No tengo especial afición al gore pero si la película está basada en una historia interesante y tratada por un director que de la mínima talla la veo sin problemas. Pero en este caso, me parece que no se da ninguna de las condiciones. La trama me pareció mil veces vista, con excepción del final y en conjunto me resultó cutre y mal aprovechadas las posibilidades de los actores. No me hizo gracia porque lo mejor lo habían destripado (valga la imagen) en las promos. Los actores bien y especialmente Macarena Gómez y Alejo Sauras (por cierto que en la sinopsis dicen que su personaje es gay y lo mismo podría haber sido funambulista porque ese aspecto no tiene relación con la trama montada)

Como a menudo ocurre , una serie ‘de instituto’ basada en trabajos anteriores añade un ingrediente de interés, nuevo, como es enfocar sobre un profesor de filosofía y desarrollar parte de los guiones resumiendo ideas de grandes pensadores cuando se aplican al mundo de sus alumnos. El resultado me parece irregular, la seguí con interés siempre que uno asume, a veces cuesta, que una clase de adolescentes puede comportarse de esa forma. Una vez dentro de la historia, el trabajo de Merlí, Francesc Orella, me parece bueno. Y junto a él los jóvenes actores que desarrollan una de las tramas centrales, Carlos Cuevas y David Solans, hacen un gran trabajo, sobre todo Cuevas que tiene un personaje más agradecido. Ellos tres son la base de la serie ayudados por secundarios irregulares y por un guión también irregular, con momentos brillantes y otros poco conseguidos. Entre estos figura el hacer de Merlí una especie de Don Juan sesentón de una forma que chirría a menudo.

La he visto recientemente en Netflix. Al parecer ahora es un éxito, especialmente en sudamérica. Creo que Cuevas y Solans serán pronto nombres destacados entre los actores jóvenes españoles.

No esperaba mucho de esta serie taiwanesa pero la he seguido con interés por su buena realización.
Como el título avanza la historia es realmente triste, incluso abruma por momentos, y resulta fácil conmover al espectador. Ayuda a ello el que la mayoría de las actuaciones son buenas y en particular la del joven protagonista Fandy Fan cuyas penas y dificultades ponen la lágrima fácil.