Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton es una adaptación libre del libro de Lewis Carroll y producida por la insulsa compañía Disney.

Viéndola uno se da cuenta de lo mucho que ha cambiado esta compañía de un tiempo a esta parte, si en 1951 ya estuvo al cargo de otra adaptación, de animación, que aun a día irradia calidad y un gran humor surrealista, en la actualidad la versión que tenemos ahora entre manos carece de esta virtud y solo puede presumir de contar con unos efectos digitales sobresalientes.

La idea de base es bastante atractiva, el argumento gira en realidad como si se tratase de una secuela de la historia original (pero sin tener nada que ver con la continuación original del primer libro, “Alicia a través del espejo”), así podíamos ver a una protagonista ya adulta y una historia diferente a la que ya estamos acostumbrados a ver del personaje, pero falla por el hecho de que quieren meter con calzador en el país de las maravillas, la clásica lucha del bien contra el mal, oráculos que adivinan el destino, discursos de solo tu puedes cambiar tu futuro y bla bla bla, sin olvidarnos claro esta de la épica batalla final de turno con armadura y espada en mano, algo que ya me diréis donde encaja en el disparato y loco mundo que nos quieren enseñar.

El carisma de los habitantes del país desparece por completo en cuanto abren la boca y la única gracia que tienen esta en sus gestos, gracias a lo bien hechos que están, el sombrerero no esta loco, el pájaro Dodo no es agobiante, es mas ni siquiera habla y los hermanos que ahora no me acuerdo como se llaman no se lían con sus conversaciones.

En definitiva, Tim Burton del que me considero admirador, esta vez me ha decepcionado y en cuanto a adaptaciones de libros presuntamente infantiles firmadas por el, “Charle y la fabrica de chocolate” esta a años luz de esta otra adaptación,.

Eso si, Tim Burton tendra películas mejores y peores en cuanto a guion, pero una cosa no se puede negar, todas son visualmente sobresalientes, y el plasmar el bizarro país de las maravillas le viene que ni pintado al singular punto de vista de este director, aunque aquí se echa de menos su particular sentido del sentido del humor, culpa del guión que seguramente le habrá impuesto Disney, que como ya he dicho antes, poco tiene que ver que la productora que tantos momentos de ocio me dio en la niñez, Tim te has equivocado al venderte a ellos.

Aceptable adaptación cinematográfica del famoso mito de Frankenstein, realizada en 1994 por el director y también actor que encarna a Víctor Frankenstein, Kenneth Branagh y contando con el siempre excelente Robert De Niro en el papel del monstruo y Helena Bonham Carter en el de Elizabeth, la enamorada de Frankenstein.



Este trío de actores protagonistas cumplen perfectamente con el papel y les viene que ni pintando, tan solo tiene un pero el propio protagonista, pero no en sus funciones de actor, si no de director. Por un lado, buena elección el de seguir un camino similar al de la novela original de Mary Shelley, pero por otro altera ciertos elementos de la película respecto a la novela, que me parecen cambios absurdos y que lo único que aportan son una sensación de artificio, como la exagerada representación del momento en el que le da vida a la criatura, el dar tanta importancia a la trama de amor, el odioso y repetido recurso de lanzar un relámpago cada vez que se quiere iluminar la cara del monstruo y que sigo sin entender porque lo repiten tanto durante toda la película.



Lo que mas lastra a la película es la importancia que se le da a la historia de amor Víctor-Elizabeth que le resta importancia a la trama del monstruo, el verdadero protagonista y al que no se da verdadera importancia hasta el momento que este irrumpe en la noche de bodas de los dos enamorados, a pasar de tener mucho antes muchas mas apariciones.



Como punto a favor esta lo comentado anteriormente que es la única adaptación de esta novela que se acerca a la historia original, ya que de las decenas de películas sobre el personaje, el argumento de todas se ha limitado siempre a lo típico de, doctor loco le da vida por medios artificiales a un monstruo que apenas habla que se dedica a sembrar el terror en el pueblecito de turno. En la historia original en cambio cada acción de cada personaje tiene una motivación bien explicada, y eso le da una profundidad que se había olvidado desde la primera película del personaje que data de 1931.

En definitiva una película correcta, que destaca demasiado para mal por el exceso de medios y la exageración en todo.

Habiendo visto tan solo en primer episodio, esta primera toma de contacto, básicamente lo que se ha mostrado es una presentación de los personajes, sus relaciones, modos de vida y conflictos tanto internos como entre otros personajes. Poniendo especial hincapié evidentemente en su protagonista, Ray Donovan (Liev Schreiber) jefe de una agencia de especialistas que se dedica a solucionar los problemas de la gente rica e influyente, haciendo que los posibles escándalos en los que podrían verse envueltos desaparezcan. Así hemos podido ver a sus subalternos cumplir órdenes sin hacer preguntas, y al que parece ser su mejor amigo y asesor en la agencia (Peter Jacobson).

Como en todo episodio piloto que se precie los guionistas han optado por usar una serie de casos que podrían considerarse como extremos con el fin de sorprender al espectador y así mostrar hasta qué extremo participa la agencia en estos conflictos y su forma de actuar. Siendo esto último lo más destacable de Ray Donovan, el resto no deja de ser bastante convencional y trillado en infinidad de series y películas. Hay conflictos familiares entre hermanos, padres y matrimonios, romances imposibles, obsesiones, personajes habladores junto a otros callados y como no, el misterio de turno mostrado en forma de breves flashback del que se va soltado información con cuentagotas.

En general este primer episodio no deja una mala sensación, pero no engancha como debería, y no creo que sea culpa del casting, que una vez mas Showtime demuestra que es de las mejores en este terreno, lo que es necesario es que los guiones saquen provecho de ellos. En cuanto a la trama general, la de la agencia resuelve problemas, desde el principio no pareció una idea de la que sacar mucho juego, y así sigue pareciendo, siendo la única posibilidad satisfactoria, que se vayan mostrando casos cada vez más extremos con el fin de reinventarse constantemente y seguir manteniendo el factor sorpresa, cosa bastante complicada pero en la que la cadena es experta.