Bella, trágica, impactante historia, basada en una mítica reunión, entre el gran compositor Gustav Mahler y el psicoanalista Sigmund Freud, que juega con la fotografía mostrándonos claroscuros perfectos, hermosos paisajes, perspectivas y enfoques que tienen un sentido envolvente, el contar la historia como lo hicieron Felix O. Aldon y Percy Aldon, me hizo sentir empatía, a tal grado de derramar una lagrima con el final.

Las escenas y la fotografía son muy impactantes, muestra que no es necesario tener efectos especiales espectaculares, para llegar a hacer sentir parte de la filmación al público.

Me causa admiración la capacidad de los directores de acoplar que las imágenes vayan al ritmo de las melodías.

En fin, excelente filmación…

Si bien sabemos, la película ofrece un tributo al maestro Georges Méliès, la cual me parece muy atractiva, ya que nos muestra los principios del cine, el hecho que nos da a conocer como se filmaba, además todo aquello que formaba parte de las escenarios, mueve tanto en mi ese deseo de poder ser parte de una producción, y ser yo quien haga realidad tus sueños…

Pues esto, es el cine…

Excelentes actuaciones, guión y dirección, pues nos invitan a vivir una aventura donde conoceremos acerca del séptimo arte.

Si alguna vez preguntan de dónde vienen tus sueños, mira a tu alrededor…

¡Hagas lo que hagas ámalo!

Fabulosa, mejor final no pudo haber, al grado de ser inevitable el derramar una lagrima por el impacto que ocasiona.

Ese sentimiento de nostalgia, la amistad, el primer y único amor, las emociones conjugadas, todo esto con lo que juega el director Giuseppe Tornatore y que da como resultado a esta, su obra maestra: Cinema Paradiso.

Rodada en 1925, El acorazado Potemkin nos muestra una de las mejores semblanzas y crónicas del cine basada en hechos reales.

Me parece excelente el manejo de las perspectivas visuales, los enfoques y cortes continuos, hizo que me sintiera parte de la película, al atrapar toda mi atención para observar a detalle la continuidad de las escenas, no hacen falta palabras para poder transmitir lo que el director Sergei M. Eisenstein, deseaba, es más que suficiente el trabajo realizado.

El drama, la historia, el manejo de la luz, las sombras, incluso los montajes, hacen que la considere una obra de arte.

Retratar la más cercana realidad de como es la guerra; nos muestra las imágenes más crueles y desgarradores por las que se enfrentan los soldados, la supervivencia bajo los peores escenarios que un ser pueda imaginarse, el miedo, las circunstancias a las que tienen que enfrentarse, etc.

En lo particular no me gustan las películas bélicas, pues siempre se trata de enaltecer quien fue el que gano en dicha guerra, o quien es mejor que otro, y esta no es la excepción.

Si existen momentos dramáticos, emotivos que conmueven, y tiene una excelente fotografía, enfoques y movimientos de cámara que hacen sentirte cercanía con lo que esta sucediendo.

Una película de guerra real.