. Vamos que no te lo crees. Como tampoco te crees que el método que usa el psiquiatra del centro para la terapia es poner en mano de los niños una pistola cargada, aunque pretenda ser una metáfora para decirnos que los locos no son niños, sino los adultos. De locos, nunca mejor dicho. O el niño que dice ser un Ángel y, además, tiene ciertos poderes. Todo un despropósito.

En cuanto al trabajo actoral no puedo, aunque quiera, ser benévolo. Siento decirlo, pero los niños trabajan de pena, bien porque no han nacido para ello o bien, porque no se les ha sabido sacar partido por parte del director. Y es que más que interpretar parecen estar leyendo las frases y en ocasiones algo sobreactuados. Solo se salva un poco de esta quema Héctor Pérez, (Lucas). En cuanto al trabajo del resto de actores adultos nada que destacar y salvo Miki Esparbé y Juan Margallo que hacen lo que pueden el resto, entre regular y mal. Y da que pensar porque en Pulseras rojas ocurría algo parecido, salvo que en aquella ocasión la serie entró con mejor ojo y chirriaba menos, aparte de que algunos de aquellos actores eran mejores.

En fin, la serie está llena de muchos sinsentidos que hacen agua por todos lados y que no quiero desvelar para no entrar en spoilers y para que cada cual saque sus propias conclusiones por si mismos. Eso sí, como curiosidad lanzo una pregunta a ver si alguien o el propio director me puede aclarar: ¿Cómo es posible que unos niños sin apenas medios económicos, salgan desde Menorca, y consigan cruzar media Europa en apenas 100 horas no sin antes hacer algunas paradas? Ni Willy Fog, que se recorrió el mundo en 80 días fue tan rápido.
Iceman
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8
22 de febrero de 2020
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivir sin permiso, me ha parecido un digno producto y que pese a sus fallos ha logrado su objetivo. Los fallos, tales como que el personaje principal casi nunca aparece rodeado de sicarios ni de una guardia pretoriana como debería corresponder a este tipo de personajes, me parece menor, ya que es algo que aunque no se hayan visto a lo largo de la serie se da por hecho y en definitiva no afecta al devenir de la trama. Además, en realidad, su guardia pretoriana se podría decir que son todos aquellos personajes a los que Nemo permite vivir con su permiso, tales como el personaje de Celso, interpretado por el actor Miguel de Lira, bien encajado en la serie y ¡como no!, su guardaespaldas personal Ferro, interpretado por el grandísimo actor Luis Zahera, al que se le debería dar un papel como actor principal ya. Y, por supuesto, sin olvidarnos de Álex González, interpretando a Mario Mendoza y que también le cubre las espaldas al personaje principal.
Otro de los fallos que aquí se han criticado es el de la dicción, algo con lo que no estoy del todo de acuerdo, ya que en general, casi todos los actores han representado muy bien sus correspondientes personajes, especial mención es la del actor Patrick Criado, que desde que se dio a conocer en la serie Águila roja, no ha dejado de crecer como actor. Ojo, con este chico, que llegará lejos. Sí que estoy de acuerdo con el tema de la mala dicción en el actor que, curiosamente, siendo colombiano, es al que menos se le entendía, me refiero al actor Édgar Vittorino que, aún dando credibilidad a su personaje, en no pocas ocasiones me costaba entenderle. Tan solo lograba pillarle palabras como: Mal parido, hijueputa, verga, home (hombre) y el resto solo eran sonidos difíciles de captar.
En cuanto a la trama en sí, creo que a lo largo de las dos temporadas te engancha y hace que mantenga el interés hasta el último capítulo, lo cual, no es poco. ¿Efectista?, -puede que sí, pero en ningún momento hace que deje de ser interesante. Eso sí, me hubiera gustado que el desenlace final hubiera sido algo más personal entre Nemo Bandeira y Germán Arteaga, en lugar de haber sido algo más producto de los condicionantes. Del mismo modo, que me hubiera gustado que en este final hubiera habido un enfrentamiento personal entre Patrick Criado y Álex González o, por qué no, entre Patrick y Luis Zahera.
En cuanto al personaje de Patrick, para mí ha sido, uno de los mejores, muy bien trabajado por este magnífico actor en ciernes y que desde que le vi por primera vez en Águila roja, ya apuntaba madera de gran actor. Más que interesante, también habría sido haber mantenido en la segunda temporada al personaje de Carlos Bandeira, interpretado por Álex Monner, al que creo que hubiera dado mucho juego con su antagónico personaje tanto con su progenitor como con el propio Patrick Criado.
En definitiva, la serie me ha gustado bastante, tiene una buena trama, entretiene y no se distrae en subtramas absurdas. A destacar el gran trabajo de la mayoría de sus actores, especialmente, Luis Zahera y Patrick Criado.
Saludos.
Iceman
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10
28 de diciembre de 2019
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no disfrutaba de una serie tan buena como esta. Isabel Coixet, ha sabido construir con maestría una historia de personas. De dos personas que van conociéndose, descubriéndose el uno al otro y así mismos y lo que es más importante, haciendo que nos descubramos a nosotros mismos. Y es que no es difícil verse retratado en los sentimientos, alegrías, tristezas y temores de estos dos personajes, tan bien interpretados por Laia Costa (ella) y Guillermo Pfening (él). Por cierto, curiosamente, nunca se descubre cuáles son sus nombres en la ficción.

Es una serie romántica que habla de amor sin ñoñerías ni cursilerías, poniendo énfasis en los temores de dos personajes que se acaban de conocer y que a lo largo de la serie van mostrándose poco a poco, jugando, a ratos, con la intriga, como si en cualquier momento todo se fuese a desmoronar. Cada capítulo rebosa de sensibilidad y muy buen gusto y aderezada en algunos de ellos de un erotismo elegante sin caer para nada en lo burdo. Incluso, la palabra follar, que se repite varias veces a lo largo de la serie, suena bien en la boca de estos dos estupendos actores.

Estupenda fotografía con planos muy bien cuidados, una iluminación suave al igual que los colores y con un toque, en ocasiones, como no podía ser de otra forma, muy cinematográfico.

La música acompaña de forma magistral en cada capítulo y no empalaga.

Vi los ocho capítulos del tirón y, sinceramente, me hubiera gustado ver otros ocho más. Y es que el trabajo de los actores, tanto de los personajes principales, como de los secundarios, hace que esta serie no decaiga en ningún momento y al igual que cuando degustas una gran carta de un buen restaurante, te quedas con ganas de un poco más.

¡Enhorabuena, Isabel! Has cocinado una gran serie.
Iceman
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