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Voto de helvetico:
4
Romance. Drama Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
20 de enero de 2019
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
CALL ME BY YOUR NAME.
Entré con el corazón abierto.
No podían seducirme más las primeras imágenes de la película, sus sugerentes secuencias, el “color coordination”, con esas casas, BACH al piano, esa gente tan culta hablando de temas tan sumamente elevados, SUFJAN STEVENS sonando en los 80 (ochentas porque sí, para liberarse de la antiestética ordinariez de tener que sacar móviles). Yo, que mi vida es así, tal cual en la película, me sentí muy identificado (;-)), y luego imagino que la gente que vive en zulos comprando en DÍA, pues al ver la película se sentirán más cultos y con más herencia.
Una familia, la de la película, que entre ellos hablan en francés, con los del pueblo en italiano y con el invitado en inglés, y la madre les lee en alemán. Una familia finísima con un padre de lo más tolerante y comprensivo. Un cuento de hadas.
Que todo sea perfecto, entre VISCONTI y un spot de perfume, me encanta. Pero… yo entré en CALL ME BY YOUR NAME con el alma de par en par y GUADAGNINO no me lo ha sabido llenar de verdadero amor.
Le veo venir de lejos, la intención, la impostura, las ganas de epatar.
Como cuando te muestran un número de magia y ves el truco…

CALL ME BY YOUR NAME es un fuego artificial que lanzan alto y que no termina de estallar.
Yo creía que LUCA GUADAGNINO, siendo tan sensitivo, iba a alcanzar cotas más altas de gran cine, pero su relato va a trompicones, se atropella, duda.
Llama mucho la atención, de hecho, el choque entre un pretendido tono contemplativo y un tempo atropellado, abrupto…
La secuencia de la estación del tren pedía a gritos cine de altos vuelos que no llega.
Lo de que la película sea plumófoba (gestos de machito fumando como si fuesen pokeros de la FABRIK, comiendo coños a boca llena) y misógina (la mujer aquí solo es una excusa, una coartada, lejos de los grandes secundarios femeninos de, por ejemplo BROKEBACK MOUNTAIN, difícil dilucidar cual de los dos tiene más profundidad, si el de MICHELLE WILLIAMS o el de ANNE HATHAWAY), que lo es, es lo de menos.
Me hubiese gustado haber tenido 17 años para ver esta película… Quizá hubiese causado el mismo efecto en mi que causó LOS JUNCOS SALVAJES a esa edad. Pero ya he visto mucho en cine y no he podido evitar pensar en la verdad y en el calor incendiario de historias de amor como ROJO de KIESLOWSKI, LO QUE QUEDA DEL DÍA, TIERRAS DE PENUMBRA…
Ya le he visto el plumero a GUADAGNINO, el nuevo traje del emperador. Seguiré disfrutando de sus planitos, de la ropita de sus películas, queriendo vivir en ellas.
Por cierto, y eso sí, descomunales TIMOTHÉE CHALAMET (su entrega como actor y su fotogenia NOUVELLE VAGUE) y ESTHER GARREL (espectacular actriz que aprovecha al máximo sus escasos 6 minutos en pantalla).
helvetico
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