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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Críticas de Fej Delvahe
Críticas 679
Críticas ordenadas por utilidad
9
20 de julio de 2007
48 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver esta película he rememorado mi misma vida en parecidas circunstancias: como después de diez años intentado dar lo mejor de mi a los alumnos de la escuela donde impartía clases, al desperdirme de los compañeros, de los discentes y de mi trabajo por tantos años, experimenté una especie de morir, de gran depresión y angustia; sentí un profundo hundimiento vital, como que todo mi tiempo empleado en educar intentado ofrecer lo mejor de mí había valido de muy poco y noté también como antes incluso de mi salida ya todo estaba dispuesto para mi sustitución de manera que al poco tiempo no quedase ni huella de mi paso por allí. Sin embargo, la vida es una magistral y continua SORPRESA de RENACIMIENTO, y yo también, al igual que el profesor de "La Versión Browning", tuve algún alumno que me obsequió un regalo de corazón, que me demostró su afecto y lo mucho que sentía mi marcha, incluso recibí el consejo de una niña que me decía: "Hay que arriesgarse para cuidarse". Y así fue exactamente, me arriesgué a emprender una vida nueva en otro mundo nuevo y obtuve como resultado que no moría sino que renacía, que comenzaba a experimentar horizontes atractivos y con otros sabores también dignos de probarse, y que el mundo era mucho más grande y maravilloso que las cuadriculadas aulas de mi segura escuela.

Así pues, al ver este filme, he sentido y comprendido todo lo que pasa por la cabeza del maestro, ese hombre demasiado recto, disciplinado y disciplinador, que se dedicaba a enseñar no a caer en gracia o simpático, con enormes conocimientos poco valorados excepto por el juicio de lo Inefable, del tiempo, del universo y de la historia (expuesto en la dedicatoria del libro que le regala un alumno compasivo): "Dios desde lo alto observa con benevolencia a un gentil maestro."

Aunque parezca que no, la verdad es que todo docente que trabaja honrada u honestamente, deja huella en algunos de sus alumnos, nunca se puede pretender que en todos, pero sí en un número de ellos que te conservan conectado a lo mejor de su memoria y mejores años de su vida; o sea, que nada hay que se haga con corazón que luego no dé fruto a posteriori o deje huella con sentido y razón de ser.

Emocionante película, con máximas latinas como esta: "El arte del saber es ocultar el saber", donde se hace un excelente análisis sobre la vida, la labor y el cese de un educador. Toda una referencia a tener seriamente en cuenta por los docentes de cualquier clase; un film que les puede ser de gran ayuda, aprenderán mucho con esta historia y les servirá en su conjunto como un valiosísimo consejo para lo que les ha de llegar, dado que como es bien sabido nadie es imprescindible y todos dejamos nuestro lugar a otros más tarde o más temprano.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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8
19 de marzo de 2008
44 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película inglesa de estratagema de guerra, espionaje y misión secreta, trama situada en el año 1943, en plena contienda de la II G.M. entre británicos y alemanes. Los británicos están planeando desembarcar en Sicilia donde hay instalado un fuerte contigente de fuerzas militares alemanas. Eso implica que habrá una gran pérdida de soldados del bando aliado. Para que las bajas sean las menos posible hay que tratar de engañar a los alemanes de forma que saquen de esa isla parte de su contigente y material bélico antes del desembarco británico. Pero para ello, los Servicios Secretos de su Majesta la Reina Isabel, piensan e idean una estrategia de engaño. Ahí está el apasionante quid de este film interesantísimo, toda una complicada misión de la cual formará parte fundamental un muerto.

El inicio es para subrayar, pues incita a los espectadores a que se sientan cautivados por la narración: sobre la orilla de una de las playas de la provincia de Huelva (España), con fondo de sol en ocaso reflejando sus rayos sobre la mar poniente, aparece un muerto zarandeado serenamente por el leve oleaje. A partir de ahí comienza la historia de ese hombre muerto, "El hombre que nunca existió con la identidad que lleva encima".

Se trata de una película seria, muy bien explicada, donde los británicos son los buenos y los alemanes los malos, pero no hacen de estos "malos" gente tonta, como suele ocurrir en otras muchas películas de guerra, sino que le conceden a los enemigo la inteligencia obvia que tenían y estaba más que demostrada. En cambio a los españoles de ese tiempo los ponen como a gente poco preparada científicamente, por ejemplo para determinar las horas transcurridas después que un muerto perdió la vida u otras revelaciones relacionadas con los avances científicos y conocimientos que sobre un ser humano brindan las autopsias.

Excelente Stephen Boyd, como actor secundario haciendo de espia alemán; un actor que se venía consagrando desde hacía años como un gran intérprete en hacer de "malo" en las películas, y que acabará haciendo uno de los roles más tremendos de "malo malísimo" de la historia, en "Ben-Hur" (William Wyler, USA 1959 ), donde sin duda llegó al no va más en imortalización cinematográfica de personaje "malo y odiable", de los que no se olvidan en la memoria cinematográfica mundial.

Película no tan conocida como se merece. Si puede Ud verla alguna vez, no deje de hacerlo, no se aburrirá y pasará un buen rato contagiado a un ritmo incesante de intriga, estratagema y maniobras secretas en tiempos de la II Guerra Mundial.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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5 centímetros por segundo
Japón2007
6,8
8.236
Animación
9
7 de septiembre de 2008
52 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Qué película tan bonita, tan ilusionante, tan evocadora de amores infantiles y adolescentes, tan pintora de purezas!

Una auténtica obra de arte en el género de animación cinematográfica.

Tres historias de amor en su vertiente más inocente, del corazón, cuando quienes lo experimentan son neófitos y nada calculadores.

La 1ª, una maravilla, con espléndidas imágenes de un realismo tal que parecen más que dibujos verdadera fotografía; por ej. las coyunturas de los vagones de tren vibrando en traqueteo o los paisajes nocturnos de campos nevados, postes eléctricos, estaciones y la nieve en dinámica caída.

La 2ª, una divinidad, con esas escenas de anochecer, cuando ya se ha puesto el sol y surgen cielos de tonos azulados oscuros donde empiezan a aparecer las estrellas; o las olas batiendo sobre la costa y la muchacha practicando el surf; o el cohete lanzado hacia el espacio exterior desde la Central de Lanzamientos de Minamitane, tan real que parece viva. Esta historia es a mi modo de ver, la de imágenes más impactantes y fantásticas, además de contener un guión muy profundo acerca de ese tipo de amor donde por ej. una muchacha está locamente enamorada de un joven y aunque recibe múltiples detalles y afecto de él, no obstante el chico parece ignorar el amor tan fuerte que ella le profesa y que hasta chispea en el aire: la razón, que él tiene su pensamiento siempre muy lejos, con la vista dirigida a infinitas distancias, más allá incluso de nuestro sistema solar.

La 3ª, enternecedora y triste porque como muchas historias de amor, cuando "A" está enamorado de "B", la vida no otorga por simple sintonía ni lógica que "B" acabe entregándose y uniendo su destino a "A". Así de cruda y desencantadora son muchas veces las vivencias humanas y así están perfectamente recogidas en esta tercera y bella narración.

Un filme de un arte impresionante, que demuestra las cotas tan altas de calidad a donde ha llegado la animación japonesa.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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9
1 de enero de 2008
50 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es cine de Corea del Sur, pero de rango "magistral", universal. Una película a TENER MUY EN CUENTA, no ya por su dirección, guión, fotografía, actuación, puesta en escena, etc., sino por su ejemplaridad, por la serena lección humanista que da a través de esa anciana arrugada, frágil, doblada, medio vencida por el paso del tiempo y la vida, la imagen viva del concepto AMOR frente a su nieto, un abusadorcito que representa la NECEDAD y el EGOISMO.

Película repleta de detalles maravillosos como el niño horrorizado ante la cucaracha y pidiendo rápido el insecticida (reflejo de lo que somos la mayoría de los ciudadanos desnaturalizados civilizados) y la abuela cogiéndola con suavidad y echándola por la ventana para que siga viviendo conforme a su razón de ser en el universo (reflejo de la sabiduría flexible, tolerante y que comprende el papel de todo en el cosmos, incluso el de su pequeño nieto necio, insolente y desconsiderado hasta límites intolerables).

El muchachito de la película es el típico malcriado necesitado de esa medicina curativa que suele resultar salvadora en ocasiones en que hay que vérselas con niños tan empachados de antivalores propios de la civilización-degeneración; es decir, un jovencito necesitado urgentemente de que le den su saludable medicina consistente en una buena zurra a todas luces «la pida» para que aprenda por las malas, ya que por las buenas le cuesta muchísimo: que a los ancianos hay que respetarlos y más un imberbe que aún no sabe de la vida casi nada.

Filme inolvidable sobre la paciencia y temple de una vieja mujer ante las majaderías de un mentecato niño de ciudad. Valiosa película que educacionalmente habría que hacerles ver a los padres y madres ésos que se pasan horas y horas contemplando enajenaciones televisivas tipo "Aquí hay tomate", "Gran Hermano" u otros programas sobre inframediocridades de máxima audiencia, ganancias y mala educación, los cuales engordar a pajarracos de altos vuelos como los que anidan en el canal español TELE 5.

Más les valiera a muchas madres regalarle a sus hijos por Reyes la contemplación de esta ejemplar película en lugar de tanto juguete atontador que no les aporta ningún sentido ejemplar de sencillez, ni humanismo ni trascendencia esencial; al menos con esta película, que después de vista conllevaría una lección o explicación, se ahorrarían dinero y encima harían que sus hijos nuncan olvidaran una cosa tan edificante para el cuerpo y el alma.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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9
4 de noviembre de 2007
47 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un filme de gran solvencia dentro del género religioso, y sobre todo del catolicismo el cual recibe muy buena propaganda y exposición a través de la historia de un sacerdote católico escocés de mente muy abierta, destinado como misionero evangelizador, durante décadas, en la China de principios del s. XX. Esta buenísima imagen de la religión católica gracias a uno de sus representantes de estilo flexible, amable y considerado, que cala en los corazones y nos hace emocionarnos y llorar en varias ocasiones a lo largo de la película, se debe al escritor Archival Joseph Cronin, natural de Escocia (1896-1981), católico ferviente y médico de profesión, que triunfó no como médico pero sí como escritor, entre otras con novelas como "Las llaves del reino" que fue llevada al cine por J.M.Sahl y que en estos momentos nos ocupa.

El sacerdote que A.J.Cronin nos presenta en su obra y John M. Stahl expone fielmente en el filme, derrocha ecumenismo, semblante humanista y talento misericordioso por todos los costados: tiene empatía y amistad con los ateos, es la imagen viva de la humildad y de la sabia inculturización en tierras y culturas tan lejanas y especiales como la china —algo que supieron hacer ya muy bien desde siglos XVI los primeros misioneros católicos, los jesuitas, en esa gran nación oriental, aun con la obstaculización de los inflexibles y soberbios "doctos eclesiásticos del Estado Vaticano", recuérdese por ej. el caso del jesuita Mateo Ricci, (1552-1610)—.

No es de extrañar pues que con un cura tan abierto y bueno de mente y corazón la imagen del catolicismo gane muchísimos enteros ante cualquiera que vea esta película y que de hecho se constituyó, siendo la primera que interpretó como actor, en la lanzadera a la fama del aquí novato pero genial Gregory Peck.

"La felicidad de uno depende de lo que haces, de lo que das y de lo que recibes", dice el amigo médico y ateo al sacerdote católico protagonista cuando lo visita y se queda con él en su misión china. Y hay que resaltar que cuando este amigo médico cae herido de muerte, el presbítero no intenta en modo alguno salvarle el alma en los últimos momentos de la agonía, sabe y nos maravilla fraternamente explicando que la salvación no depende de él ni de sus sacramentos ni de su clericalismo, sino de Dios (sin duda un modo de actuar demasiado liberal, no bien visto ni aceptable por el dogmatismo clerical de Roma), y el ateo le agradece y confiesa que por esto lo ama más que nunca, por no haber intentado en este último y crucial trance llevarlo a su huerto clerical ideológico. ¡¡¡Toda una atrevida y maravillosa visión de ecumenismo, de empatía y de comprensión religo-psicológica!!! Un catolicismo así, no cabe duda, se da a querer, nos cautiva y se nos hace cordial y querido.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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