Genial película que mezcla la comedia juvenil y la ciencia-ficción como ninguna otra consiguiendo un resultado sencillamente impecable. Esta película es muy grande. tode el que la ha visto simpre ha querido poseeer un DeLorean o un monopatín volador (esto ya en la segunda). Realmente no sabría decir cuantas veces he podido ver este filme, desde que la descubrí hace ya tanto tiempo, aunque lo que sí se es que no creo que me canse de verla nunca.

Está apoyada en un excelentísimo guión plagado de frases legendarias y puntazos (no creo que sea necesario enumerarlas). A pesar de que a priori la trama puede enrevesarse debido a que nos encontramos con una peli sobre viajes espacio-temporales, es inteligible y no tiene la necesidad de caer en excesivas complicaciones argumentales. El ritmo durante toda la película es el adecuado y hace que el filme se nos pase volando de lo entretenido que resulta.

Por otra parte tenemos unas actuaciones que son para quitarse el sombrero. Michael J. Fox y Christopher Lloyd realizan las mejores interpretaciones de su carrera, dando vida a dos personajes míticos como son Marty McFly y el gran Emmett Brown (Doc para los amigos). Además los secundarios lo bordan también, tanto en sus versiones de padres en 1985 como de adolescentes en 1955. Los efectos especiales no son muy abundantes pero están bien conseguidos. hay que destacar también la recreación de Hill Valley drante la decada de los 50, asi como el estilo de vida y las costumbres de los que allí viven.

En resumen, uno de los grandes largometrajes de los 80, que nos ha dado situaciones y escenas impercederas. Las dos siguientes, a pesar de ser buenas películas en mi opinión, no llegan a estar a la altura de esta primera parte, sin duda la mas innovadora y fresca de las tres.

Sin duda la mejor de todas las películas realizadas por Smith, y precisamente la que menos presupuesto maneja, al ser su opera prima. La trama es sencilla pero un excelente guión, que se basa casi exclusivamente en ingeniosos e hilarantes diálogos y situaciones, hace que nos encontramos con una fresca e irreverente comedia que catapultó a la fama tanto a Smith como a sus dos personajes mas famosos: Jay y Bob el Silencioso (a los que posteriormente veremos en casi todas las películas de Smith).

El argumento es simple: Dante, que curra en una tienda en plan todo a cien, recibe una llamada de su jefe, comunicándole que debe trabajar un día que no le corresponde. A partir de aquí a Dante y a su colega Randal (el del videoclub de al lado) les esperan una sucesion de disparatadas situaciones y variopintos personajes.

Cuesta creer que en un país supuestamente desarrollado su Ministra de ¿Cultura? sea la encargada del guión de semejante engendro fílmico. Tamaño insulto al séptimo arte debería estar penado con la cadena perpetua, como mínimo. Alguien debería decirles a los directores de este bodrio y a nuestra ínclita ministra que para realizar, no ya una buena película, sino algo medianamente decente y digno, no basta con coger a todos los actorcillos, tías buenas y guaperas de moda. Desde luego que la descerebrada audiencia concurrirá en masa con la líbido a tope, dispuesta a degustar con los ojos, y no con el cerebro, el espectáculo que estos tres infames seres (directores y guionistas) les han preparado.

Pero esto es España, y parece que tenemos lo que nos merecemos. Al lado de los protagonistas de esta bazofia los integrantes de la Generación Ni-Ni (otra puta hez con mayúsculas) son doctores por Harvard de física cuántica, por lo menos. Drogas, alcohol, sexo, todo ello a cascoporro. ¿Es realmente así la juventud española? ¿Dónde está el término medio, la virtud, que sabiamente predicaba Arístoteles? (ya, sería mucho pedir a alguien relacionado con esta pantomima un mínimo conocimiento del filósofo griego) Quiero creer que los jóvenes aqui retratados no son el reflejo de la España del año 2010 sino una visionaria profecía apocalíptica del futuro que le espera a este país ante el desolador panorama televisivo y cinematográfico, amén de social y educativo.

Termino ya, pues no se me ocurren más sinónimos para la palabra del título de la crítica, la que describe a la perfección a esta "película". Ah si, olvidaba uno: MIERDA.

Avatar no es una mala película, ni mucho menos. Simplemente es una película normalita; con un guión y un argumento más vistos que el TBO, unos personajes arquetípicos y planos, y cuya gran baza y novedad es el 3D para recrear y dar vida al fascinante y espectacular planeta Pandora. Más allá de esta tecnología nos encontramos con unas actuaciones que dejan mucho que desear, bien porque los actores son directamente malos (el protagonista, sin ir más lejos) o porque el los papeles tampoco dan mucho de sí.

A la película le sobra metraje, no es de recibo que para lo que cuenta (que no es mucho) Cameron tenga que emplear casi tres horas. A la mitad de la peli, aparte de que ya te hueles como va el tinglado, en mi caso fue un no parar de mirar al reloj (y eso que según algunos es el summum del entretenimiento).

Definitivamente, no es la obra maestra del siglo XXI que nos querían vender. Posiblemente una de las cintas más sobrevaloradas de la Historia. Preparémonos, que el amigo Cameron no es tonto y ya ha avisado que esto será una trilogía. Poderoso caballero es don dinero.

Partiendo de la base de que es muy difícil adaptar una novela a la gran pantalla, hacerlo con el libro de Anthony Burgess, por sus características, era una tarea harto complicada. Pero el maestro Kubrick es uno de los grandes por algo, así que, pasados los años, parece claro que sólo él podía acometer dicha tarea y salir airoso.

Kubrick lleva el libro a su terreno en el sentido visual, con una fotografía y vestuarios impactantes y rompedores. Muchas de las imágenes que más se recuerdan de la filmografia del director neoyorquino están en este filme. No escatima en mostrar toda la violencia que acometen Alex y sus drugos en todo su esplendor, y por supuesto tampoco se corta a la hora de usar el lenguaje nadsat de la novela. La bellísima banda sonora de Beethoven (aunque creo recordar que en el libro Alex era fan de otros compositores) nos muestra ese contraste con las acciones delictivas de los protagonistas.

Malcolm McDowell clava al personaje en su mejor actuación. Del resto de actores la verdad es que no destaca especialmente ninguno (ni negativa ni positivamente), si bien esto no lastra la película. Hay escenas que para la época que se reodaron supusieron un auténtico puñetazo en la cara, algunas rozando lo desagradable. Pero ese es el encanto de esta magistral película.