Si hay algo por lo que merece la pena ver Tropic Thunder no es ni por la penosa actuación de Ben Stiller ni la nefasta interpretación de Jack Black, sino por lo bien que lo hacen Tom Cruise y Robert Downey Jr.. Especialmente es Cruise, quien a pesar de salir menos minutos que el resto del reparto, se luce más en toda la película, haciendo que alcance un nivel aceptable que de no ser por él, no llegaría al aprobado.

Porque si les soy sincero, la historia en sí me importaba un carajo. Yo quería echarme unas risas y lo conseguí viendo esta absurda historia en la que un par de actores ruedan en las selvas tropicales una película sobre la guerra del Vietnam que no les acaba saliendo bien debido a que los actores no aportan su dosis de credibilidad. Así que para conseguir que los actores se metan mas en el papel, los abandonarán en mitad de la jungla en donde se está desarrollando una verdadera guerra sin ellos saberlo.

Si me lo permiten, no voy a hacer mención ni a Stiller ni a Jack Black debido a que no podría decirles nada positivo así que para ahorrar líneas, me los salto y empezamos por quien verdaderamente me ha hecho pasármelo bien.

Así que aunque suene repetitivo, Tom Cruise es quien más ha sabido aprovechar su papel, dando vida a Les Grossman, el magnate que produce la película. Robert Downey Jr., encarna a Kirk Lazarus, uno de los mejores actores del momento que participa en el rodaje de Tropic Thunder. El papel que realiza en la película no está mal, es entretenido, pero aún así, no logra salvarse de la quema provocada por Stiller y Jack Balck. Incluso Rick Peck (Matthew McConaughey) interpretando al manager de Tugg Speedman, entretiene más que los ya citados.

Pasamos al apartado musical, que curiosamente, es de un nivel aceptable. Con catorce temas compuestos por Theodore Shapiro conseguiremos quitarnos ese mal sabor de boca, que al menos a mí me lo ha provocado Stiller y Jack Black. Así pues, escuchar la refrescante música en la película será como un soplo de aire fresco que irá bien para no aburrirse tanto viendo unos gags que tienen de todo menos gracia.

En definitiva, una pasable comedia que habría ganado más si el propio director se hubiera suprimido en el reparto y hubiera metido a personajes de la talla de Tobey Maguire (que sale al principio haciendo un falso tráiler) o Zach Galifianakis.

Mi pregunta al acabar esta crítica es: ¿Para cuándo un spin-off de Les Grossman? Enserio, ¿no se dan cuenta que las verdaderas comedias son aquellas en las que coges a un actor serio como es Christopher Walken o Tom Cruise y los pones a hacer paridas?