Resumiría esta película como una mezcla de Western, cine negro y comedia dramática, pues de estas tres tendencias tiene este film un tanto particular y original, dirigida con acierto por David Miller.
Rodada acertadamente en Cinemascope, con una buena utlización de este sistema, y no tanto en blanco y negro, a no ser por lo de cine negro, nos sumerge en una historia de persecución y huida, bien rodada, especialmente todas las secuencias de las montañas, y con unas interpretaciones acertadas, y muy especialmente la de Kirk Douglas, el cual brilla notablemente, pues la película está hecha para su lucimiento especialmente, sin desmerecer al resto del reparto con un Walter Matthau expléndido como siempre.
La fotografia es buena, y el doblaje al castellano es de una gran calidad, como todos o casi todos los de aquella época del estreno de esta producción realizados en Barcelona.


José Antonio ZG