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España España · almeria
Críticas de TOM REGAN
Críticas 5.198
Críticas ordenadas por utilidad
8
5 de junio de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
201/01(01/06/09) Masaki Kobayashi nos regala un notable melodrama, con el telón de fondo de las miserias de posguerra japonesa, situándonos la acción en una penosa pensión en un sórdido barrio al lado de una base norteamericana. La acción gira en torno a un triángulo amoroso, en el que los vértices son un estudiante, Nishida (Fumio Watanabe) que se enamora de una muchacha, Shizuko (Ineko Arima), que a su vez siente una atracción enfermiza por un maleante, Jo (Tatsuya Nakadai), metido en negocios turbios, ella también está enamorada de de Nishida, todo ello en escenarios deprimentes en el que las vidas de estos personajes quedan marcados. Kobayashi vuelve a demostrar su maestría en el rodaje, sabiendo utilizar en el momento adecuado planos cortos, amplios, encuadres que transmiten la claustrofobia sentimental de los personajes, con una bella fotografía y todo ello coronado con un gran final, de los que recordarás, un final que nos traslada el terremoto dramático de la historia. Destacar el gran trabajo de Tatsuya Nakadai, que después trabajaría a las ordenes del realizador en su trilogía “La condición humana” en un registro radicalmente opuesto. Recomendable a los que gusten de buen cine. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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10
18 de junio de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
150/19(17/06/08) Obra Maestra del séptimo arte. Murnau, el más grande director del cine mudo, como lo demuestran "El último", "Nosferaru", "Amanecer" y como esta "Fausto", nadie como él sabía utilizar los pocos medios que se tenian para convertirlos en un espectáculo, fué un pionero, de él han bebido Orson Welles, Hitchcock, John Ford, etc. Nadie como el retrato las miserias del ser humano. Murnau, fué un Picasso, fué un Miguel Angél, fué un Da Vinci, fué un Mozart, fué un genio. "Fausto" es un gran ejemplo de su cine, el expresionismo alemán era Murnau, esos majestuosos decorados barrocos inundados de sombras, conseguian transmitirnos la angustia de los personajes, esos encuadres de cámara para intentar asfixiarnos, soberbio, Murnau. Otro ejemplo es su actor fetiche Emil Jannings encarnando a Mephisto, está inmenso, algunos diran que resulta histriónico, yo no, yo diría que es lo que requeria el personaje, simplemente el mejor actor del cine mudo. Sé que he repetido bastante el nombre de Murnau, ha sido queriendo, no quiero que se olvide este nombre, pues al haber realizado casí todo su cine mudo se puede menospreciar, condeno a ver "Gran Hermano" en boucle el resto de vuestras vidas al que así lo haga. Resulta complicado transmitir con palabras "Faust", simplemente vedla y disfrutad. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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7
13 de junio de 2008
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
144/13(13/06/08) La mejor versión que se ha hecho de la obra de Gaston Leroux, lo cuál tampoco es decir mucho, pues las posteriores no sobrepasan el aprobado. Una dirección artística maravillosa, recreando la Ópera de Paris de un modo brillante y las catacumbas son unos decorados sobresalientes. El baile de máscaras, con el fantasma vestido de la Muete Roja y en color es otro gran acierto. La cinta posee un ritmo frenético, con escenas góticas que beben del mejor expresionismo alemán, con persecuciones por las catacumbas, caída de lámpara araña, carreras por París y todo ello coronado por el terrorífico Fantasma-Lon Chaney, con su presencia inunda la pantalla, encarna a uno de los iconos del cine de género. Los handicaps estarían en las interpretaciones demasiado histriónicas y en su flojo guión, se nota poco trabajado. Recomendable a los amantes de los clásicos. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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5
26 de septiembre de 2019
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
160/17(23/09/19) Plomiza, caótica y tediosa, navego contracorriente, pues en la crítica generalizada este film de Federico Fellini ha gustado. Es un drama con toques de fantasía escrito (junto a Bernanrdo Zapponi) y dirigido por Federico Fellini y basado libremente en la obra de Petronius Satyricon, escrita durante el reinado del emperador Nerón y ambientada en la Roma imperial. La película se divide en nueve episodios, siguiendo al erudito Encolpius y su amigo Ascyltus mientras intentan ganarse el corazón del joven Gitón, a quien ambos aman, dentro de la descripción de la película de un paisaje y cultura romanos surrealistas y oníricos, el libro ha sobrevivido solo en fragmentos, y la película refleja esto al ser igualmente de naturaleza fragmentaria. Esto lo tradujo el cineasta de Rimini en una aparatosa odisea rebosante de una visualidad apabullante, estética imbuida de ampulosos decorados, muy imaginativa, saltando en muchos casos al híper-realismo (con un vestuario y maquillaje de claras connotaciones gays), creando secuencias de valor visual, pero oasis que no conectan con su historia, donde se juega constantemente con la lujuria, con la violencia, con lo grotesco, buscando impactar a través de la transgresión. Pero su arrítmica narración y lo que cuenta me llega a machetazos, sin sentido orgánico alguno, perdiendo el interés por lo que les pase a los protagonistas rápido, y es que estos son caricaturas sin alma, un exceso que termina por cansar, te alejas y te deja frío, cual set-pieces para un tráiler te puede atraer, pero una vez te pones frente a la película te hace retorcer el gesto ante la anarquía en su desarrollo. Esta es una obra que parece hecha por Pier Paolo Pasolini, la posterior trilogía del boloñés de la vida (El Decamerón, Los Cuentos De Canterbury, y Las Mil Y Una Noches) está notoriamente influenciada por esta “Satyricon”, por su ambientación y su temática. El coguionista Zapponi señaló que Fellini usó una forma deliberadamente desigual de doblaje que hizo que el diálogo apareciera fuera de sincronía con los labios de los actores, esto estaba de acuerdo con su intención original de crear una profunda sensación de extrañamiento a lo largo de la película. Fellini recibió nominación al Oscar al Mejor Director por esta película (periendo ante John Schlesinger y su “Midnight Cowboy).

El disparo de apertura de Fellini Satyricon revela a Encolpius (Martin Potter) frente a una pared enorme, lamentando el robo de su esclavo, Giton (Max Born), de Ascyltus (Hiram Keller), quien vendió Giton a Vernacchio (Fanfulla), un cerdito de una compañía teatral que actúa cerca. Con esta excusa deambularemos con Encolpius de un lado a otro, moviéndose entre el sueño y la pesadilla. Todo muy episódico, sin que te importe nada lo que les pase a unos y otros. Pasaremos por termas, teatros, mutilaciones, lupanares, museos, bacanales romanas, quemas de personas, navíos esclavistas con un capitán ataviado de novia, peleas grecorromanas, bodas homosexuales, rebeliones contra el emperador, decapitaciones, suicidios de honor, encuentros con una ninfómana, un semidiós hermafrodita albino, una lucha contra Minotauro en su laberinto, impotencia sexual, una mujer que prende antorchas con su vagina ardiente, sadomasoquismo, canibalismo, y todo esto que sobre el papel promete mucho, queda en un batiburrillo inconexo, sin fuerza alguna dramática. Ello con recursos narrativos bastante arbitrarios, como cuando se cuentan historias dentro de historias, con elipsis atropelladas que desvían la atención. Es un relato que discurre episódicamente, sin hilo que la entrelace dramáticamente, no hay personajes a los que asirse, protagonistas más planos que una mesa, no hay una estructura que te enganche emocionalmente, todo avanza a trompicones, solo seguible por la ambientación majestuosa. Quizás parte de lo que quiere decir es que la vida en este tiempo tenía poco valor, o quizás no, si esto es así hay maneras mucho mejores que esto.

Fellini trata el sexo con un estilo cercano a la pornografía, algo de lo que luego bebió Tinto Brass para su polémico film “Calígula” (1979), donde el vestuario de los hombres parece sacado de una mente calenturienta gay, ello enmarcado en un clima de apertura sexual total, donde se vive la heterosexualidad, la homosexualidad, la bisexualidad, la ninfomanía, o el hermafrodismo, pero ello se vive de modo grotesco, donde la sensualidad erotómana es escasa, por no decir nula (por lo menos en mi caso).

La puesta en escena es grandilocuente, rodándose en Roma (Cinecittà Studios; Fiumicino; Ponza Island; El Coliseo) y en Mar Tirreno; Destacando los suntuosos decorados creados por Danilo Donati (“Romeo & Julieta” o “Amarcord”), y Luigi Scaccianoce (“Senilidad” o “Edipo rey”), imaginativo en muchos aspectos como esos navíos operísticos, o esos salones bizarros enormes con claraboyas extemporáneas, ello en miscelánea con el diseño de vestuario y maquillaje, también de Donati, con esas pieles pálidas dando sensación de seres de ultratumba; esto filtrado por la sensacional cinematografía de Giuseppe Rotunno (“Rocco y sus hermanos” o “Amarcord”), con una labor lumínica formidable, con un manejo cromático brillante, jugando con los azules, con lo granuloso, con grises, con esos cielos irreales, con expresionismo en sombras y en tomas extrañas, y en el modo de filmar los decorados deformados, con esas singulares puestas de sol que conjugan verdes y violetas; Esto adornado por la música del maestro milanés Nino Rota (“Romeo & Julieta” o El padrino”), que según mi modesta opinión ha tenido trabajos mucho más inspirados que este.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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6
14 de abril de 2019
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
54/01(02/04/19) Fallida cuarta realización de Jeffrey McDonald Chandor, una cinta que promete mucho en el tráiler pero que en el largometraje se queda en un quiero y no lo consigo, quiere ser una cinta de acción realista, con belicismo (con reflexión naif sobre cómo el estado trata a sus veteranos de guerra), heist, y drama existencialista con toques que reflexionan sobre la codicia en rasgos que recuerda (con perdón) a la hustoniana “El Tesoro de Sierra Madre”. Pero a la hora de la verdad todo queda desprovisto de profundidad, con personajes de carácter que parecen tener peso al inicio, pero que todo se diluye con el paso de los minutos en un ir pasando pantallas, cual videojuego, donde nada te remueve a emoción alguna, los conflictos entre el comando protagonista me quedan artificiosos y muy manidos, sin garra alguna. Es una producción para el canal Netflix, que estuvo varios años rulando por los estudios, hasta que cayó en la Paramount, contratando a la directora la oscarizada Kathryn Bigelow, teniendo de guionista a uno de sus colaboradores, Mark Boal (”The Hurt Locker” y “La Noche Más Oscura”), que deja entrever en sus guiones su visión crítica con el patriotismo USA, historia sobre una cuadrilla de ex-soldados, profesionales que vuelven a unirse para dar un gran golpe a un narco y que se acaban enfrentando a una carrera por la supervivencia, teniendo implicaciones políticas el libreto, y entrando en las actuaciones diversos actores conocidos (Johnny Depp, Tom Hanks, Will Smith, Tom Hardy, Mark Wahlberg, Channing Tatum o Mahershala Ali), como pero la realizadora abandonó el proyecto, quedando como productora ejecutiva, entrando JC Chandor a los mandos, que también introduce cambios en el guión que anulan el componente mencionado político. Al final queda en un producto escapista, sobresaliendo la camaradería machil, bien realizado en su escenografía, con alguna escena vigorosa, y con actores empáticos como Oscar Isaac, Ben Affleck, Charlie Hunnam, Garrett Hedlund, y Pedro Pascal.

La cinta tiene algunos picos de calidad que no la hacen una experiencia nula, como el comienzo en esa especie de favela, primero con el asedio al edificio, el tiroteo, luego con la vibrante persecución a la mujer, tiene el electrizante tramo de la casa de Lorea, o la odisea logística para trasladar todo el dinero a lugar seguro, esto derivando en una fábula sobre la codicia y cómo deben ir sacrificando dinero a medida que se acercan a su meta. Pero en conjunto es una trama muy plana, clásico relato de camaradería entre un grupo de mucha testosterona, con una buena química entre ellos, pero esta no llega a tocarte, sus enfrentamientos se antojan de manual, esto simplemente te sobrelleva para que el tedio tarde en aparecer, y es que aparece por su metraje demasiado extendido para lo poco que cuenta, pierde fuelle con el paso del minutaje, hasta llegar al final exhausto por la falta de chicha, intentan el guión punzarnos en momento dado (el que la haya visto sabe de lo que hablo), pero esto no llega a remover al espectador (o sea, yo), para desembocar en un rush final ordinario en la playa, como si el presupuesto se hubiera agotado para entonces y tras ver escenas de acción apreciables, llegar este metraje con el piloto automático de telefilm puesto. Todo coronado con un epílogo chirriante en su buenismo vomitivo. Tampoco ayuda que los personajes protagonistas son de personalidades intercambiables, por mucho que el reclutamiento de Santiago intente darles alma, por cierto este carácter que intenta dárseles es un error de guión que luego no dé para algo de sustancia, no hay rastro de la adicción a la coca del piloto “Catfish”, no hay nada de las habilidades de luchador de Benny, nada de la labia enardecedora-motivadora de “Ironhead”, nada de tormento interior por el divorcio con hija de por medio de “Redfly”, no hay apenas nada que los diferencie ya en “Territorio Comanche”, , intentan dar más fondo al rol de Ben Affleck, pero esto se antoja un McGuffin. Tampoco hay un villano que haga de contrapeso, el que podría haber dado juego resulta uno de los más torpes de la historia (spoiler), por lo que deberían haber sido los choques entre los personajes los que hicieran latir la tensión, pero estos, como ya he dicho son fútiles.

De la puesta en escena destacan las bellas localizaciones en Colombia, aunque para la residencia del narco Lorea el escenario es Old Pali Rd-Honolulu en Hawaii (USA), esto filtrado de modo notable por la cinematografía del ruso Roman Vasyanov (“Sin tregua” o “Corazones de Acero”), haciendo sumergirnos en el trópico, en la selva, en la humedad, siempre con cielos grises nublados, haciendo que la humedad ambiental nos cale, con tomas generales espectaculares, sabiendo proyectar emoción profesional en la residencia Lorea, además de fundirse con los efectos especiales. De la música destacan sus temas rock de grupos tan populares como Metallica, la Creedence, Fleetwood Mac, Pantera o Bob Dylan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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