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2.010
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Voto de Markman:
8
8,5
67.231
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama
Serie de TV (2014). 8 episodios. Dos detectives de Lousiana, Rust Cohle (Matthew McConaughey) y Martin Hart (Woody Harrelson), vuelven a investigar el difícil caso de un asesino en serie en el que ya habían trabajado. Obligados a regresar a un mundo tan siniestro, el avance de la investigación y el mayor conocimiento mutuo les enseñan que la oscuridad reside a ambos lados de la ley. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2014
233 de 307 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta va a ser una crítica inusual. Y va a contener SPOILERS a mansalva, aviso.
Echémosle un vistazo al poster promocional de la serie: "Touch darkness and darkness touches you back". Muy Dark todo, y es que en esta serie han ido a tiro fijo para ser "molones" y hacer babear a los pajilleros del mundo y los guays HBO: un prota badass, mil veces visto, sabueso traumatizado por sucesos de su pasado, de nihilista filosofía, brusco proceder, infalible en los interrogatorios, en las detenciones, en todo lo que se proponga, muy bien interpretado por el actor de culto del momento. Una ambientación sórdida y decadente -la pantanosa Luisiana que más bien parece el quinto sótano del averno-, una premisa que no falla -investigación de un asesinato, crítica superficial a la religión y las instituciones eclesiásticas, abundantes escenas de sexo, etc. Todo muy tópico -incluyendo al coprotagonista: padre de familia, afable, torpón, imperfecto, débil ante las tentaciones- pero todo llevado con mucho talento y buen hacer.
Lo más interesante es su estructura en flashbacks, donde los dos detectives son interrogados años después sobre aquella investigación que resolvieron entonces, pues algo similar está ocurriendo nuevamente. De ese modo nos van contando el caso, permitiéndose de vez en cuando alardes de montaje y narración en paralelo que hacen las delicias de todos. Quizá chirríe algún monólogo ciertamente pretencioso del detective interpretado por MMC (Rust), otros son absolutamente claves a la hora de captar ciertos mensajes existencialistas que la serie nos quiere transmitir. Ideas interesantes y que invitan a la reflexión sobre el carácter cíclico de los acontecimientos, el más allá, el vacío existencial y la moralidad de cada uno.
Desde el principio los responsables de la serie nos vendieron una historia en la que lo importante era la relación entre personajes y no tanto el caso que investigaban, este enfoque se cumple en los primeros episodios, si bien enseguida la serie alcanza sus más altas cotas de calidad centrándose en los elementos de misterio y en la atmósfera y simbolismo que envuelve su microuniverso, con planos muy sugerentes, escenas de acción e investigación brillantes y momentos de auténtico escalofrío. Lo de las relaciones tan importantes se quedan en un relleno, que si bien entretenido y bien llevado, poco se desvía del tópico, con esas relaciones extramaritales de uno y la tensión sexual previsiblemente resuelta entre el otro y la mujer del primero. Lo mejor son ciertos diálogos que mantienen la pareja protagonista, normalmente de camino a interrogar a algún testigo o sospechoso.
De nuevo tenemos un caso "Lost", salvando las distancias, aquella serie en la que nos dijeron "lo importante son los personajes" (de ahí el chorrifinal) aunque estos fueran los más anodinos jamás vistos salvo dos o tres y cuando lo que enganchó a millones de espectadores y rellenó foros y foros de internet fueron los misterios tan atractivos como ese humo negro, esos numeritos y esos milagros.
Así pues, tenemos hasta el momento una serie que partiendo de todos los tópicos conocidos, resulta novedosa en ciertos elementos, consiguiendo cautivar y atrapar al espectador por la alta calidad de su guión, dirección e interpretaciones, sin olvidar una banda sonora cojonuda, y una trama en la que pronto aparecen conspiraciones que involucran a altos mandos de diversas instituciones, crimenes rituales y desapariciones de niños y mujeres que enlazan unas con otras, todo envuelto en un simbolismo referencia a Lovecraft y W. Chambers. Vamos, una Twin Peaks del s.XXI, más Fincher y menos Dallas. Hay motivos para sospechar de todos (o sea, de los dos únicos personajes relevantes), e intuímos cositas muy gordas detrás de cada trauma, cada comportamiento extraño y cada fotograma/easter egg. Los verdaderos problemas llegan en la recta final de la serie. Sigo en SPOILER por falta de espacio.
Echémosle un vistazo al poster promocional de la serie: "Touch darkness and darkness touches you back". Muy Dark todo, y es que en esta serie han ido a tiro fijo para ser "molones" y hacer babear a los pajilleros del mundo y los guays HBO: un prota badass, mil veces visto, sabueso traumatizado por sucesos de su pasado, de nihilista filosofía, brusco proceder, infalible en los interrogatorios, en las detenciones, en todo lo que se proponga, muy bien interpretado por el actor de culto del momento. Una ambientación sórdida y decadente -la pantanosa Luisiana que más bien parece el quinto sótano del averno-, una premisa que no falla -investigación de un asesinato, crítica superficial a la religión y las instituciones eclesiásticas, abundantes escenas de sexo, etc. Todo muy tópico -incluyendo al coprotagonista: padre de familia, afable, torpón, imperfecto, débil ante las tentaciones- pero todo llevado con mucho talento y buen hacer.
Lo más interesante es su estructura en flashbacks, donde los dos detectives son interrogados años después sobre aquella investigación que resolvieron entonces, pues algo similar está ocurriendo nuevamente. De ese modo nos van contando el caso, permitiéndose de vez en cuando alardes de montaje y narración en paralelo que hacen las delicias de todos. Quizá chirríe algún monólogo ciertamente pretencioso del detective interpretado por MMC (Rust), otros son absolutamente claves a la hora de captar ciertos mensajes existencialistas que la serie nos quiere transmitir. Ideas interesantes y que invitan a la reflexión sobre el carácter cíclico de los acontecimientos, el más allá, el vacío existencial y la moralidad de cada uno.
Desde el principio los responsables de la serie nos vendieron una historia en la que lo importante era la relación entre personajes y no tanto el caso que investigaban, este enfoque se cumple en los primeros episodios, si bien enseguida la serie alcanza sus más altas cotas de calidad centrándose en los elementos de misterio y en la atmósfera y simbolismo que envuelve su microuniverso, con planos muy sugerentes, escenas de acción e investigación brillantes y momentos de auténtico escalofrío. Lo de las relaciones tan importantes se quedan en un relleno, que si bien entretenido y bien llevado, poco se desvía del tópico, con esas relaciones extramaritales de uno y la tensión sexual previsiblemente resuelta entre el otro y la mujer del primero. Lo mejor son ciertos diálogos que mantienen la pareja protagonista, normalmente de camino a interrogar a algún testigo o sospechoso.
De nuevo tenemos un caso "Lost", salvando las distancias, aquella serie en la que nos dijeron "lo importante son los personajes" (de ahí el chorrifinal) aunque estos fueran los más anodinos jamás vistos salvo dos o tres y cuando lo que enganchó a millones de espectadores y rellenó foros y foros de internet fueron los misterios tan atractivos como ese humo negro, esos numeritos y esos milagros.
Así pues, tenemos hasta el momento una serie que partiendo de todos los tópicos conocidos, resulta novedosa en ciertos elementos, consiguiendo cautivar y atrapar al espectador por la alta calidad de su guión, dirección e interpretaciones, sin olvidar una banda sonora cojonuda, y una trama en la que pronto aparecen conspiraciones que involucran a altos mandos de diversas instituciones, crimenes rituales y desapariciones de niños y mujeres que enlazan unas con otras, todo envuelto en un simbolismo referencia a Lovecraft y W. Chambers. Vamos, una Twin Peaks del s.XXI, más Fincher y menos Dallas. Hay motivos para sospechar de todos (o sea, de los dos únicos personajes relevantes), e intuímos cositas muy gordas detrás de cada trauma, cada comportamiento extraño y cada fotograma/easter egg. Los verdaderos problemas llegan en la recta final de la serie. Sigo en SPOILER por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Primero se abandona la estructura en flashbacks. La atención se centra en los asesinatos producidos en 2012 y la sensación del "paso del tiempo" está muy mal conseguida. En ningún momento nos creemos que los protagonistas lleven 10 años sin verse. También resulta un poco estúpido que tras 8 años pelándose el culo de frío en Alaska, a Rust de repente le remuerda la conciencia y retome un caso del que pasó en 2002 cuando ya tenía todas las evidencias de que quizá se habia equivocado de asesinos (a los que no pudieron interrogar ya que los ejecutaron sin piedad, aunque lo tuvieran merecido), caso que sólo consigue resolver cuando su compañero se fija en un detalle totalmente estúpido e incoherente en una fotografía, un patinazo gordo en el guión que es para "abucheos del respetable". Muy mal.
Tras 6 capítulos dejando entrever sectas adoradoras de terribles deidades, conspiraciones a gran escala, ramificaciones del caso llegando incluso a la familia de los protagonistas (luego resulta que ciertas imágenes y diálogos vistos por todos no eran más que trolleo del malo, reconocido por el director, tócate los cojones qué táctica más vil para enganchar a la audiencia) y una cierta sensación de "trascendencia", el verdadero asesino era un pobre zumbao, relacionado de manera muy tangencial con esos "peces gordos" de los que nos venían hablando, que se le ve venir en cuanto tiene dos escenas para él sólo, al que no le falta de nada: vive en un estercolero, tiene la cara marcada, silba una cancioncita infantil, mantiene el cadáver del padre en el granero y le atrapan en una pelea final digna de cualquier telefilme de sobremesa, mil veces vista. Muy poco digno de lo que nos estaban contando, la serie se rinde al fin al tópico y realmente toda la simbología, todo el ambiente de pesadilla y opresión, era mero atrezzo -que nadie me entienda mal, no esperaba un monstruo cósmico ni elementos de ciencia ficción, pero tampoco que enterrasen todo de esta manera-, y el espectador que ve un caballo con un cuerno en la frente y pensó que era un unicornio, es un tolai, porque esto es HBO, no nos van los giros rebuscados, y el caballo con el cuerno en la frente sólo era un caballo con cuerno en la frente. Tócate los cojones.
Rust convence a Marty de volver porque le muestra evidencias de un grupo de individuos poderosos que se dedica a secuestrar, abusar y asesinar niños y salen indemnes. Le acaba dando a un paleto muerto de hambre que no tiene mas motivaciones que un "ascenso" que no se explica y va dejando los cadáveres a la vista de todos.
Carcosa pasa de ser un dios que se come el tiempo a un conjunto de cuevas. El rey amarillo un trapo atado a un palo, creo. Escenas de lagrimita en el hospital. Venga ya.
En cuanto a la calidad de la serie, en este punto, evidentemente se cae a trompicones, los sucesos se atropellan, todo es monótono y previsible y hasta las interpretaciones se tambalean. Y eso es lo realmente grave, no que las expectativas argumentales no hayan sido cumplidas, que vale que algunas eran realmente descabelladas.
A pesar de todo esto le pongo un 8, porque la serie es cojonuda. Por los capítulos 4 y 5, obras maestras arriesgadas, emocionantes y rebosantes de buen hacer, por esos momentos para el recuerdo -como los interrogatorios, magistrales- y por ciertos elementos que aunque no fueran más que humo, tenían un poder magnético innegable. Y por la curiosa reflexión final, optimista al fin, contrastando con ciertos detalles amargos en la resolución del caso. Veremos en las siguientes temporadas - que tratarán casos y personajes totalmente diferentes- si consiguen alzar la serie a lo que apuntaba ser, el producto televisivo de la década. Uno queda un poco decepcionado tras esta season 1, pero con esperanzas.
Tras 6 capítulos dejando entrever sectas adoradoras de terribles deidades, conspiraciones a gran escala, ramificaciones del caso llegando incluso a la familia de los protagonistas (luego resulta que ciertas imágenes y diálogos vistos por todos no eran más que trolleo del malo, reconocido por el director, tócate los cojones qué táctica más vil para enganchar a la audiencia) y una cierta sensación de "trascendencia", el verdadero asesino era un pobre zumbao, relacionado de manera muy tangencial con esos "peces gordos" de los que nos venían hablando, que se le ve venir en cuanto tiene dos escenas para él sólo, al que no le falta de nada: vive en un estercolero, tiene la cara marcada, silba una cancioncita infantil, mantiene el cadáver del padre en el granero y le atrapan en una pelea final digna de cualquier telefilme de sobremesa, mil veces vista. Muy poco digno de lo que nos estaban contando, la serie se rinde al fin al tópico y realmente toda la simbología, todo el ambiente de pesadilla y opresión, era mero atrezzo -que nadie me entienda mal, no esperaba un monstruo cósmico ni elementos de ciencia ficción, pero tampoco que enterrasen todo de esta manera-, y el espectador que ve un caballo con un cuerno en la frente y pensó que era un unicornio, es un tolai, porque esto es HBO, no nos van los giros rebuscados, y el caballo con el cuerno en la frente sólo era un caballo con cuerno en la frente. Tócate los cojones.
Rust convence a Marty de volver porque le muestra evidencias de un grupo de individuos poderosos que se dedica a secuestrar, abusar y asesinar niños y salen indemnes. Le acaba dando a un paleto muerto de hambre que no tiene mas motivaciones que un "ascenso" que no se explica y va dejando los cadáveres a la vista de todos.
Carcosa pasa de ser un dios que se come el tiempo a un conjunto de cuevas. El rey amarillo un trapo atado a un palo, creo. Escenas de lagrimita en el hospital. Venga ya.
En cuanto a la calidad de la serie, en este punto, evidentemente se cae a trompicones, los sucesos se atropellan, todo es monótono y previsible y hasta las interpretaciones se tambalean. Y eso es lo realmente grave, no que las expectativas argumentales no hayan sido cumplidas, que vale que algunas eran realmente descabelladas.
A pesar de todo esto le pongo un 8, porque la serie es cojonuda. Por los capítulos 4 y 5, obras maestras arriesgadas, emocionantes y rebosantes de buen hacer, por esos momentos para el recuerdo -como los interrogatorios, magistrales- y por ciertos elementos que aunque no fueran más que humo, tenían un poder magnético innegable. Y por la curiosa reflexión final, optimista al fin, contrastando con ciertos detalles amargos en la resolución del caso. Veremos en las siguientes temporadas - que tratarán casos y personajes totalmente diferentes- si consiguen alzar la serie a lo que apuntaba ser, el producto televisivo de la década. Uno queda un poco decepcionado tras esta season 1, pero con esperanzas.