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Voto de Tomás Jeckyll:
7
Drama. Thriller Dorian Gray (Ben Barnes) es un joven aristócrata muy atractivo que, después de haber pasado una solitaria adolescencia en el campo, regresa a Londres, donde ha heredado una mansión. Atraído por la vida nocturna, se sumerge en ella de la mano de Lord Henry Wottom (Colin Firth), que lo conduce a los antros más recónditos y sórdidos de la ciudad. Al joven le fascina el estilo de vida decadente y amoral de Wotton. Por otra parte, su ... [+]
4 de enero de 2010
34 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo ante mí una de esas situaciones donde ves un buen trabajo con un muy poco respeto por la obra original. Centrémonos y por partes.
Tanto el vestuario como los decorados, localizaciones y adaptación de la época son impecables. Pero hoy día admitamos que eso no es muy meritorio cuando se cuenta con el presupuesto suficiente, y a la vista está que se contaba con ello.
Los actores están muy bien en sus papeles, y seguiré de cerca la evolución del joven Ben Barnes, que aunque no consiguió hacer que me fijase en el en Las Crónicas de Narnia II, aquí demuestra que es bastante más que una cara bonita.
En resumen tengo ante mí una película muy correcta que en absoluto se hace tediosa ni a la que le veo que le sobren o falten escenas, aunque sí es cierto que los personajes en sí, son muy planos.
¿Por qué?
Hablamos del gran Oscar Wylde, y El Retrato de Dorian Gray es una de sus grandes novelas, con personajes mucho más ricos, cosa que parece que al guionista no le ha parecido un detalle a ensalzar en la adaptación. Bueno, tampoco ha creído conveniente respetar gran parte de los acontecimientos, y mucho menos el final, Parece más bien que ha cogido la idea y se ha dicho a si mismo que él era capaz de darle más gancho.
Siempre he tenido en cuenta que para que una novela sea cinematográfica ha de sufrir algunos cambios para que quede bien en pantalla y tenga algo de más impacto… Pero señores, esto es una burla total a la obra original.
En definitiva, una película correcta que gustará a todo aquel aficionado al cine Crepusculiano, pero bastante más cínica (tratándose de Wylde no podía ser menos) y menos edulcorada. Vamos, más para post adolescentes que para pre-adolescentes. Pero que es un escupitajo en la cara del escritor inglés en toda regla.
Como nota diré que aconsejo verla en su idioma original, puesto que el acento victoriano de la época me parece sumamente importante para darle verosimilitud a la historia, cosa que dudo mucho que un doblaje sea capaz de captar. Sobre todo en la interpretación de Ben Barnes, ya que aporta todo un abanico de emociones solo con su timbre de voz y el acento que consigue lograr.
Tomás Jeckyll
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