Esta es una película americana del 2008 ambientada en Brasil, escrita y dirigida por David Mamet y protagonizada por Chiwetel Ejiofor y Tim Allen, la cual se adentra en la vida de un instructor de artes marciales, mas específicamente del jiu-jitsu brasileño.

La película se basa en la idea y premisa de todas las artes marciales, en donde estas no son usadas para el ataque o para fines lucrativos, etc; sino para la defensa personal, y es que esta es la regla fundamental, la no agresión al contendor, un juego limpio no solo en el rin sino también la vida cotidiana. Sin embargo, el protagonista debe dejar sus buenas intenciones a un lado y utilizar sus conocimientos para fines lucrativos y recreativos dejando a un lado su ideología pacifista. Básicamente la película es una muestra clara de lo corrompible que es el ser humano cuando las circunstancias lo exigen, y es que aunque muchas veces tratemos de ser firmes en nuestros pensamientos, valores e idiosincrasia, en algún momento de la vida la necesidad nos cobra factura. Precisamente en el caso de esta historia son las necesidades económicas y el poder que ejerce el dinero fácil sobre los seres humanos los que llevan a que el protagonista ingrese en el mundo de los campeonatos, la necesidad nos puede llevar a hacer eso que siempre dijimos que no haríamos, porque mas allá de la justicia y los valores siempre primara nuestra tranquilidad emocional, y muchas veces, en un mundo capitalista y hostil, la tranquilidad se basa en no deberle dinero a nadie.

Personalmente encuentro la película bastante sobria, con pocos momentos de clímax y con una estructura argumentativa plana que puede generar la pedida de atención de quien la observa, sin embargo, y como en toda película de acción, son los momentos de lucha los que atraen al espectador y lo envuelven en el mundo de las
peleas clandestinas y de la belleza de las artes marciales.

Por Daniel Ramirez.