Entretenida historia de dos amigas que asisten a la reunión por el décimo aniversario de su promoción.
Las rubias en cuestión son bastante ingenuas pero de buen corazón, y si ocasionalmente cometen alguna travesura, es en realidad un intento de ser tenidas en cuenta, ya que las chicas más populares del curso siempre las han menospreciado. Con el correr de los años estos dos patitos feos se han convertido en bellos cisnes, de modo que planean un reencuentro explosivo con sus ex-compañeros.
Las bellas Lisa Kudrow y (especialmente) Mira Sorvino interpretan a esta peculiar pareja con la que el espectador se puede identificar, reír y emocionar, siempre en un tono liviano pero plagado de entretenimiento.
Hay buenos secundarios y, lo mejor, muy buena música de los '80.
Conexiones: las comedias estudiantiles son un clásico en el cine de Hollywood, y por tanto es muy común que caigan en la bobería. Just one of the guys es un clásico que -aún con una trama totalmente distinta- recrea maravillosamente igual período de la juventud.

Me parece una película muy valiosa por el mensaje que transmite: aun en tiempos difíciles vale la pena esforzarse en brindar algo bueno de uno hacia los demás. Aun cuando haya una cuestión económica de por medio, la idea de alegrar a una alicaída población es encomiable, y a esto se dedican Mrs. Henderson y Mr. Van Damm, una pareja muy dispareja que sin embargo sienten gran afecto el uno por el otro.
La película vale mucho la pena por varios ítems: las geniales actuaciones de Judi Dench y Bob Hoskins -que se sacan chispas en cada diálogo-, los hermosos números de baile y canto -y eso que no me gusta para nada el género musical-, la gran recreación de época y la belleza de Kelly Reilly, Maureen en la película.
Esta película es un homenaje a lo mejor del teatro popular (no confundir con vulgar), a la resistencia británica en lo más duro de la II Guerra Mundial (y en general, a la resistencia del ser humano frente a situaciones extremas) y al valor y espíritu de lucha (incluso lejos de las trincheras) de personas comprometidas con un proyecto que contribuya a aliviar un poco el sufrimiento ajeno.

A mí gusto, fallida comedia del subgénero colegial. Malos chistes, malas actuaciones y la trama, aunque en esencia es la misma en todas las cintas de esta clase, aquí parece aún más absurda.
Ni siquiera la belleza de Phoebe Cates o -desde el punto de vista histórico- los inicios de Matthew Modine justifican ver ésto.
Conexiones: si te gusta el subgénero, recomiendo mucho más Just one of the guys, probablemente la mejor cinta en su tipo de la década del '80.

La película narra hechos reales ocurridos sobre un caso de espionaje en Estados Unidos, hace pocos años. Esto le pone un plus al film, ya que nos permite introducirnos en los detalles de un suceso que, aunque silencioso (al fin y al cabo estamos hablando de espías), tiene gravísimas consecuencias para el país que lo sufra. Se podría pensar que es un tema exclusivo de Estados Unidos, pero como dice el saber popular, cuando esa potencia estornuda, varios países se resfrían.
La película se adentra en las actividades del espía, aunque carece de la investigación psicológica (que tal vez no ocurrió en la realidad, o si ocurrió, sin duda los realizadores de la película no han tenido acceso a ella) que podría indicarnos los motivos de su accionar. Sin embargo es un thriller psicológico, tenso, con atmósfera opresiva.
Conexiones: esto se acerca mucho más al mundo real del espionaje que lo que nos ha mostrado durante años el bueno de James Bond. Pero si te gustan los tiros y la acción, ve a por Bond.

Una interesante adaptación de la novela de Graham Greene. Como siempre, entre la literatura y el cine hay diferencias para agilizar y explicar algunos procesos. Algunas cosas se pierden; por ejemplo, en el libro la bella Phuong no habla inglés, y como Pyle (Fraser) no habla francés, los intercambios se realizan con la traducción de Fowler (Caine), lo que da lugar a situaciones por momentos tensas y por momentos casi delirantes, imperdibles. Además, la película pierde frente al libro algunos rasgos de humor e ironía que Greene plasma aquí y allá.
Pero más allá de eso la película aprovecha la fuerza visual que puede proveer una situación de guerra: la miseria, la violencia, la muerte absurda; el absurdo mismo de ese acto humano.
Como en toda obra de Graham Greene, los protagonistas ponen aquí en juego los dilemas morales que los empujan internamente. No puedo menos que dejar de trazar un paralelismo con otra gran obra (literaria y luego cinematográfica) como es Sostiene Pereira; también allí vemos la figura de un intelectual que debe dejar de lado su ascéptica observación del mundo que lo rodea para tomar partido.
Una película que, más que por sus méritos técnicos o artísticos, debe ser vista como una toma de posición de un hombre frente a las circunstancias.