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Críticas de Héctor A Martínez
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Críticas 222
Críticas ordenadas por utilidad
6
4 de diciembre de 2016
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Película sobre yonquis, mucha merca, cannabis, promiscuidad, camellos y todo el rollo decadente underground.

- White Girl presenta de trasfondo la decadencia de la generación de la posmodernidad yanqui, caracterizada por la carencia de filtro en cuanto al uso de las drogas psico activas y el sexo.

- Morgan Saylor hace un sorprendente trabajo como yonqui, promiscua y miserable adolescente; el cameo del veterano Chris Noth da poder a la historia; los demás actores de la cinta son amateurs, nada que resaltar.

- El argumento de la cinta pudo haber dado para más (spoiler), por lo que la directora perdió una buena oportunidad para crear un laberinto sin salida en la vida de la yonqui. Pudo ser un thriller para el recuerdo.

- Película de excesos (tal vez lo mejor de ella), sin censura ni filtro para abordar temas y situaciones de la vida postmoderna.

- Quizá resulta un poco ingenua en la forma en que se "resolvieron" algunos asuntos del argumento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Héctor A Martínez
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8
11 de febrero de 2013
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta muy grata sorpresa viene de parte del canal History Channel, el cual dejó a un lado su seudos teorías alienígenas y cienciológicas, y encaminó sus esfuerzos por recrear una historia verídica y de la más profundas entrañas del pueblo norteamericano. “Hatfields & McCoys” miniserie de casi cinco horas de duración, protagonizada por caras conocidas del cine yanqui como Kevin Costner, Bill Paxton y Tom Berenger, presenta de manera intensa y bien narrada la histórica rivalidad entre las familias Hatfields de Kentucky y sus vecinos McCoys de Virginia Occidental. Rivalidad surgida tras el final de la Guerra Civil y que se acrecentó con una serie de sucesos que avivaron la llama del odio a través de los años.

Filmada en Rumania como la premiada Cold Moutain (2003), para ejemplificar de mejor forma los paisajes del río Tug Fork, lugar donde históricamente se dieron los acontecimientos, el filme sorprende por la calidad de sus interpretaciones, así como por la puesta en escena de la época de posguerra de secesión con detalles como vestimenta, alimentación, armas, medios de transporte y vida cotidiana.

La miniserie muestra a Kevin Costner como “Devil Anse” Hatfield, tal vez en uno de los géneros que mejor le sientan, el western, actuación por la que ganó el Globo de Oro como mejor actor principal en serie de televisión. Por su parte, Bill Paxton, como el patriarca Randolph McCoys, hace para mí gusto la mejor interpretación de toda la miniserie, como predicador de la palabra de Dios incapaz de perdonar, inundado por la desolación de la guerra intrafamiliar y consumido por el alcohol. De igual forma destaco la actuación de Tom Berenge como el sanguinario Jim Vance y a Mare Winningham como la sufrida Sally Mccoy.

A pesar de su larga duración la miniserie “Hatfields & McCoys” consigue una trama atrapante, dinámica, que fluye a medida que sus personajes despliegan el odio hacia el bando contrario. La inclusión de personajes como Frank “el malo” Phillips, que da vida el galés Andrew Howard, le conceden a la obra una excelente representación del más clásico y entretenido cine western.

En fin, estamos ante un telefilm para disfrutar durante una buena y larga tarde en casa, que pone en desarrollo un tema histórico como lo fue el honor familiar (tan difícil de comprender por las mentalidades modernas), que despliega acción, drama, traición y otros condimentos ofrecidos por la excelente puesta en escena del contexto histórico yanqui de fines de siglo XIX, que la convierten en una muy digna obra visual.
Héctor A Martínez
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8
29 de junio de 2013
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Road House o "El duro", cómo bien se conoció en Latino América, es una de esas cintas ochenteras que dan lo que prometen: acción pura, a diestra y siniestra. Los personajes son un tanto estereotipados: el amigo fiel, la rubia buenona, el malo todopoderoso y sus secuaces torpes y el prota que patea culos, se carga a los malos y se queda con la chica. Sí a esto le sumas coches que se voltean a la mejor manera del cine de los 80, una que otra sexy rubia, muchas patadas, amigos que mueren, corruptos y peleas mortales cuerpo a cuerpo, entonces tenemos un filme demencialmente bueno. No exijamos grandes actuaciones o guiones de Óscar a "El duro". Eso es lo que hay. Pero, ¿y qué más se puede pedir?

La cinta presenta un argumento básico como torpe. Un tipo pretende detener la violencia en su taberna, y lo mejor que se le ocurre es contratar a un tío que soluciona todo a las patadas y a los puños. La presencia de Sam Elliott es magnífica y le basta pocas escenas para que recuerdes a su personaje.

La cinta sirvió para consolidar a Patrick Swayze (1952-2009) como figura importante del cine de Hollywood. Más tarde le llegarían otros éxitos en otro tipo de géneros. Esta película significó para mí la creación de un héroe: Patrick Swayze. Y es que "El duro", excelente nombre, representaba lo que muchos niños de mi edad querían ver: tipos duros divirtiéndose en pantalla de manera irresponsable. Tal vez sea esta una de las causas del gran respeto que tengo por este filme.

A la memoria de Patrick Swayze.
Héctor A Martínez
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6
25 de marzo de 2019
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Le he dado una nota de 6.0 sólo por la magnífica actuación de Ed Harris. Un señor actor como pocos. Cada que sale en pantalla se convierte en un puto agujero negro: absorbe lo que tenga a su alrededor. Su presencia hace ver como novatos a una sosa Elizabeth Olse y un apenas acertado Jason Sudeikis.

Por lo demás, es una película muy regular que, desde un principio y con mucha inocencia, deja ver todas sus cartas (ver Spoilers); además, tiene poco o nada de original: es como otra tantas roadmovies ya vistas: el viaje como terapia para expiar culpas, sanar heridas y perdonar. ¡Cojonudo, con esta estrategia para que más psicólogos!

Y porque soy un hombre generoso, reconozco que la trama que gira sobre el viaje a contrareloj para revelar las fotos antes que se dé la clausura de la última y más famosa tienda de revelado fotográfico Kodachrome (que se dio en la vida real), funciona como metáfora de terminación y comienzo de un ciclo, que está muy bien representado en los personajes de Ed Harris y Jason Sudeikis, respectivamente.

La película se cataloga como comedia dramática, ese extraño subgénero que sirve para justificar que si la película no da ni puñetera risa, es porque se la están currando con el drama. Pues, acá no hay humor (al menos no lo capté) y el drama se reduce a lo que Ed Harris saque de la chistera. Por lo demás, una peli flojita flojita.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Héctor A Martínez
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8
8 de junio de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo confieso, soy un fanático de Stallone y del cine de acción de finales de los 80 e inicios de los 90. Quizá sea esta una de las razones por las que me he sentido de maravilla viendo Una bala en la cabeza y le haya dado una notable calificación de 8.

La película es sencilla como pocas y nos presenta una serie de personajes un tanto estereotipados que cumplen lo que prometen. Nos encontramos con un par de asesinos a sueldo (uno de ellos Stallone) que tras realizar uno de sus trabajos son traicionados por un poderoso cliente. Sí a esto le sumas un policía novato como co-protagonista, una chica buenona que es hija del prota, un par de policías y políticos corruptos, un asesino sin escrúpulos y un par de buenos desnudos; pues adivina qué tenemos: Un película de puta madre!! Con estos ingredientes el filme sale repleto de golpes, balaceras, explosiones, puñaladas y todo cuanto formó parte del cine de acción de las mejores épocas de Stallone, Van Dame, Bruce Willies y Arnold Schwarzenegger.

Stallone interpretando al matón Jimmy Bobo se muestra bastante en forma, y con su carisma y chistes flojos -pero graciosos- se encarga de llevar el peso de la historia. Su compañero de reparto Sung Kang a veces pareciera que se le olvidaba que estaba filmando una película de acción y pasa sin pena ni gloria en el co-protagónico. En cuanto al antagonista del filme, Jason Momoa, cumple a la hora de demostrar su destreza para dar golpes y asesinar, pues por lo demás casi diría que no es un actor profesional.

Una bala en la cabeza es una buena película para entretener, para honrar el cine de acción que está casi extinto a causa de tanto remake de super héroes, de mutantes, y principalmente, de tanta imagen computarizada. No esperes encontrar en ellas actuaciones dignas de Philip Seymour Hoffman o Daniel Day Lewis, o libretos de Óscar. Da lo que promete: balas en la cabeza. Y punto.

De verdad que la pasé de maravilla con este film. Y espero como muchos de mi generación que este cine nunca muera.
Héctor A Martínez
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