Película con mucho encanto que cuando salió en 1975 podía considerarse desfasada ya que parecía más de los años 40-50, "El viento y el león" (rodada casi en su totalidad en España) sigue siendo un magnífico espectáculo ante el que simplemente uno sólo se puede dejar llevar sin tomársela muy en serio, debido a su insignificante rigor histórico, su idealización de El Raisuli (1871-1925) y su exaltación del imperialismo yanqui (si bien no exenta de cierta sátira, especialmente centrada en el presi Roosevelt).

Dicen algunos que ésta es la película donde el magnífico guionista y el infravalorado director John Milius fue más John Milius que nunca, y habría que creerlos. Son conocidas sus simpatías políticas, su particular pensamiento anarco-libertario conservador y su belicosidad (él es el personaje de John Goodman en "El gran Lebowski"). Por eso y otras cosillas el bueno de John lleva sin hacer cine en pantalla grande desde 1991. También es cierto que esta película hubiera sido imposible después del 11-S.

Lo mejor: Sean Connery, tan macho alfa y fuerza de la naturaleza como acostumbraba, bien secundado por Huston y Keith (memorable su Roosevelt, otro cowboy hipermasculino aunque se sobrevaloró su "hazaña" en la guerra de Cuba). El meritorio diseño de producción, los cientos de caballos y extras, las escenas de batallas y cabalgadas, más la bella fotografía que se recrea en el desierto de Tabernas, las playas de Cabo de Gata, la ciudad de Almería, el castillo de la Calahorra de Granada, la Plaza de España de Sevilla, o ya en Madrid el hotel Palace (simulando la Casa Blanca, ojo), el Retiro y la Estación de tren de Delicias. La bso de Goldsmith. El ya mentado tono de aventuras clásicas.

Lo peor: cierto desbarre al final y la idealización tanto del bárbaro El Raisuli como de la política yanqui, además de tergiversar bastante la historia.

Escribo esto en la primavera de 2024 así que han pasado ya ¡15 años! del estreno de esta película, el teórico retorno de Tarantino a "lo grande" después del supuesto patinazo de "Death Proof" y, bueno, digamos que así fue, ya que "Malditos Bastardos" fue un éxito a todos los niveles y además Waltz se acabaría llevando el Oscar, si bien muchas nominaciones de la peli se quedaron en nada.

En su momento me gustó sin llegar a entusiasmarme, y tantos años después sigo sin catalogarla de obra maestra, pese a que siempre que la pasan por la tele me gusta verla o incluso veo clips sueltos en Youtube (aunque eso ocurre con muchas de Tarantino, unas cuantas suelen ser mejores como fragmentos independientes que la película en sí, globalmente). Aclaro que soy un gran fan de Quentin, pero reconozco que lo mejor de su cine ya pasó hace tiempo (aunque "Érase una vez en Hollywood" es estupenda), si bien como digo siempre hay que tener muy claro que "Reservoir Dogs" y "Pulp Fiction" son inmarcesibles y no comparables con nada (lo digo porque hay quien sigue cayendo en el error de ponerlas al mismo nivel que el resto de las pelis tarantinianas).

Con todo, debe reconocerse que aunque el tipo siempre ha dejado claro cuáles son sus referentes y así lo ha homenajeado en sus obras, con el paso de los años cada vez "copia" más, cada vez sus secuencias y leitmotivs son claramente identificables con tal o cual director/peli; a esto ayuda la utilización de la música, siempre sabiamente utilizada, y que desde "Kill Bill" hasta "Los odiosos ocho" ha consistido en su mayor parte en melodías del genio Morricone, Bacalov y etcétera, es decir, de su amado spaguetti western (cosa que agradezco). Tarantino emplea hasta bandas sonoras de películas menores protagonizadas por un Lee Van Cleef ya decadente, rescatando esos largometrajes del olvido, y en eso es único.

Así, "Malditos Bastardos" es un disfrutable espectáculo, una curiosa mezcla de eurowestern y bélico de los 60 (la influencia de "Doce del Patíbulo" es notoria) con mucha verborrea marca de la casa, momentos de tensión, puntuales estallidos de violencia y excelente selección musical. No es genial pero se alza como uno de los mejores blockbusters de la época, y personalmente la considero superior a "Django" y "Los odiosos ocho".

Lo mejor: El inicio. Christoph Waltz. La banda sonora. Mélanie Laurent. Algunos diálogos. El Oso Judío. La maravillosa secuencia mientras suena "Un amico" de Morricone ("Revolver", Sergio Sollima, 1973).
Lo peor: excepto los personajes de Waltz, Laurent y un poco el de Pitt o Fassbender, el resto de caracteres son meros monigotes. El desbarre final.

El tiempo ha dejado muy atrás a esta serie y su éxito, y no sólo por los 20 años transcurridos. "The L Word" es como una versión lésbica de "Sexo en Nueva York", aunque en Los Ángeles. Pero eh, no os vayáis a creer que hay alguna fea o normalita, no: aquí son todas mujerones de bandera (destacar a Sarah Shahi) con trabajos a cada cual más fantasioso y sofisticado (que si decana, que si productora, estilista, catedrática, DJ, abogada, millonaria...)

A destacar las tórridas escenas románticas y de sexo, que si bien no llegan a ser tan porno como "La vida de Adéle", son avanzadas para la época. Ahí radica el único interés de la serie, seamos sinceros, ya que ni me importan sus tramas, ni sus inquietudes, ni nada de nada.

Y ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto. "IJ y la última cruzada" (hasta el título es perfecto) es una película de aventuras ejemplar, que apenas se da un respiro y en la que todos están óptimos: Spielberg en la mejor época de su carrera, la arrolladora química entre Connery y Ford (y un reparto excelente), espectaculares localizaciones y escenas de acción, la legendaria bso de Williams (y el imponente tema del Grial que pone los pelos de punta), una historia que vuelve a los mitos europeos (después del fallido experimento del Templo Maldito) y ah, sale mi tierra, Almería!

Por no hablar de su perfecto final, que lamentablemente no fue a la postre el cierre de la saga. En suma, una peli de aventuras familiar que simboliza una forma de hacer cine que ya quedó atrás, y a que siempre puedo volver para maravillarme y recordar mi infancia, cuando todo era posible.

Lamentable producción, muy a tono con lo que se hace en la actualidad tiktokera. Con la excusa de la recreación histórica nos adentramos en la corte de Jacobo I (James, en inglés) entre 1603 y 1625, pero ya digo que lo de menos es la fidelidad histórica. La Corte del rey parece ser un lugar orgiástico donde se accede fácil a la cama del vicioso rey e importa más la sucesión de bacanales homosexuales, en definitiva carnaza para el espectador medio, ese espectador que pide más porno blando que calidad.

Por lo demás, poca fidelidad en la recreación histórica ya que la serie se interesa más por recrear los supuestos (las fuentes históricas no son concluyentes) devaneos sexuales del depravado rey, que se extienden también a la madre de Buckingham, la cual también experimenta con mujeres. Todo presentado de manera muy estilosa, claro. Uno se acaba cansando ante las continuas escenas de sexo duro sin ninguna trama interesante.

En fin, un bodrio muy pertinente para la actualidad.