Me gustó que la película mantiene su postura hasta el final.
El amor es complejo, cruel y egoísta.

Desde el principio se aclara que no es una historia de amor con un final feliz, casi nadie experimenta un fina feliz en la vida real cuando se trata de amor. Muchos ni siquiera entendien lo que es en realidad.

Todo esto está representado en el personaje de Paul quien al principio se siente atraído por Aster ya que la considera muy atractiva, pero al empezar a tener conversaciones con ella se da cuenta que no tienen casi nada en común y él se siente torpe hasta tal punto de no saber qué decir.Cuando eso ocurre es evidente que hay algo desde lo más profundo de su interior que se siente incómodo e incapaz de encontrar la felicidad.

En cambio cuando Paul por fin obtiene lo que quiere con Aster se empieza a dar cuenta que siente algo por Ellie, algo más genuino que no tiene que ver con lo superficial sino con la conexión que han tenido como amigos y complices. Cuando pasas tiempo de calidad con una persona hasta el punto de conocer su entorno familiar, sus metas, sus secretos, es casi siempre un hecho que seas seducido sin darte cuenta.

Paul no es correspondido por Ellie ya que a ella en realidad le gusta Aster y es aquí donde el mensaje de la película trata de aterrizar en la tesis de la complejidad del amor. Al final no importa de quién te enamores, da igual si es de tu mismo sexo o no, eso nunca le ha importado al amor. Al final te vas a enamorar de la persona, de su mente, de su libertad y sus virtudes pero es muy probable que no siempre obtengas lo que quieres.
Así es el amor de injusto como la vida misma.

Lo único que queda es seguir adelante en tu camino, ponerte nuevas metas y salir de la zona de confort como Ellie que probablemente conozca nuevas personas sin saber si algún día regresará con Aster o....... con Paul, cielos, el amor es tan complejo que siempre puede dar sorpresas inesperadas. Eso queda a la libre interpretación del espectador.