"Ser o no ser", con ésta frase de la obra de Shakespeare sabía el soldado cuando era el momento de ver a su amor platónico en los camerinos del teatro, mientras el marido, lógicamente, era quién estaba actuando en ese momento. Sencillamente ingenioso. El amor platónito resultaba ser la actriz más conocida e importante de Polonia, Maria Tura, la cual tras la invasión nazi va a ser quien realmente haga de topo. El comienzo de la película, con un doble de Hitler por las calles de Varsovia, en pleno conflicto bélico, es sobrecogedor. La gente mirando, asustada, quieta, observando, hasta que una niña se acerca y le pide un autógrafo. Desternillante. No resultaba ser el auténtico dictador, sino un actor de la compañía de teatro. Y para escena sublime, qué decir de la escena de los dos "profesores". Impresionante. Buena película. Recomendada.