Una conversación entre dos curas. Una premisa que de primeras podría parecer un tostón, pero que en manos de Meirelles se torna en una conversación intensa, emocionante, enriquecedora, edificante.

Me gustó casi todo. El parecido físico y de gestos de Francisco es sorprendente, el repaso por su biografía, los flashbacks, un tratamiento no demasiado cruel y que intenta ser comprensiva con la Iglesia católica (cosa poco frecuente en estos tiempos)... todo eso y más cosas, me gustaron.

No me gustó la imagen algo vanidosa, geniuda, de Benedicto XVI, Papa prejuzgado por los medios desde el principio al que, por tanto, se escuchó poco y se apreció menos. No estoy muy seguro de que se corresponda con la realidad.
Tampoco me gusta que la conversación sea ficticia. Me habría encantado que hubiera sido basada en un hecho real, para poder decir que todo esto realmente pasó.
Ni verla en Netflix en lugar del cine. Me parece una plataforma poco digna para estrenar algo de esta calidad. Lo hace parecer un producto más, que engorda la lista de este dispensador de series a granel.

Muy recomendable.

Tal vez haber visto Cazafantasmas en mi infancia condicione mi percepción de la nueva, pero me parecía más interesante la historia de la película original. En esta versión han mantenido ciertos momentos y todo lo de en medio lo han simplificado y resuelto con un chim pam pum.

La personaje que se parece a la hija de Tank Girl y Geena Davis es interesante, pero le falta un giro para ser un personaje redondo.

Visualmente me ha parecido interesante la escena de los globos gigantes que se les echan encima. Cuando las películas sean en Realidad Virtual y hagan algo parecido, la sensación podrá llegar a ser realmente intensa.

Cinematográficamente está bien. TIene puntos cómicos y chocantes como el de las piñatas o las piedras.
Pero es aburridísima. De hecho me dormí varias veces, me despertaba, me aburría y me volvía a dormir. Cuando despertaba deseaba que hubiese acabado, pero la película seguía ahí, ocurriendo cosas sin cesar, con el mismo mecanismo una y otra vez. Y con varios momentos en que la película parece acabar, pero no. Aún tenían otra media hora de cosas que decir.

La misma idea contada en hora y media me habría parecido una genialidad, una metáfora fantástica sobre la resolución de los conflictos intergeneracionales en las familias, con referencias cinematográficas bastante simpáticas e inesperadas. Pero esto fue insoportable. Estuve a punto de salirme del cine (y eso no lo he hecho en mi vida, y menos ahora al precio que está).

Este afán de hacer durar las películas 3 horas se me está haciendo muy cuesta arriba. Me ha pasado con la última de Spiderman, y con otras propuestas más innovadoras como Bardo, con Babylon, con Avatar 2,... y ahora con esta.

No vi "El Cuervo" en su día. La he estado viendo ahora y me parece un truño. Diálogos sin ritmo, estética estridente, personajes superficiales, tópicos por todas partes...

No sé si en su día sería rompedora. Hoy me parece una mierda.

Brandon Lee tuvo una muerte digna de mejor causa. Pobre hombre...

Una película que explica que del comportamiento de mucha gente "mala" todos tenemos parte de culpa y además tiene detonantes que pocas personas podrían soportar manteniendo la cordura. Este film tiene mucho de denuncia. El bullying, el desprecio al distinto, la indiferencia por los problemas ajenos, la impaciencia con la gente intensa, la incomprensión, añadidos a los problemas que a cada persona le vienen de serie, van añadiendo presión a una olla que acaba reventando por alguna parte. El Joker es casi cualquier delincuente de familia desestructurada, con problemas en la infancia, incomprendido, apartado, despreciado, abusado, ... de Jokers están llenas las prisiones y las calles. El Joker podría haber sido cualquier otro personaje con un drama vital. Y me encantó ese enfoque. Lo humaniza.

El ritmo de la película es un poco lento en ocasiones, parece pretender que vivamos en tiempo real algunas sensaciones y angustias del protagonista, que engancha por estar tan bien construído.

La ambientación es algo ambigua, como situada entre los años 60 y 80,y la atmósfera muy envolvente.

La película es muy cruda, y su enfoque la convierte en novedad dentro del género de superhéroes y villanos. Da una vuelta de tuerca a la crudeza del batman de Nolan. Y pese a ser larga, justo cuando acaba, apetece que siga la historia.