Y nos quieren dar gato, y ya ves que si lo intentan. Y a vueltas de nuevo con otro superhéroe (heroína en este caso) al que se lo cargan de una manera brutal.
Halle Berry es mucha mujer, nadie lo duda, y el traje le queda de escándalo, pero ni siquiera ella salva lo que se le viene encima al espectador.
El director francés desalma la película, le intenta imprimir un tono enérgico que la acaba arruinando, y los efectos especiales huelen a perrunilla.
Aburre, nada convence, no tiene encanto, ni carisma, todo es olvidable.