La historia en sí es una parodia de la famosa leyenda del rey Arturo. Pero lo que realmente importa en la película son las situaciones en las que desembocan las aventuras de los protagonistas. De acuerdo en que más que una historia es una serie de gags cómicos. Pero es que esos gags, para el que le guste reírse, son de lo más divertido que se pueda encontrar en el mundo del cine.

Comenzando a ver la serie sin ningún tipo de espectativa (ni baja ni alta, no había oído hablar de ella), desde el primer capítulo, me encontré con una producción francamente buena en cuanto a guiones, actuaciones, y argumento, sin llegar a ser extremadamente original (hoy en día es imposible plantear un argumento que no recuerde a ningún otro anterior).

Situándonos, tras la hecatombe nuclear, en un mundo devastado con la población millonariamente diezmada, se nos presenta un escenario dominado por ejércitos sin patria y condicionado por la codicia y el egoísmo de sus habitantes, recordando en gran medida a The Postman (Kevin Costner). El método de retrato de los personajes varía de unos a otros. Mientras unos muestran todas sus cartas desde el principio y se les adivinan sus intenciones sin demasiadas sorpresas, otros tienen una cara oculta con la que van jugando sin llegar a mostrarla, como el propio protagonista Jake, o Hopkins. Mención especial a este último, que tiene aún mucho que decir y cuya aportación va a ser (y va a demostrar que ha sido) esencial para el desarrollo de la historia. Recuerda mucho al típico personaje semi-oscuro al que acuden todas las series para aportar una mayor dosis de intriga, como John Locke en Lost, el padre de Michael Scoofield en Prison Break, o Nathan Petrelli en Heroes. El guionista juega con el espectador capítulo a capítulo posicionándole cada vez en una opinión opuesta con respecto a él, hasta conseguir crear una gran incertidumbre que le mantiene pegado a la pantalla.

A destacar también el uso, cada vez más frecuente en estas series de nueva generación, de un capítulo de Flash Back (en un momento de gran intriga, cómo no), para resituar a la audiencia y conseguir que cambien su enfoque sobre el momento presente de la historia.

Una serie muy recomendable, tanto a los que les guste la intriga de estas series y pasarse una semana entera intrigado con lo que va a suceder en el siguiente capítulo, como a los que les gusten las producciones de catástrofes, hecatombes y sus consecuencias.

Qué decir que no se hayan dicho en las 34 críticas anteriores a la mía, más que rescatar las opiniones que comparto descartar las que no.

¿Buen guión? Para nada. Grupo de terroristas entran en un edificio y toman rehenes, y policía duro se enfrenta a todos ellos. Típico. Lo único bueno del guión (eso sí, muy bueno), son algunos diálogos con frases cojonudas que relajan un poco la tensión de la acción. Pero el planteamiento en sí, nada original.

¿Buena película de acción? Sin duda. buenos efectos, buena música y buen actor (no creo que hubiera otro que hiciera mejor el papel de Mc Lane, entre otras cosas porque el Mc Lane policía prácticamente nació a la vez que el Bruce Willis actor, tal para cuál). No es la típica película de Swarche, Van Damme o Seagal, de tío durísimo que ni siente ni padece y no se lleva una hostia en toda la película. El espectador pierde la cuenta de los golpes que se lleva el prota a lo largo de sus distintos enfrentamientos con alemanes enormes que parecen sacados de la defensa de Beckembauer. Sobre todo es muy entretenida, que es lo que se le pide a una película. Las dos secuelas bajan un poco pero no tanto como dicen por ahí, son de las secuelas más dignas de la historia del cine moderno.

Una obra maestra, no sólo del género, sino del cine moderno. Habrá gente para la que esto último no signifique nada pero para mi, nacido en el 86, el cine moderno es el cine de verdad. Tal vez no a nivel de reflexión e intelectualidad, pero sin duda alguna a nivel de entretenimiento, que hoy día es el principal objetivo del séptimo arte. Y en esta época bombardeada de super-producciones, a razón de 4 o 5 por año, se pueden rescatar escasas películas que lleguen a tantas dosis de entretenmiento como Gladiator. Y con entretenimiento no me refiero a simple diversión, que sin duda ofrece esta película por medio de batallas que hacen las delicias de los necesitados de sangre, sino emoción, suspense, y muchas otras características que la convierten en una maravilla. Pienso que no hay que compararla con películas más antiguas (Espartaco, Ben Hur...), porque prácticamente pertenecen a disciplinas distintas. El cine de antes y el de ahora son diferentes y, por tanto, se deben valorar por separado las obras pertenecientes a uno y a otro, pues si se critica todo lo que se parezca a lo ya hecho, prácticamente no queda nada por hacer. No plagio, sí inspiración. Dejando a parte los posibles parecidos con las películas mencionadas, Gladiator se puede considerar una auténtica obra de arte, capaz tanto de emocionar como de divertir.

Una película que reúne ingeniosas dosis de humor con trabajadas escenas de acción. Estos ingredientes mezclados con los buenos trabajos de actores consagrados como Brad Pitt o novatos en el mundo del espectáculo como Vinnie Jones (me refiero a otro tipo de espectáculos...) y un guión que entrelaza perfectamente distintas historias al estilo 'Pulp-Fiction' hacen de 'Snatch' un auténtico peliculón. Los diálogos son divertidísimos, y para apuntar las anti-metáforas que se repiten a lo largo de la película, del estilo: "¿Que no lo habías visto? ¡es un camión de 4 toneladas, no una puta bolsa de cacahuetes!". La música, muy adecuada y acorde con las distintas escenas, se convierte en un elemento imprescindible. Por último resaltar algunos planos geniales que aceleran por momentos el ya de por sí buen ritmo que marca la película desde el principio (como los planos detalle de las letras de las pistolas).
Para no perdérsela y verla por lo menos una vez al año (igual me paso, pero me encanta).