Ayer, después de un día tranquilo y de sosiego, decidí ir al cine. Estuve mirando la sinopsis de varias películas de la cartelera, y esta fue la que más me llamó la atención. No se si por la historia de amor, por la repostería, o si por el "morbo" de la relación entre judíos y alemanes. Y la verdad es que salí del cine sorprendido, además de ansioso por degustar gominolas.
El filme está muy bien hecho. Las palabras justas. Los planos interesantes. La interpretación de los actores impecable. El drama que va entrando dulcemente en el alma, y que no deja mal sabor de boca. Me encantó.
Es de esas películas que dicen más de lo que muestran. Cine interesante.
La recomiendo a los amantes de la repostería, y a los del drama sutil.

Esta Semana Santa ha sido especialmente significativa con los filmes de temática religiosa, un tema que no agrada a todos por igual, por su contenido de escenas crueles y violentas mayoritariamente. Pero la esencia de este cine, es provocar un contraste en el espectador, un contraste entre esa crueldad manifiesta y el amor, que reina a pesar de todo. Y ese es el mensaje con el que el público debe quedarse. En esta película los dos hombres luchan por propagar la palabra de Cristo a través de sus propias debilidades, en una Roma hostil y peligrosa en la que reina el odio de los romanos y el rencor de la comunidad cristiana, que a pesar de su devoción, pende de un hilo. Caveziel ya lo hizo en 2004 con la Pasión de Cristo de Mel Gibson y repite esta vez con una interpretación magistral al lado de Faulkner. El camino que inician es el camino del amor, no hay otra respuesta posible.
Una preciosa película obligada para los que creen en el amor, ese mensaje que nos da el Evangelio, seamos creyentes o no y que no entiende de rencores ni crueldad y que debería caracterizar a toda la humanidad en estos tiempos donde la maldad acampa a sus anchas por todas partes.

Me parece un buen argumento y una buena idea, aunque caen en los clichés de todas las películas de éste subgénero del terror (que es el que a mi me gusta). La interpretación de los actores me parece bastante forzada, como en la mayoría de las películas americanas, todos están "de buen ver", y los personajes llenos de tópicos ¿Por qué casi siempre los demonios poseen a las chicas jóvenes? Hay alguna escena en que los planos están bien usados. Los efectos especiales, salvo alguno que impresiona, son bastante poco logrados. La banda sonora no acompaña mucho y también es lo de siempre.
Personalmente el tema del anticristo me fascina, y eso fue lo que me hizo verla hasta el final, pero si yo fuera el director, lo haría de otra manera. Demasiados clichés.
En general, un film que se deja ver, pero que no aporta nada nuevo.

Hoy es 8 de marzo y es el día de la mujer. En la biblioteca habían hecho una selección de películas protagonizadas por mujeres, y entre ellas esta obra maestra, de la que confieso que no había oído hablar. El caso es que de entre las que había, todas de una calidad exquisita, ( entre las que estaba " Mujeres al borde de un ataque de nervios") me llamó la atención por su portada: El primerísimo plano de Falconetti. Me cautivó esa mirada, tan real y genuina, que hablaba tanto. La historia de Juana de Arco ya me fascinaba de antes, y recuerdo aquella cinta de Luc Besson que vi en la tele de niño y de la que quedé impactado, aunque la he visto de mayor y es otra cosa. Pero lo que si que es verdad, es que es una historia de mujer, de una mujer que luchó en un mundo de hombres, el patriarcado en estado puro, a rienda suelta en el ejército y después en la iglesia. Dejando a un lado el tema religioso, creo que como reivindicación de la mujer, es un mito. Eso fue lo que me convenció, así que me la llevé a casa.
Su visionado no puede definirse más que con la palabra fascinante. Los primeros planos, tan psicológicos que te penetran la piel y llegan a tu sangre para encender tus emociones, las miradas, las sombras, lo que se mueve y no pasa desapercibido. Creo que cada plano tiene significado. Una pasión similar a la de Cristo, pero en femenino.
Una lección de cine mudo, pero sobretodo de cine, que como cinéfilo empedernido, no entiendo como no he visto antes, ni sabido de ella. Luego, viendo los extras y leyendo supe que Falconetti era actriz de teatro y entonces entendí la belleza sublime de sus planos. Claro, no podía ser de otra manera.
Una película que debería ser obligada para días como hoy, y recomendada para cinéfilos, cineastas y toda la fauna.

Quiero empezar esta crítica con esta reivindicación: hacen falta maestros como el que interpreta Verdaguer en la película. Me pregunto, incluso, si habrá alguno por ahí perdido, en esos pueblos perdidos de la mano de Dios. Si es así, hay que darles el respeto que merecen. La película, para empezar es un buen homenaje a todos ellos, y a los maestros interinos en general.

Reivindicaciones a parte, este filme está bien hecho, sin caer demasiado en los típicos clichés de americanadas de profesores que lo arreglan todo, y que son fantásticos y muy guapos. Se refleja en ella la imagen del ambiente rural en general, y escolar en particular, de esa España olvidada. Es cierto que entra en un tema básico y que existe en las aulas de nuestras escuelas, pero lo hace desde una mirada empática, sin entrar demasiado en el sentimentalismo barato. Digo "demasiado" porque si que entra, obviamente. La película tiene un punto kármico, con ese efecto boomerang, que es vivido con intensidad por los protagonistas pre-adolescentes.

Interpretación estelar de David Verdaguer, que una vez más demuestra su valía como protagonista. El resto del reparto no le hace sombra, y quien más quien menos tiene alguna parte de él en sus personajes. Los niños, dirigidos con cierta maestría (nunca mejor dicho) son muy naturales y no cuesta mucho creérselos. Este es un logro importante de la cinta.

El guion es acertado y su lenguaje sencillo se capta a la primera y deja entrever en los silencios -necesarios- de los personajes. Aunque parece no haber giros narrativos, se logra una cierta resolución de los conflictos que presenta, siempre para bien.

La fotografía está bien lograda y enseña lo que debe de enseñar: la vida rural con sus encantos y desencantos. Todo lo que se ve en los fotogramas tiene un sentido concreto.

Recomendada para maestros interinos, tanto rurales como urbanitas y para público sensible al que le interesen las historias sentimentales sin entrar en el dramatismo excesivo.