No ha habido, y probablemente no habrá, una serie que me haya calado tan a fondo como ésta. Desde los diez primeros minutos. El impacto que me causó el primer episodio cuando lo vi fue tal que ya supe que esta serie iba a ser grande. Y vaya si lo ha sido.

Se supone "Six feet under" es una serie que trata sobre la muerte, y sin duda es una parte importante de la misma. Pero eso por si sólo se queda demasiado corto. De lo que verdaderamente trata "six feet" es sobre la vida. Ni más ni menos. O al menos de la parte de la misma que merece la pena. Lo único que pasa es que la muerte es una parte esencial de la vida, y eso es algo que "sx feet" sí que se encarga de recordarte desde el primer episodio.

Pero igual que trata sobre la muerte, aborda de una manera sensacional las relaciones personales, de pareja, de familia, el amor, la soledad, las dudas, los miedos, los afectos, las emociones, el amor, el sexo, la fe y la ausencia de ella, lo trascendente, lo intrascendente, los errores, los aciertos. En resumen, la vida.

Pero hablemos de cómo aborda la muerte. La primera reacción cuando uno ve el primer capítulo es la crudeza y a la vez naturalidad con que la muestra. Y el motivo por el que creo que nos impacta tanto es porque considero que, una vez que en las sociedades occidentales (afortunadamente) hemos más o menos naturalizado el sexo, la muerte es la siguiente asignatura pendiente. La evitamos. No queremos hablar de ella. La rechazamos con una falsa sensación de que estamos a salvo de ella. Ella y nuestros seres queridos.

Y sin embargo cuando tiene que llegar llega, y nos encontramos a menudo sin herramientas para afrontarla. Puede que en parte, o al menos ésta es una reflexión que yo he extraído de la serie, porque vivimos en una sociedad un poco hipócrita que no nos prepara para ella. Por eso "six feet under" es en cierto sentido tan liberadora. Porque, por paradójico que pueda sonar, interiorizar el hecho de la muerte y su inevitabilidad puede ayudarnos a ser mucho más felices y sacar mucho más provecho de nuestras vidas. Al fin y al cabo esto es lo que tenemos, y cuando se acabe se acabó. ¿Y aún así la mayoría perdemos el tiempo con chorradas?

Otro aspecto en el que "six feet under" no se anda con remilgos es en el sexo. Precisamente porque, como he dicho, la serie trata sobre la vida sin cortarse en ningún aspecto relevante de la misma. Y el sexo evidentemente es una parte esencial más. Sorprende la falta de rodeos con la que aborda el tema en varios ámbitos que todavía son tabú para una mayoría de la sociedad. Especialmente si tenemos en cuenta que la serie es de hace quince años.

Pero quizás el aspecto que "six feet under" trate con mayor maestría, cualquiera que la haya visto coincidirá conmigo, es el de los sentimientos y las emociones. Muy especialmente sobre aquellas que no se expresan, que se retienen, que se reprimen. Porque en líneas generales vivimos en sociedades en las que la expresión de las emociones propias sigue siendo un tabú.

Y así llegamos adonde llegamos. No se puede hablar de represión de sentimientos sin hablar de la familia Fisher. Reconozco que toda objetividad que haya podido intentar la voy a perder aquí mismo. Adoro demasiado a los Fisher. A Ruth, a Nathaniel Jr., a David, a Claire y también al omnipresente Nathaniel padre. Puede sonar exagerado, pero mientras estaba viendo la serie, o incluso más allá, hubo momentos en que casi llegué a sentirme parte de ellos. En multitud de ocasiones me veía tan reflejado en sus situaciones, en sus conversaciones y sobre todo, en sus sentimientos; que llegaba incluso a sobrecogerme.

Ocurre algo extraordinaria y deliciosamente paradójico con los Fisher. Por un lado se representa a unos personajes, cada uno individualmente y también la familia en su conjunto, que podríamos definir como que "están tocados". Los Fisher no manejan bien sus emociones,a menudo las reprimen para luego lanzarlas con torpeza, toman decisiones precipitadas y desde luego están lejos de ser ningún ejemplo de conducta para nadie

Y sin embargo, son extraordinariamente reales. Extraordinariamente humanos. Extraordinariamente vivos. Y extraordinariamente buenos. Y de hecho, personas que nos consideramos más o menos cuerdas (o ese queremos pensar jeje), llegamos a vernos increíblemente reflejados en ellos, en sus anhelos, sus miedos, en sus dudas, en sus incertidumbres, y hasta en sus errores. Quizás porque en el fondo todos tengamos algo de locura.

Los Fisher por separado, cada uno de ellos, son increíbles. Personajes tan reales que casi los puedes tocar o mejor aún, abrazar. Pero las piezas terminan de encajar a la perfección cuando las pones juntas. Y es que los Fisher, que parecen tan diferentes cada uno por su lado, poseen un hilo conductor que los hace, no ya una familia real, auténtica, entera; que por supuesto, sino casi diría que una unidad. Es algo que se percibe con especial nitidez en las escenas en las que están juntos e interactuan, cuando se reúnen por algún evento o circunstancia, cuando se abren los unos con los otros. Ahí es cuando te das cuentas de que los Fisher, por muy tarados que parezcan, por muy diferentes que sean, en realidad son uno.

Y por supuesto, el final de la serie. No añadiré nada sobre el mismo porque no hay nada que añadir. Es, ni más o menos, el final que tenía que tener una serie como "a dos metros bajo tierra". Sencillamente no podía tener otro.

Para mí es, pura y simplemente, la serie de mi vida.

La he disfrutado mucho porque me sigue alucinando su estética, su mundo, varios personajes y que esté tan enfocada en, sencillamente, entretener, como las buenas películas de los 80.
Pero no deja de ser una secuela. El facto sorpresa/innovación de la primera temporada se pierde un poco, aunque se disfrute igual. Me da la sensación de que quedará como una serie fantástica si saben terminarla a tiempo (he leído por ahí que se plantean 4 temporadas). Si no, puede acabar aburriendo y por supuesto, perder la magia.