Sí señor. Mr Scott no solo ha conseguido filmar un título de ciencia ficción a la vieja usanza, esa Sci-Fi que lanzaba preguntas metafísicas al universo, sino que además ha realizado una película espectacular por méritos propios, sin necesidad de hacerla deudora de sus propios ancestros.
Es cierto que algunas veces da la sensación de andar un poco perdido: algunos personajes poco caracterizados y otros lamentablemente desaprovechados, aunque con las películas de este director siempre hay que esperar a la versión sin cortes ya que, para bien o para mal, el tito Ridley suele rodar cintas demasiado largas y al final los productores tienen que meter tijera.
Pero nada, oye, una gozada. Hacía muuuuucho tiempo que no lo pasaba tan bien en una sala de cine, o tan mal, ya me entendéis.
Incluso hay un par de escenas marca de la casa en las que Ridley Scott te arranca el corazón y lo mantiene en su mano, controlando cada latido, cada bocanada de aire, y eso este hombre lo hace como nadie. Sabe manejar al espectador a su antojo.
En fin, Serafín, muy recomendable para aficionados al género, aunque no apta para cardiacos, novias con reparos o tiquismiquis que vayan con la biblia de Alien al cine.

LO MEJOR:

-Fassbender. Este tio es una máquina (literalmente).
-El regreso de la ciencia ficción de siempre.
-Una escena que recordaré durante años. (Spoiler)
-No se apoya en la saga Alien, sino que busca su propio camino.

LO PEOR:

-Charlize Theron. Su personaje está mal definido.
-Guy Pearce. ¡Desaprovechado! Es como fichar a Xabi Alonso y ponerlo de portero.
-La escena del final con la nave alienígena. (Spoiler)

Otra película de la Aniston que no le hará ningún favor a su carrera. Ni a la de Costner. Ni a la de Rob Reiner. Ni siquiera a la de Shirley McLane, protagonista de los únicos diez minutos que no te dan ganas de vomitar. De hecho, los únicos beneficiados son Dustin Hoffman y Anne Bancroft, que hacen que te preguntes: ¿Por qué no estaré viendo el graduado en lugar de esta inmundicia?
Historia mala, pero mala con ganas, personajes increíblemente inverosímiles (lo del novio y el padre calzonazos es de juzgado de guardia) y final con moraleja de galleta china: A vivir y a follar que el mundo se va a acabar. Pues vale.
La cinta nos cuenta las terribles inquietudes que sufre la Aniston durante la boda de su hermana, incapaz de continuar con su vida normal al no saber si es realmente hija de su padre, ya que su madre, muerta tiempo ha, no era capaz de aguantarse las bragas puestas durante más de veinte segundos seguidos. Resulta que, para averiguarlo, se va a entrevistar al supuesto «candidato»,( que además de a la madre se había cepillado a la abuela) quien resulta ser estéril debido a una temprana patada en los huevos (los hay con suerte).
En fin, pues no era su padre, ¿y ahora qué hacemos? pues hacemos que se la cepille y ya está liada. Es que como se ha cepillado a sus familiares pues ella no va a ser menos. A partir de entonces llega un cúmulo de despropósitos argumentales totalmente fuera de lugar. El que quiera saber lo que pasa después que lea el spoiler o que vea la película(hombre no hay que pasarse, lee el spoiler mejor).

Que si es una mezcla entre Kill Bill y Supersalidos...
Que si una comedia de superhéroes...
Que si una parodia de Spiderman...
No ceso de leer crítigas vagas sobre este film basado en la obra de Romita Jr. y Millar en las que se le da a este personaje un trato superficial e injusto.
Kick Ass es la perfecta versión del Quijote: Un chaval que, de tanto leer cómics de superhéroes, se le seca un poco el cerebro y se lanza cual vengador enmascarado a rescatar doncellas en apuros y a salvar el día. Simplemente brillante.
Por supuesto, no tarda en darse de bruces contra la realidad (exactamente igual que su homólogo cervantino) aunque persiste en su locura sin importarle lo más mínimo.
Es entonces cuando aparece Hit Girl y la película se convierte en otra cosa completamente distinta. Puede gustarte más o menos, pero es cuando la cinta comienza a tirar más de adrenalina, amén de hacerle comprender a nuestro héroe lo realmente patético que es. Ahí es cuando debe definirse una vez más a sí mismo.
No se la pierdan.
La banda sonora es un refrito de composiciones antiguas del mismo autor (John Murphy) y de Morricone, junto con otras canciones. Nada muy original pero sí efectivo.
Por cierto, tengo dos notas para esta película. Un 9 antes de leer el cómic y un 7 después de haberlo leido. Al final se queda en 8 por hacer la media.
La lástima es que, de haber respetado algo más la obra original, podría haber sido algo más que una cinta muy entretenida...podría haber sido un pepinazo nuclear de película. En serio.

Vi la película en cuanto me enteré de que era un remake de la sorprendente producción alemana, «Deliciosa Martha», ya que esta me gustó bastante y sentía curiosidad por ver lo que el Gran Imperio Romano del cine era capaz de hacer con ella.
Pues nada del otro mundo.
Cogen la misma historia, añaden una pareja de intérpretes con talento y oficio (Zeta-Jones y Eckhart), una banda sonora made in Phillip Glass que es de lo mejorcito que he oído últimamente y cambian el ritmo de la trama, trocando la profundidad de diálogo que es habitual en el cine europeo por una estética clip que favorece su facilidad de visionado, haciéndola más edible para un público eminentemente norteamericano.
Aquí se plantea una cuestión muy interesante: ¿Realmente tiene mucho que aprender el cine europeo del americano? Porque con esta cinta parece más bien al contrario; parece que hayan venido ellos aquí a aprender de nosotros, y al final les damos una palmadita en la espalda como buenos maestros y decimos: «No está mal, vais mejorando».
He tenido esa sensación desde que vi la tremenda «Tres solteros y un biberón» y después la fatídica «Tres hombres y un bebé».
Ellos quieren nuestra profundidad, necesitan nuestro arte...pero reconozcámoslo; nosotros no sabemos vender nuestro producto como ellos, y cuando un film necesita que la música suba y haya un buen ¡BANG! emocional, los americanos nos dejan en mantilla.
Por cierto, en la versión germana, el cocinero era realmente italiano (Sergio Castellitto), pero en el remake, hacen que Eckhart sea un chef de Miami que aprendió a cocinar en Italia. No me gusta que por elegir a un actor concreto haya que cambiar el guión, pero me gusta la forma de actuar de Eckhart. Desde «Gracias por fumar», tengo grandes esperanzas puestas en él.

Intento fallido de film de aventuras en tierra salvaje durante los románticos años 30, con 2ª Guerra Mundial de por medio y el semi desconocido enclave de las antípodas como escenario.
La película comienza dejando cierto regusto a «Memorias de África», cambiando al apacible Redford por Lobezno y a una polifacética Maryl Streep por esa Nicole Kidman que siempre queda tan bien de remilgada británica. Durante los primeros 45 minutos la historia, de temática western, promete ofrecer al espectador intensas dosis de aventura, viaje y pasión. Desgraciadamente, en lo que resta de metraje, se olvidan por completo de la aventura y el viaje, y nos dejan con una extraña historia de personajes imposibles y giros inverosímiles, centrándose en golpes de efecto tramposos para provocar la lágrima fácil y una empatía tontorrona con los protagonistas. Empatía que nunca llega, porque justo cuando crees comprender a un personaje, acaba haciendo algo que contradice su forma de ser o de pensar.
En definitiva, fracaso rotundo de un desconocido Baz Luhrman, quien no ofrece ni una pizca de la frescura y sensibilidad con la que asombró al mundo en «Moulin Rouge».
Me has fallado Baz, pero no lo siento por ti. Lo siento por mí, que he tenido que cambiar 56 veces de postura en el sofá para tragarme esta película. Gracias a mi primo por recomendármela. Ya me vengaré.