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Voto de AntonioFB:
9
Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
23 de marzo de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The first ten-page unit of dramatic action is the most important part of the screenplay” – Syd Field

Sinopsis: Década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven aprendiz Ephraim Winslow (Robert Pattinson) desembarcan en una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra, donde deberán mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo. La relación entre ambos se complicará a medida que su estancia se vuelve más hostil y perturbadora.

Tras su fantástico debut con La bruja (2015), Robert Eggers vuelve a los tintes del género con El faro, una cinta hermana de su predecesora por huir del susto gratuito, su atmósfera asfixiante, el interés por la mitología y su propuesta insólita. No obstante, el cineasta no se acomoda en su status y sube la apuesta con un film que retumba brutalidad y locura.

Desde el primer segundo de visionado, el cineasta se encarga de adentrarnos en ese clima claustrofóbico, confiando plenamente en los detalles técnicos. Entre ellos, destacamos un sonido opresor y una magnífica fotografía en blanco y negro cuyo formato de 4:3 acentúa su naturaleza desazonadora.

Un barco avanza bravo mientras rompe un océano gris y violento cuyas olas se confunden con la partitura de Mark Korven. A pesar de la espesa niebla, observamos que en el navío se encuentran nuestros dos protagonistas. Ambos, frente ese paisaje incierto donde destaca un faro que bien podría simbolizar un rayo de esperanza.

Aislados del resto de la humanidad, los personajes ponen pie en tierra. Avanzan en silencio para hacer el relevo de los anteriores fareros, dos de los pocos personajes que veremos durante la trama. Entre ellos no se da ni un cruce de miradas, pues los que abandonan la isla dan la sensación de volver del mismo infierno.

Una imagen que precede a la casi ruptura de la cuarta pared, donde Pattinson y Dafoe nos hacen partícipes de su exilio con unas miradas desafiantes que traspasan la pantalla.

Al igual que el formato 4:3, el espacio en el que van a convivir nuestros protagonistas durante cuatro semanas es bastante reducido, característica que vamos descubriendo mediante los ojos de Winslow. Es decir, inspeccionamos el escenario desde un punto de vista inexperto, ajeno a ese mundo, como es el nuestro.

El extracto a criticar finaliza con la ruptura del silencio y la llegada de la confrontación. A los 7 minutos del visionado, el farero y el ayudante nos adelantan durante una cena pequeños detalles de cómo va a evolucionar su relación a lo largo de la cinta. En dicha conversación, también se establece la jerarquía entre ellos, donde Dafoe, como voz de la experiencia, se presenta como un ser autoritario que se ocupará el puesto más importante: el de proteger la luz.

A pesar de las aparentes diferencias entre los dos hombres, podemos advertir que el arco de ambos será bastante similar, viviendo una simbiosis. De hecho, el cineasta nos adelanta pequeños y banales rasgos comunes, como el hecho de fumar. Y es aquí donde podría radicar la única grieta de este arranque, en lo predecible.

Sin embargo, Robert Eggers deja en el camino numerosos elementos de interés para el espectador que, sin duda, queda maravillado por unas imágenes y diálogos tan bellos como espeluznantes. La figura de una sirena, la necesidad de querer ascender a esa luz (lo casi sagrado), el sombrío y peculiar comportamiento de Dafoe… Cine en mayúsculas.
AntonioFB
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