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Críticas de fresenius
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Críticas 205
Críticas ordenadas por utilidad
7
23 de agosto de 2017
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie de diez episodios producida por National Geographic sobre la vida de Albert Einstein. De las muchas biografías que hay sobre Einstein, esta serie está basada en la publicada por Walter Isaacson que recuerdo haber leído hace una década. Sin un alarde de producción excesivo ni necesario, una serie que resulta muy interesante para todo aquel que quiera conocer sobre la vida de Albert Einstein, los científicos con los que interactuó y trabajó, sobre la historia de la ciencia y un poquito (muy poco la verdad) de física. Una serie con buenas interpretaciones y que enseña historia. Eso sí, resultará mucho más disfrutable por parte de aquellos que conozcan a los personajes, la gran cantidad de científicos que aparecen y los logros por los que se les conocen.

Pero, además, la serie es interesante porque es valiente a la hora de contar que Albert Einstein fue un físico muy importante e influyente, pero también fue humano, muy humano, con virtudes y también defectos, que los tuvo pero que muchas veces quedan ocultados o ninguneados en aras de mantener una especie de mito, el científico más importante del mundo como machaconamente se dice en buena parte de los capítulos. No obstante no es que se trate de una serie crítica, pero es una serie valiente ya que si bien los hechos están contrastados, son los diálogos puestos en las escenas los que deben ser ideados para que todos esos hechos biográficos queden coherentes. El rigor histórico y la dramatización es lo que la hace interesante, no es tendenciosa ni oculta nada.

ATENCIÓN: A partir de aquí, la reseña contiene spoilers, evidentemente sobre la vida de Albert Einstein que no puedo pasar completamente a la zona spoiler por que no hay espacio.....

La parte más importante de la serie, que llega a ocupar más de seis episodios, se centra en los años de estudio de Einstein y, sobre todo, su relación y matrimonio con Mileva Maric. Es en este punto donde la serie es bastante valiente porque el comportamiento final de Albert Einstein con su primera esposa fue, es una opinión personal, reprobable. Mileva Maric era también una estudiante y científica muy capaz que tuvo que renunciar a una prometedora carrera por un embarazo gestante precisamente en época de exámenes de graduación, también por los impedimentos sociales de la época hacia las mujeres en la ciencia y también por el poco apoyo que tuvo por parte de Einstein a las ambiciones personales de su esposa. Aquí se muestra, sigue siendo una opinión personal, que Albert Einstein fue en realidad una persona bastante egoísta que finalmente se redime de alguna forma al reconocérselo a su hijo en las escenas finales de la serie. La escena en la que Pierre Curie se niega a recibir el premio Nobel si no se reconoce también a su esposa Marie Curie como artificie principal de las investigaciones sobre la radiactividad no está puesta en la serie porque sí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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8
8 de abril de 2018
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decimosegundo largometraje de Hirokazu Koreeda, uno de los actuales directores japoneses más interesantes. Habiendo seguido prácticamente toda su trayectoria cinematográfica no hay película de Koreeda que te deje indiferente principalmente porque siempre toca temas interesantes y, sobre todo, porque sabe cómo estructurar y contar una historia. Las primeras películas de Koreeda se centraban en el tema de la muerte, la memoria que queda y la asunción de la pérdida; luego, con “Nadie sabe” (2004), el cine de Koreeda giró hacia la familia, generalmente desestructurada, o precisamente a la ausencia de la misma en “Nadie sabe”, la hipocresía y la indiferencia de la sociedad actual, la soledad o la inadaptación a la misma. Pero lo bueno de las historias que cuenta Koreeda está en la naturalidad con que presenta sus situaciones, no es tendencioso ni trata de llevar la crítica hacia un lugar u otro, no toma partido por nadie porque no es maniqueísta, define bien sus personajes y las razones de sus actos y deja que sea el espectador el que valore o reflexione sobre lo que está viendo. Y toda esta constante de su cine se mantiene en “El tercer asesinato”.

En esta película pudiera parecer que el director japonés quiere cambiar la temática derivando hacia el thriller y el drama judicial pero lo cierto es que no es así. No sigue las claves del género porque no le interesan y lo cierto es que la investigación sobre el crimen que irá realizando el abogado protagonista no es más que el camino que toma el director para exponer situaciones que llevan al espectador a pensar sobre la verdad, el sacrificio, sobre la la deontología de la abogacía, sobre la identidad del juez, la burocratización de la justicia por encima de la justicia real, la culpabilidad del asesino, el destino de la vida y su predeterminación y también, de nuevo, la familia, compleja por decirlo de algún modo, que adquiere su relevancia con únicamente una escena de una madre y una hija que, en opinión personal, resulta ser lo mejor del film. Una escena que es conveniente revisitar una vez terminada la película. Impresiona.

“El tercer asesinato” no resulta una película sencilla y requiere de la implicación del espectador que no debe esperar que se lo expliquen todo porque la película no es un drama judicial al uso. Con un ritmo bien pausado y un trabajado guion, Koreeda va enredando y desenredando la historia, contada convenientemente como el director bien sabe hacer, manteniendo el misterio de las motivaciones del asesinato hasta llegar al sorprendente tercio final donde el espectador puede llegar a comprender buena parte de la verdad, no tiene más que atar los cabos que se han ido dejando a lo largo de la película para afianzar su verdad, incluyendo la sutilieza del director al utilizar la alegoría para mostrar el mensaje que quiere transmitir. No es película que al finalizar te deje indiferente, más al contrario merece una meditación posterior o incluso un segundo visionado.

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fresenius
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Japón2016
7,8
27.553
Animación
8
12 de abril de 2017
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando a un lado Hoshi o Ou Kodomo (Viaje a Agartha, 2011) que más me parece un homenaje que Makoto Shinkai hace de El castillo en el cielo de Miyazaki, pero incuso en esta película también pues ahí están las motivaciones de su protagonista y las del profesor Morisaki, todo el cine que Shinkai ha realizado hasta ahora tiene unos cuantos lugares comunes, temas que en mayor o menor medida siempre están presentes y que permiten al director asentar la idea de cómo aquel romance adolescente deja marcado para siempre el posterior vivir de sus protagonistas. Y estos lugares son la separación forzada o inevitable, la melancolía posterior, el recuerdo constante de aquellos días, el anhelo por el reencuentro, la rebeldía por el determinismo vital que les ha llevado a la situación en la que se encuentran.

Y la vida escolar, y los trenes, y los pasos a nivel, y el caer de la nieve o los pétalos de cerezo, y la amplitud de los cielos, su luz, su color, sus rayos crepusculares, ….

El caso es que, visto así, pudiera parecer que sus películas son excesivamente cursis o sensibleras y ciertamente tienen sus momentos, pero Shinkai envuelve estos romances en unos “decorados” muy originales que van desde la ciencia ficción y los mundos alternativos de sus primeras películas hasta la más pura fantasía y tradición de Agartha o de Kimi no na wa. Solo Kotonoha no Niwa (El jardín de las palabras, 2013) no toma de estos mimbres y por eso la historia se resiente pues no deja de ser casi un pastel rosa que, eso sí, tiene un dibujo de fondos hiperrealista espléndido, mejor incluso que el que se puede contemplar en Kimi no na wa.


Buena parte de los recursos narrativos y visuales de Kimi no na wa ya estaban presentes en las dos primeras películas de Makoto Shinkai:

Dejando a un lado sus cortos, que en alguno de ellos también, es en su primer mediometraje y en sus dos largometrajes posteriores donde ya aparecen sus ideas principales, los lugares comunes que se repiten en mayor o menor medida en sus películas posteriores hasta llegar hasta Kimi no na wa y conseguir, hasta la fecha, su mejor película con diferencia. Es imposible no ver el germen de la idea del Viaje a Agartha en su primer mediometraje, Hoshi no koe (Voces de una estrella, 2002), o de la gran importancia que tiene Kumo no Mukô, Yakusoku no Basho (El lugar que nos prometimos, 2004) en la historia que Shinkai desarrolla en Kimi no na wa. Estas dos películas comparten la idea de comunicarse a través de los sueños y tienen soluciones idénticas, es decir, tienen incluso un plano crucial casi idéntico.

El caso es que ya sea tomando ideas de su primer largo, y también de su posterior Byôsoku go Senchimêtoru (Cinco centímetros por segundo, 2007), Makoto Shinkai ha logrado finalmente componer una historia sobre la predestinación de dos personas a conocerse y a quedar unidas. No deja de ser, el director lo muestra claramente en su película, la leyenda japonesa del “hilo rojo” (de la que tan peculiar versión diera Takeshi Kitano en Dolls -2002-). Eso sí, Shinkai, que firma el guion, ha sabido envolver la leyenda de una forma original y con un giro sorprendente para que a través de la fantasía, la tradición y el sintoismo sus protagonistas lleguen a conectar en el espacio y en el tiempo. Es la diferencia con El lugar que nos prometimos pues allí el resultado de los universos paralelos y su convergencia mecanocuántica dio lugar a una película que resultó ser excesiva e innecesariamente compleja en sus explicaciones.

En Kimi no na wa la conexión es otra y, ciertamente, Shinkai no entra en explicar o desarrollar demasiado los mecanismos fantásticos que unen a sus protagonistas, simplemente los plantea y nos da muestra sus reglas principales porque está más interesado en mostrar (y lo logra) la tristeza, la desazón, la melancolía y el anhelo de sus personajes. Ahora bien, esta vez sí que consigue un mayor interés no solo por la originalidad de la historia, o por el buen ritmo que tiene toda la narración, o porque también tiene buenos momentos de hilaridad, sino también porque sus protagonistas están bien desarrollados y están rodeados de otros personajes secundarios también interesantes de por sí. Si entras al trapo de la historia es posible que, por muy dura roca que seas, necesites de algún que otro kleenex, …. doy fe.

Y todo esto con una buena banda sonora en la que Shinkai no evita la utilización de temas musicales, canciones, para contar rápidamente parte de la historia, una especie de momentos video-clip que en sus otras películas utilizó a modo de final/epílogo y que aquí utiliza en varias ocasiones. Y además con una animación más que correcta, algo sosa de rostros pero con un dibujo muy detallista, impresionante en los fondos. Los encuadres de Shinkai son muy característicos pues ya los viene haciendo desde sus primeros trabajos. La calidad técnica, el juego de luces, el realismo de los paisajes urbanos o el preciosismo de los paisajes, las vistas de los cielos inmensos desde el suelo, sus nubes y las líneas que los cruzan, … impresionante. Una pena no haber podido ver esta película en una pantalla grande.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
fresenius
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7
24 de agosto de 2018
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, en primer lugar decir que mi valoración de esta película no es nada objetiva tal como se verá al final de esta reseña.

Wendy es una joven autista que vive en una casa especial para personas con trastornos psicológicos como el suyo. La casa está tutelada por Scottie, una psicóloga que va consiguiendo integrar a los habitantes de la casa en la sociedad actual dentro de sus limitaciones. Wendy tiene una hermana mayor que se preocupa por ella pero que ahora está más comprometida con su hijo recién nacido y su familia. La habilidad especial de Wendy es que sabe escribir, y está escribiendo un guion para un concurso organizado por los estudios Paramount.

Vista así, la sinopsis más bien parece la de un drama familiar para un telefilm de sábado por la tarde. Y ciertamente lo sería si no fuera por un par de detalles. Primero, la película huye del efectismo barato respecto del autismo y no se plantean situaciones extremas en ningún momento, o las que hay se resuelven de una forma bastante “civilizada”; el tono amable de la película es muy de agradecer. Luego está Dakota Fanning, actriz de la que no había visto nada desde que gritaba como una histérica en la notable “La Guerra de los Mundos" de Spielberg. Ha llovido mucho desde los once años que tenía entonces Dakota Fanning hasta los veintirres de esta película; y aquí está realmente bien como Wendy. La secundan dos actrices más, Toni Collette como la psicóloga Scottie, una garantía por lo buena actriz que es, y Alice Eve como hermana mayor de Wendy, que también está bien aunque siempre la tenga en el recuerdo, un mal recuerdo por cierto, por una escena de puro postureo de la muy muy olvidable "Star Trek: En la oscuridad" de J. J. Abrams.

Buenas actrices, película nada efectista, guion previsible en sus líneas generales, entretenida, autismo,..., con estas mimbres la película ya se muestra, al menos, interesante aunque no sea nada del otro jueves. Lo que ocurre es que la obsesión de Wendy es Star Trek. Sin saber nada de la película un par de pistas había ya, porque no puede ser que la psicóloga se llame Scottie (Scotty habría sido demasiado), que el concurso sea de los estudios Paramount, o el propio poster promocional (uno de ellos, no el principal). Incluso la conexión de Alice Eve tiene que ver aunque no es más que anecdótica. Wendy ha escrito un guion para un capítulo de Star Trek. Spock tiene que salvar a Kirk y tiene que viajar hacia futuro hasta Espacio Profundo Nueve para reclutar a Worf y que éste le ayude..... Quiere entregar el guion pero va a tener que aventurarse más allá de su círculo de bienestar. Plagada de detalles, si eres un trekkie, un fan de Star Trek, la película te tiene que gustar. Yo lo soy, Star Trek me apasiona y por eso la película me ha resultado buena.
fresenius
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8
13 de diciembre de 2016
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable neo-western de aire crepuscular que se sustenta en las tres interpretaciones principales y en el paisaje tejano moderno (buena fotografía) donde se desarrolla la historia. El papel de Ben Foster como el hermano recién salido de la cárcel cuyo comportamiento en cualquier situación es impredecible está muy bien llevado por el actor que no cae en el histrionismo. Chris Pine se está revelando como un buen actor, tan versátil que es capaz de llevar con soltura el papel de Kirk y luego aparecer por aquí realizando una interpretación muy solvente, creíble y sobria, totalmente alejada del capitán del Enterprise. Jeff Bridges está, simplemente soberbio. Poco necesita ya este actor, que tiene oficio le sobra, para interpretar con maestría a este ranger de Texas que afronta una última misión en la persecución de los dos atracadores.

Pero la película no es solo de atracos y persecuciones. Es un Western crepuscular que, como es preceptivo en el género, tiene personajes muy desencantados y avocados a un destino que conocen muy bien y que, a pesar de ello, no están dispuestos a cambiar. Y es un buen retrato de los lugares por donde se mueven, pueblos perdidos del oeste de Texas donde aún hay cowboys moviendo ganado entre campos de petróleo, indios con aspecto tan desencantado como el de los protagonistas y armas por todos lados, en manos de cualquier ciudadano dispuesto, además, a perseguir a tiros a cualquiera que se salga de la ley. Las cargas de profundidad que suelta Jeff Bridges a su compañero indio en cada conversación podrán parecer al principio como graciosas, pero no están en el guion precisamente con ese motivo.
Es virtud del director, David Mackenzie, que todo esto se pueda apreciar en la película.
Me quedo con una frase que suelta un anciano cuando los hermanos están atracando una de las sucursales: “Pero, ¿por qué roban? Si ni siquiera son mexicanos”
fresenius
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