La historia de un estafador de altos vuelos que malogra todos los ahorros de un grupo de trabajadores de los apartamentos de súper lujo dónde él vive sirve para que los que, a simple vista, simples peones invisibles en cualquier trabajo se conviertan en vengadores a través de planear el robo del dinero que tiene escondido dicho estafador.
La gran novedad que tiene esta película es la vuelta a la actualidad de Eddie Murphy al panorama de las grandes producciones (gracias, sobre todo, a que él es uno de los productores). No es “Entre pillos anda el juego” pero tiene un cierto aire de película de los ochenta con variados personajes, persecuciones, robos, policías, ladrones que caen bien, etc.
Hay más química en las escenas entre Alan Alda y Ben Stiller que de éste con Eddie Murphy, pero no creo que le importe. El actor de “Superdetective en Hollywood” busca volver a ocupar el lugar que tuvo sin prisa pero sin pausa.
La película no da nada más, tampoco pedimos más, entretiene que es su función y sobre todo permite que unos secundarios se ganen la película y tengas ganas de que salgan más.