No dejen que les cuenten el menor detalle que desvele cualquiera de los acontecimientos de esta obra, pues sería irreversible y fatal para usted, en el caso en el que le guste el talento y busque nuevas experiencias cinéfilas y que pueden llegar, incluso, a cambiarle a usted la vida.

Hice una primera crítica atrevida he incompleta en la que puntuaba la serie con un 9 al finalizar la segunda temporada, y me he visto obligado a borrarla y empezar una nueva una vez que ya terminé sus 5 temporadas.
"A dos metros bajo tierra" quizás, sea la mejor serie realizada hasta la actualidad y estoy seguro, de que quizás ahora no, pero en un futuro, se la reconocerá como tal, pues jamás una serie hizo tanto reir con su brillante, ácido y tremendamente oscuro humor negro, tampoco llorar hasta el punto de llegarte al alma, y hacerte comprender que la vida tiene un valor demasiado alto que tarde o temprano tendremos que pagar. Que la vida, en cualquier momento se va, que el malestar y el desasosiego que día a día nos acompaña lo creamos nosotros mismos y nos impide crecer como personas.
Bendigo el día en el que Alan Ball se levantó de la cama en estado de gracia y creó semejante maravilla.

Pero que sería de una gran serie sin sus personajes, donde cada uno proporciona un mundo diferente y apasionante, llenos de defectos y cargados de virtudes, que te introducen en su familia y te muestran la vida tal y como es, sin tapujos, reflejando amor y odio, pensamientos que nos atormentan, y verdades como puños, que nos liberan.

Jamás, (y creo que coincido con otros críticos) una serie hablando tanto de la muerte habló tanto de la vida, nunca nadie plasmó de una manera tan nítida lo que es la vida en sí.
Aprovechen su vida amigos, no la desperdicien en cosas insignificantes o temporales, sólo en el fondo sabrán por lo que merece la pena luchar y vivir cada día.
Solo por despertarte y abrir los ojos, ya merece la pena sonreir.

"A dos metros bajo tierra" siempre será un icono, y un atajo directo al corazón, mágico, e inolvidable.